De padres a hijos
Marcos nunca abandonó su servicio
DE LOS cuatro libros bíblicos dedicados a la vida de Jesús, Marcos escribió el más corto y fácil de leer. Pero ¿quién fue Marcos? ¿Crees que conoció a Jesús?a... Vamos a ver qué difíciles pruebas tuvo que pasar y por qué nunca abandonó su servicio cristiano.
El nombre de Marcos se menciona por primera vez en la Biblia después que el rey Herodes Agripa mandara encarcelar al apóstol Pedro. Una noche, un ángel liberó a Pedro, que de inmediato fue a la casa de la madre de Marcos, llamada María, quien vivía en Jerusalén. Esto ocurrió unos diez años después de que Jesús fuera ejecutado durante la Pascua del año 33 de nuestra era (Hechos 12:1-5, 11-17).
¿Sabes por qué fue Pedro a la casa de María?... Seguramente porque conocía a la familia y sabía que los discípulos de Jesús se reunían allí. Bernabé, el primo de Marcos, era discípulo desde hacía mucho tiempo, por lo menos desde la fiesta del Pentecostés del año 33. En la Biblia se menciona que entonces había sido muy generoso con los nuevos discípulos. Así que es posible que Jesús conociera tanto a Bernabé como a la tía de él, María, y a su hijo, Marcos (Hechos 4:36, 37; Colosenses 4:10).
En su Evangelio, Marcos habla de la noche en que Jesús fue arrestado por sus enemigos. También menciona a un joven que solo llevaba puesta una vestidura “sobre su cuerpo desnudo” y que escapó después que arrestaran a Jesús. ¿Quién crees que era ese joven?... Es muy probable que se tratara del propio Marcos. Parece ser que, al ver que Jesús y sus apóstoles salían tarde aquella noche, se vistió a toda prisa y los siguió (Marcos 14:51, 52).
Marcos vivió en un ambiente muy espiritual. Es posible que estuviera presente cuando se derramó el espíritu santo en el Pentecostés del año 33. Además, fue muy amigo de siervos fieles de Dios, como Pedro, y también acompañó a su primo Bernabé en su ministerio cristiano. Unos tres años después de que Jesús se le apareciera a Saulo en una visión, Bernabé ayudó a Saulo presentándoselo al apóstol Pedro. Años después, Bernabé fue a Tarso para encontrar a Saulo (Hechos 9:1-15, 27; 11:22-26; 12:25; Gálatas 1:18, 19).
En el año 47 se escogió a Bernabé y Saulo para efectuar la obra misional. Se llevaron con ellos a Marcos, pero, por alguna razón que no se indica, Marcos los abandonó tiempo después y se volvió a Jerusalén. Saulo —al que ya se conocía por su nombre romano, Pablo— se enojó, y no pasó por alto lo que él consideraba una falta seria de Marcos (Hechos 13:1-3, 9, 13).
Al volver de su viaje misional, Pablo y Bernabé contaron lo bien que les había ido (Hechos 14:24-28). Meses después, hicieron planes para volver a visitar a los nuevos discípulos en los lugares donde habían predicado. Bernabé quería llevar a Marcos, pero ¿sabes lo que dijo Pablo?... A él no le pareció bien, porque Marcos los había abandonado en una ocasión anterior para regresar a su casa. Entonces pasó algo que sin duda dejó muy triste a Marcos.
La situación se puso muy tensa y, después de “un agudo estallido de cólera”, Pablo y Bernabé decidieron irse cada uno por su lado. Bernabé se llevó a Marcos para predicar en Chipre, y Pablo escogió a Silas para volver a visitar a los nuevos discípulos, como habían planeado. Seguramente, a Marcos le dolió mucho haber causado aquel problema entre Pablo y Bernabé (Hechos 15:36-41).
No sabemos por qué razón había regresado Marcos a su casa, pero de seguro él pensaba que era una buena razón. En cualquier caso, es obvio que Bernabé estaba convencido de que no lo volvería a hacer. Y así fue: Marcos no le falló. Tiempo después también acompañó a Pedro en un viaje misional a la lejana Babilonia. Y desde allí, el apóstol escribió una carta en la que decía que él y Marcos enviaban saludos, y lo llamaba “mi hijo” (1 Pedro 5:13).
Está claro que Pedro y Marcos se hicieron grandes amigos sirviendo juntos a Jehová. Y esto se puede apreciar en el Evangelio de Marcos. En este relato, Marcos incorporó muchos detalles observados por el propio Pedro. Tomemos como ejemplo los diferentes relatos sobre cierta tormenta que se produjo en el mar de Galilea. El de Marcos incluye más detalles: indica en qué parte de la barca dormía Jesús y sobre qué estaba apoyado, cosas en las que un pescador como Pedro sin duda se fijaría. Vamos a comprobarlo leyendo y comparando Mateo 8:24, Marcos 4:37, 38 y Lucas 8:23.
Por su parte, el apóstol Pablo, cuando estuvo preso en Roma, encomió a Marcos por su apoyo leal (Colosenses 4:10, 11). Y estando de nuevo preso en esa ciudad, Pablo escribió a Timoteo y le pidió que trajera a Marcos, de quien dijo: “Me es útil para ministrar” (2 Timoteo 4:11). No hay duda de que Marcos disfrutó de magníficas oportunidades en el ministerio, y todo por no abandonar su servicio.
a Si está leyendo el artículo con un niño, haga una pausa tras los puntos suspensivos y anímelo a expresarse en sus propias palabras.