La “Santísima Trinidad”... ¿se halla en la Biblia?
LA CONDENARON a la hoguera en Inglaterra en 1550. ¿Cómo se llamaba? Joan Bocher. ¿Qué crimen había cometido? La Encyclopædia Britannica (1964) dice: “Fue condenada por su franca blasfemia de negar la Trinidad, una ofensa que toda la iglesia había considerado imperdonable desde la lucha contra el arrianismo”.
La Trinidad es una doctrina fundamental de la gran mayoría de las iglesias. Pero ¿qué es, precisamente, la Trinidad? The Waverley Encyclopedia la define como “el misterio de un solo Dios en tres personas: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, coiguales y coeternas en todas las cosas”. Sin embargo, The New Encyclopædia Britannica (1981) dice: “Ni la palabra Trinidad, ni la doctrina explícita como tal, aparecen en el Nuevo Testamento”. Esto inmediatamente suscita preguntas sobre la doctrina.
Este asunto se complica debido a la franca admisión que presenta la New Catholic Encyclopedia en la forma de una pregunta que los seminaristas suelen hacer: “Pero ¿cómo se predica la Trinidad?”. Esta obra católica pasa a decir: “Si la pregunta es sintomática de confusión entre los estudiantes, puede que no sea menos sintomática de una confusión similar entre sus profesores. Si ‘la Trinidad’ aquí significa teología trinitaria, la mejor respuesta a la pregunta sería que no se predica en absoluto [...] porque el sermón, y especialmente la homilía bíblica, es el lugar para la palabra de Dios, no para su elaboración teológica”.
¿Cuándo empezó esta “elaboración teológica”? The New Encyclopædia Britannica (1981) contesta: “La doctrina se desarrolló gradualmente durante varios siglos y en medio de muchas polémicas”. ¿Le parece a usted que eso indique una revelación directa y clara procedente de Dios? Por eso, ¿cómo puede ser una revelación de las Santas Escrituras, como se alega?
Una declaración bíblica que los maestros eclesiásticos suelen usar para apoyar la doctrina de la Trinidad es el mandato que Jesús dio a sus seguidores de hacer discípulos, “bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del espíritu santo”. (Mateo 28:19.) Es verdad que este pasaje menciona tres entidades, pero no dice que son tres personas ni que todas sean uno. Además, conocemos el nombre del Padre (Jehová) y del Hijo (Jesús), pero ¿cuál es el nombre del espíritu santo? Esto nos lleva a la pregunta:
¿Es una persona el espíritu santo?
El hecho de que la Biblia no da indicación alguna de que el espíritu santo tenga un nombre personal sugiere por lo menos que quizás no sea una persona. También se pudiera preguntar: ‘¿Ha visto alguien alguna vez al espíritu santo?’. Pues bien, cuando Jesús se bautizó, el espíritu santo se manifestó en forma de paloma, y en el Pentecostés como lenguas que parecían ser de fuego. (Mateo 3:16; Hechos 2:3, 4.) Si es una persona, ¿por qué no apareció como persona? Y si el espíritu santo no es una persona, ¿qué es? Sin duda, es la fuerza activa procedente de Dios que en el Pentecostés fue ‘derramada’ sobre los discípulos. (Hechos 2:17, 18.) Mediante esta fuerza activa Jehová ejecutó sus actos de creación: “La fuerza activa de Dios se movía de un lado a otro sobre la superficie de las aguas”. (Génesis 1:2.) La misma fuerza activa inspiró a los escritores de la Biblia. (2 Timoteo 3:16.)
Uno de aquellos escritores inspirados fue el profeta Daniel. En el capítulo 7 de Daniel él describe una maravillosa visión que Jehová le dio: “el Anciano de Días” sobre su trono celestial, con una multitud de ángeles que le servían. Daniel vio también a “alguien como un hijo del hombre [Jesús]”, a quien se dio “gobernación y dignidad y reino, para que los pueblos, grupos nacionales y lenguajes todos sirvieran aun a él”. (Daniel 7:9, 10, 13, 14.) Pero ¿qué hay del espíritu santo? No recibe mención como persona en esta escena celestial.
