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Un dilema teológicoLa Atalaya 1995 | 1 de marzo
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El Catecismo de la Iglesia Católica dice: “Para resucitar con Cristo, es necesario morir con Cristo, es necesario ‘dejar este cuerpo para ir a morar cerca del Señor’ (2 Co 5, 82 Co 5:8). En esta ‘partida’ (Flp 1, 23Flp 1:23) que es la muerte, el alma se separa del cuerpo. Se reunirá con su cuerpo el día de la resurrección de los muertos”.
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Un dilema teológicoLa Atalaya 1995 | 1 de marzo
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En Filipenses 1:21, 23, Pablo dice: “En mi caso el vivir es Cristo, y el morir, ganancia. Estas dos cosas me tienen en premura; pero lo que sí deseo es la liberación y el estar con Cristo, porque esto, de seguro, es mucho mejor”. ¿Hace referencia Pablo en este versículo a un “estado intermedio”? Eso piensan algunas personas. Sin embargo, Pablo dice que le tenían en premura dos posibilidades: la vida o la muerte, y menciona una tercera posibilidad al añadir: “Pero lo que sí deseo es la liberación y el estar con Cristo”. ¿Se refiere a una “liberación” para estar con Cristo inmediatamente después de la muerte? Pues bien, como ya hemos visto, Pablo creía que se resucitaría a los fieles cristianos ungidos durante la presencia de Cristo. Por lo tanto, debe haber estado hablando de los sucesos de ese período.
Esta idea puede apreciarse en las palabras que escribió en Filipenses 3:20, 21 y 1 Tesalonicenses 4:16. Dicha “liberación” durante la presencia de Cristo Jesús haría posible que Pablo recibiera la recompensa que Dios le había preparado. El hecho de que esta era su esperanza se ve en las palabras que escribió al joven Timoteo: “De este tiempo en adelante me está reservada la corona de la justicia, que el Señor, el justo juez, me dará como galardón en aquel día; sin embargo, no solo a mí, sino también a todos los que han amado su manifestación”. (2 Timoteo 4:8.)
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