¿Lo sabía?
¿A qué se refería Jesús cuando le dijo a Saulo: “Te resulta duro seguir dando coces contra los aguijones”? (Hechos 26:14.)
▪ En tiempos bíblicos, los agricultores utilizaban aguijadas para guiar a los animales mientras araban. La aguijada consistía en una vara larga de unos dos metros y medio (ocho pies) con una afilada punta de metal, o aguijón, en uno de sus extremos. Obviamente, el animal que empujara contra ella se haría daño. La vara solía tener en su otro extremo una especie de pala metálica para limpiar el arado de tierra, barro o hierba.
Esta herramienta también podía usarse como arma de defensa. Un juez y guerrero israelita llamado Samgar mató a 600 filisteos “con una aguijada de ganado vacuno” (Jueces 3:31).
En las Escrituras a veces se mencionan los aguijones con sentido figurado. El rey Salomón, por ejemplo, comparó las palabras de la persona sabia y prudente a “aguijones” que impulsan a los demás a tomar buenas decisiones (Eclesiastés 12:11).
Tras su resurrección, Jesús también utilizó este sentido figurado cuando se dirigió a Saulo, perseguidor de los cristianos. Al aconsejarle que dejara de dar “coces contra los aguijones”, le hizo pensar en lo que le pasa al animal testarudo que se resiste a aceptar la dirección de su amo. Siguiendo el consejo de Jesús, Saulo tomó la sabia decisión de cambiar el rumbo de su vida y llegó a ser el apóstol Pablo.
¿Cómo medían el tiempo por la noche los judíos del siglo primero?
▪ En el siglo primero, los judíos calculaban el tiempo durante el día con un reloj de sol. Sin embargo, cuando estaba nublado o caía la noche, empleaban un reloj de agua llamado clepsidra. Este instrumento también fue utilizado por los antiguos egipcios, persas, griegos, romanos y chinos.
Según una obra de consulta judía, el reloj de agua se menciona en la Misná y el Talmud “con diversos nombres debidos quizás a sus diferentes formas y diseños. En cualquier caso, siempre se referían a lo mismo: a la lenta fuga (literalmente, ‘robo’) de agua, gota a gota, de acuerdo con el significado del término griego klepsýdra” (The Jewish Encyclopedia).
La clepsidra consistía en dos recipientes, uno de los cuales tenía un agujero en el fondo por el que se escurría el agua hasta el otro, situado debajo. Ambos recipientes tenían marcados intervalos de tiempo, lo que permitía saber el tiempo transcurrido con solo mirar el nivel del agua de uno u otro recipiente.
Los romanos utilizaban estos relojes en sus campamentos militares para delimitar las guardias nocturnas. Un toque de trompeta anunciaba cada cambio de guardia, de modo que cualquiera que lo escuchara sabía cuándo comenzaban y acababan las cuatro guardias de la noche (Marcos 13:35).