El último libro de la Biblia —Revelación— describe otras extraordinarias visiones celestiales. Aquí la descripción muestra al Ser Supremo, Jehová, sobre su trono; y el Cordero, Jesucristo, está con él. Pero, de nuevo, no se menciona al espíritu santo como persona distinta. (Revelación, capítulos 4–6.) Por eso, ni siquiera el último libro de la Biblia revela que haya tres personas en un solo dios. Esto hace surgir...
Otra pregunta importante
Al dogma de la Trinidad se le ha llamado “la doctrina central de la religión cristiana”. Si eso fuera verdad, ¿por qué no reveló Jesús esta enseñanza cuando estuvo en la Tierra? Sus discípulos, que eran israelitas, creían que Jehová era uno solo, singular. Hasta el día de hoy los judíos recitan Deuteronomio 6:4: “Escucha, oh Israel: Jehová nuestro Dios es un solo Jehová”. En ningún lugar sugieren las Escrituras Hebreas que el Ser Supremo esté dividido en tres personas. Bien pudiera uno preguntarse: ‘Si esta enseñanza fuera verdadera, ¿por qué no llegó a ser dogma esta “doctrina central” sino hasta el cuarto siglo, en medio de una enconada polémica que causó extensa confusión?’.
Algunos pudieran alegar: ‘Pero Jesús sí dijo: “Yo y el Padre somos uno”’. (Juan 10:30.) Es cierto. Pero ¿en qué sentido son uno? Jesús mismo aclaró esto después, al decir en oración: “Padre santo, vigílalos [a sus discípulos] [...] para que ellos sean uno así como nosotros somos uno”. (Juan 17:11, 22.) Por eso, la unidad del Padre y el Hijo es igual a la unidad que existe entre los verdaderos seguidores de Cristo: una armonía de propósito y cooperación.
Con todo, algunos pudieran decir que, aunque Jesús no enseñó explícitamente la doctrina de la Trinidad, el apóstol Juan lo hizo en 1 Juan 5:7, que, según la Versión Torres Amat, católica, dice: “Porque tres son los que dan testimonio en el cielo: el Padre, el Verbo y el Espíritu Santo; y estos tres son una misma cosa”. (Véase también la Versión Reina-Valera, protestante.) Sin embargo, versiones más modernas omiten este pasaje. ¿Por qué? La Biblia de Jerusalén, también católica, explica en una nota al pie de la página que este texto no se halla en ninguno de los manuscritos griegos antiguos ni en los mejores manuscritos latinos de la Biblia. Es espurio, falso. Sin duda, fue añadido para tratar de apoyar la doctrina de la Trinidad.
Como usted podrá comprobarlo en su propia Biblia, el apóstol Pablo solía usar expresiones como la siguiente al principio de sus cartas: “Que tengan bondad inmerecida y paz de parte de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo”. (Romanos 1:7.) ¿Por qué no mencionó al espíritu santo como persona? Porque Pablo no sabía nada acerca de la “Santísima Trinidad”. Santiago, Pedro y Juan emplearon frases similares en sus cartas, y ellos tampoco mencionan al espíritu santo. ¿Por qué? Porque tampoco eran trinitarios. El espíritu santo no es una persona como lo son Dios y su Hijo. Pero, puesto que el Hijo es una persona, surge esta pregunta:
¿Es Jesús el Ser Supremo?
Los que creen en la Trinidad dicen que sí. Sin embargo, más debería interesarnos lo que Jesús dijo: “El Padre es mayor que yo”. (Juan 14:28.) “El Hijo no puede hacer ni una sola cosa por su propia iniciativa, sino únicamente lo que ve hacer al Padre.” (Juan 5:19.) Pablo añadió: “La cabeza del Cristo es Dios”. (1 Corintios 11:3.)
