Acérquese a Dios
Alguien que valora lo que somos
LA Biblia reconoce que puede haber momentos en que “nos condene nuestro corazón”, es decir, que nos haga ser demasiado críticos con nosotros mismos. En efecto, el corazón pudiera empeñarse en hacernos creer que no merecemos el amor y el cuidado de Dios. No obstante, la Biblia nos garantiza que “Dios es mayor que nuestro corazón y conoce todas las cosas” (1 Juan 3:19, 20). Por tanto, Dios nos conoce incluso mejor que nosotros mismos. Así que su modo de vernos puede diferir mucho del nuestro. Entonces, ¿cómo nos ve quien realmente importa, Jehová Dios? Encontremos la respuesta en un conmovedor ejemplo que Jesús utilizó en dos ocasiones.
En una de ellas, Jesús preguntó: “¿No se venden dos gorriones por una moneda de poco valor?” (Mateo 10:29, 31). En la otra ocasión, registrada en Lucas 12:6, 7, Jesús dijo: “Se venden cinco gorriones por dos monedas de poco valor, ¿no es verdad? Sin embargo, ni uno de ellos está olvidado delante de Dios. [...] No tengan temor; ustedes valen más que muchos gorriones”. Esta sencilla aunque impactante comparación nos muestra cómo ve Jehová a cada uno de sus siervos.
De todas las aves que servían de alimento, la más barata era el gorrión. Jesús seguramente había visto a las mujeres pobres —tal vez hasta a su propia madre— en la plaza del mercado comprando aquellos pajaritos para alimentar a sus familias. Con una moneda de asarion, cuyo valor en la actualidad sería inferior a 5 centavos de dólar, se podían obtener dos gorriones. Pero estos eran tan baratos que por dos monedas, el comprador no recibía cuatro, sino cinco gorriones... uno de regalo.
Con todo, Jesús mencionó que ni un solo gorrión “está olvidado delante de Dios” o “cae a tierra sin el conocimiento [del] Padre” (Mateo 10:29). Cada vez que un gorrión cae a tierra herido o se posa en el suelo para buscar comida, Jehová lo ve. Pues bien, por insignificantes que parezcan los gorriones, Dios consideró que merecía la pena crearlos y, además, no olvidarse de ellos. De hecho, los valora tanto porque son seres vivos. ¿Ve usted lo que Jesús quiso decir con esta ilustración?
A menudo, Jesús se valió de las comparaciones en su enseñanza, llevando el razonamiento de lo menos importante a lo más importante. Por ejemplo, Jesús también dijo: “Reparen en los cuervos, que ni siembran ni siegan, y no tienen ni troje ni granero, y sin embargo Dios los alimenta. ¿Cuánto más valen ustedes que las aves?” (Lucas 12:24). Así que no hay duda de lo que Jesús quiso decir al hablar de los gorriones: si Jehová cuida de estos pajarillos, cuánto más cuidará de las personas que lo aman y le sirven.
En vista de lo que Jesús dijo, no tenemos que pensar que somos tan poca cosa que no merecemos que Dios, quien “es mayor que nuestro corazón”, nos preste atención y nos cuide. Es todo un consuelo saber que el Creador puede ver en nuestro corazón cualidades que ni nosotros mismos somos capaces de ver.
[Reconocimiento de la página 9]
Gorriones: © ARCO/D. Usher/age fotostock