La vida y el ministerio de Jesús
Cercana la última Pascua de Jesús
AL ACERCARSE el fin del martes 11 de Nisán, Jesús termina de instruir a los apóstoles en el monte de los Olivos. ¡Qué día tan ocupado y difícil han tenido! Ahora, quizás mientras regresan a Betania para pasar allí la noche, Jesús dice a sus apóstoles: “Saben que de aquí a dos días ocurre la pascua, y el Hijo del hombre ha de ser entregado para ser fijado en un madero”.
Parece que Jesús pasa el día siguiente, el miércoles 12 de Nisán, descansando en tranquilidad con sus apóstoles. El día anterior él había reprendido públicamente a los líderes religiosos, y sabe que procuran matarlo. Por eso el miércoles no sale al público, pues no quiere que surja ningún obstáculo que le impida celebrar la Pascua con sus apóstoles la noche siguiente.
Mientras tanto, los sacerdotes principales y los ancianos del pueblo se reúnen en el patio del sumo sacerdote, Caifás. Heridos por el ataque de Jesús contra ellos el día anterior, planean prenderlo mediante un ardid astuto y hacer que se le dé muerte. Pero siguen diciendo: “No en la fiesta, para que no se levante un alboroto entre el pueblo”. Temen al pueblo, que favorece a Jesús.
Mientras los líderes religiosos conspiran inicuamente para matar a Jesús, llega un visitante. Para sorpresa de ellos, es uno de los apóstoles de Jesús, Judas Iscariote, ¡aquel en quien Satanás ha infundido la idea vil de traicionar a su Maestro! Ellos se alegran mucho cuando Judas pregunta: “¿Qué me darán para que lo traicione a ustedes?”. Con gusto concuerdan en pagarle 30 piezas de plata, el precio que se pagaba por un esclavo según el pacto de la Ley de Moisés. Desde entonces en adelante Judas busca la ocasión propicia para traicionar a Jesús sin que haya una muchedumbre presente.
El 13 de Nisán empieza a la puesta del Sol el miércoles. Jesús había llegado de Jericó el viernes, de modo que esta es la sexta y última noche que pasa en Betania. El día siguiente, jueves, habrá que hacer los preparativos finales para la Pascua, la cual comienza al ponerse el Sol, cuando el cordero de la Pascua tiene que ser degollado y asado entero. ¿Dónde celebrarán la fiesta, y quién hará los preparativos?
Puede que Jesús no haya suministrado esos detalles para evitar que Judas avise a los sacerdotes principales y lo prendan durante la celebración de la Pascua. Pero ahora, probablemente temprano durante la tarde del jueves, Jesús envía desde Betania a Pedro y a Juan y les dice: “Vayan y preparen la pascua para que la comamos”.
“¿Dónde quieres que la preparemos?”, preguntan.
“Al entrar en la ciudad —explica Jesús— los encontrará un hombre que lleva una vasija de barro con agua. Síganlo hasta dentro de la casa en que entre. Y tienen que decir al dueño de la casa: ‘El Maestro te dice: “¿Dónde está el cuarto para convidados en que pueda comer la pascua con mis discípulos?”’. Y ese les mostrará un cuarto grande, arriba, amueblado. Prepárenla allí.”
El dueño de la casa quizás es un discípulo de Jesús que probablemente espera que Jesús solicite su casa para esta ocasión especial. De todos modos, cuando Pedro y Juan llegan a Jerusalén, hallan todo como lo predijo Jesús. De modo que los dos se aseguran de que el cordero esté listo y se hagan los demás preparativos para suplir lo necesario a los 13 que celebrarán la Pascua allí, Jesús y sus 12 apóstoles. (Mateo 26:1-5, 14-19; Marcos 14:1, 2, 10-16; Lucas 22:1-13; Éxodo 21:32.)
◆ ¿Qué parece que hace Jesús el miércoles, y por qué?
◆ ¿Qué reunión hay en el hogar del sumo sacerdote, y por qué visita Judas a los líderes religiosos?
◆ ¿A quiénes envía Jesús a Jerusalén el jueves, y para qué?
◆ ¿Qué hallan estos enviados, lo cual revela de nuevo los poderes milagrosos de Jesús?