Dé cuidadosa atención, también, a estas preguntas: ¿Tiene Jehová un Dios? Obviamente no; él es supremo, el Todopoderoso. ¿Tiene Jesús un Dios? Después de su resurrección, Jesús dijo a María Magdalena: “Asciendo a mi Padre y Padre de ustedes y a mi Dios y Dios de ustedes”. El apóstol Pedro escribió: “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo”. (Juan 20:17; 1 Pedro 1:3.)
¿Ha muerto Dios alguna vez? ‘Por supuesto que no’, puede que responda usted, y tendría razón. Dios es inmortal. El profeta Habacuc dijo acerca de Jehová: “Mi Santo, tú no mueres”. (Habacuc 1:12.) En contraste con eso, Jesús sí murió. Entonces ¿quién lo levantó de entre los muertos? Dijo Pedro: “Dios lo ha levantado [a Cristo] de entre los muertos”. Por lo tanto, queda patente que Jesús no es el Ser Supremo. (Hechos 3:15; Romanos 5:8.)
Se puede ir más allá. ¿Ha visto alguien a Dios alguna vez? “A Dios ningún hombre lo ha visto jamás.” (Juan 1:18.) Sin embargo, miles de personas vieron a Jesús en la Tierra. ¿Ha orado Dios alguna vez a otra persona? ¿A quién podría orar? Él es el gran “Oidor de la oración”. (Salmo 65:2.) ¿Y qué hay de Jesús? Él oró a su Padre frecuentemente, y hasta pasó una noche entera orando. ¿Es Dios un sacerdote? Claro que no. ¿Lo es Jesús? Leemos: “Consideren al apóstol y sumo sacerdote que nosotros confesamos: a Jesús”. (Hebreos 3:1.)
¿No queda claramente establecido el hecho de que Jesús no es el Ser Supremo?
¿Es dañino el dogma de la Trinidad?
Sí. Este dogma de extensa difusión desvirtúa las sencillas verdades bíblicas de que solo Jehová es el Ser Supremo, Jesús es su Hijo y el espíritu santo es la fuerza activa de Dios. La doctrina de la Trinidad causa confusión al presentar a Dios en una neblina de misterio, lo cual conduce a oscuridad espiritual.
Sin embargo, usted no tiene que estar en esa oscuridad. Puede fijar con claridad en la mente algunos hechos:
El dogma de la Trinidad no se menciona en la Biblia. Es una “elaboración teológica” que se desarrolló siglos después de los días de Jesús, y fue impuesta bajo amenaza de muerte en la hoguera. Esta enseñanza ha degradado la adoración del Ser Supremo, al enseñar a creer en un misterio.
Si usted siempre ha creído en la Trinidad, ¿qué debe hacer ahora? Lo instamos a estudiar la Palabra de Dios y publicaciones como esta que le ayudarán a entender la Biblia. El hacer eso es importantísimo. Jesús dijo que la vida eterna depende de que adquiramos conocimiento de él y de Jehová, “el único Dios verdadero”. (Juan 17:3.)
[Fotografía en la página 4]
Representación de la Trinidad en una iglesia católica del siglo XIV en Tagnon, Francia
[Ilustraciones en la página 7]
El espíritu santo apareció como paloma y como lenguas de fuego... nunca como una persona
[Recuadro en la página 5]
El dedo de Dios
“¡Es el dedo de Dios!”, admitieron los sacerdotes practicantes de magia de Egipto cuando no pudieron convertir el polvo en jejenes, como Moisés lo había hecho. (Éxodo 8:18, 19.) En el monte Sinaí, Jehová dio a Moisés “tablas de piedra en las que estaba escrito por el dedo de Dios”. (Éxodo 31:18.) ¿Era esto un dedo literal? No. Por supuesto, Jehová no tiene dedos literales. Entonces, ¿qué era? Los escritores bíblicos Lucas y Mateo nos dan la clave. Uno escribió que “por medio del dedo de Dios” Jesús expulsaba demonios. El otro escritor explicó que Jesús hacía esto “por medio del espíritu de Dios”. (Lucas 11:20; Mateo 12:28.) De modo que el espíritu santo es el “dedo de Dios”, su instrumento para efectuar su voluntad. No es una persona, sino la dinámica fuerza activa de Dios.