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“Todavía no había llegado su hora”La Atalaya 2000 | 15 de septiembre
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17. a) ¿Qué mensaje urgente recibe Jesús mientras predica en Perea? b) ¿Qué indica que Jesús conoce el propósito de lo que va a hacer y cuándo debe hacerlo?
17 El mensaje urgente procede de Marta y María, hermanas de Lázaro, que viven en Betania de Judea. “Señor, ¡mira!, está enfermo aquel a quien le tienes cariño”, explica el mensajero. “Esta enfermedad no tiene la muerte como su objeto —contesta Jesús—, sino que es para la gloria de Dios, a fin de que el Hijo de Dios sea glorificado mediante ella.” A fin de cumplir con ese propósito, Jesús retrasa deliberadamente dos días su partida. Luego dice a sus discípulos: “Vamos otra vez a Judea”. Estos le responden con incredulidad: “Rabí, hace poco procuraban apedrearte los de Judea, ¿y vas allá otra vez?”. Pero Jesús es consciente de que quedan pocas “horas de luz del día”, es decir, que se termina el tiempo que Dios ha dispuesto para su ministerio terrestre. Sabe exactamente lo que tiene que hacer y por qué (Juan 11:1-10).
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“Todavía no había llegado su hora”La Atalaya 2000 | 15 de septiembre
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21. ¿Qué preludia el milagro de la resurrección de Lázaro?
21 De modo que al retrasar su llegada a Betania, a Jesús le es posible ejecutar un milagro que nadie puede ignorar. Mediante el poder de Dios resucita a un hombre que ha estado muerto durante cuatro días. Incluso el prestigioso Sanedrín se ve obligado a reconocer lo que ha sucedido y sentenciar a muerte al Obrador de Milagros. El milagro, por tanto, preludia un importante momento en el ministerio de Jesús: termina el período en que “su hora todavía no había llegado” y empieza el tiempo en que “la hora ha llegado”.
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