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Ora a su Padre en momentos de gran angustiaJesús: el camino, la verdad y la vida
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Aun así, Jesús no deja de suplicarle ayuda a su Padre, sino que sigue “orando todavía con más intensidad”. La tensión emocional que siente es enorme. ¡Cuánta responsabilidad lleva en sus hombros! Está en juego su propia vida eterna y la de todos los seres humanos que adoren a Dios. Con razón su sudor se vuelve como gotas de sangre que caen al suelo (Lucas 22:44).
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