Propagan muerte a propósito
ANTES de que el SIDA mate a sus víctimas, les confiere una espantosa responsabilidad: tienen poder sobre la vida y la muerte de otros. Muchos enfermos de SIDA actúan de forma responsable, negándose a sí mismos cualquier acto que pudiera infectar a otra persona, pero unos pocos optan por actuar de otra forma, y de ese modo se convierten en seres peligrosos.
Una psiquiatra de Washington, D.C., escribió sobre un ejemplo estremecedor de estos últimos casos. Se trataba de uno de sus pacientes: “Me temo que un hombre bisexual, enfermo de SIDA y profundamente trastornado está tratando de infectar a otras personas con su enfermedad. Sabe que podría causarles la muerte”. El propio enfermo dijo lo siguiente a la psiquiatra: “Cuando descubrí que había contraído el SIDA, decidí no tener relaciones sexuales con nadie, pero luego me enfadé y dije: ‘Conquistemos el mundo’”. ¿Qué quería decir con eso?
La psiquiatra explica: “Me comentó que a veces, cuando se enfadaba con alguien, había una voz interior que le decía: ‘Matemos a este individuo’, y trataba de tener relaciones sexuales con él. También dijo que vivía con un hombre bisexual que era promiscuo con las mujeres”. La psiquiatra trató de persuadir a las autoridades para que recluyesen a este hombre peligroso, pero no lo consiguió. “La última vez que le vi —escribe la psiquiatra—, su comportamiento no había cambiado, y no tengo ninguna razón para pensar que ahora sea diferente”.
¿Un caso único? Lamentablemente, no. El Centro para el Control de la Enfermedad apodó a un hombre “Paciente Cero” debido al importante papel que desempeñó cuando comenzó a propagarse el SIDA en Estados Unidos. Incluso después de saber que ponía en peligro la vida de otras personas, continuó teniendo contactos homosexuales con unas doscientas cincuenta personas al año. Ha habido mujeres que se han quejado de que sus parejas mantuvieron en secreto que eran bisexuales. Los drogadictos continúan compartiendo sus agujas usadas y contaminadas, lo que ha hecho que en varios países se hayan convertido en el mayor colectivo de nuevas víctimas del SIDA.
Por preocupante que sea todo esto, a los estudiantes de la Biblia no les sorprende.. Este libro antiguo predijo hace mucho tiempo que la gente de la actual generación agitada serían “amadores de sí mismos [...], sin tener cariño natural”. (2 Timoteo 3:1-5.) No hay duda de que ese tiempo ha llegado. Los que pasan por alto las leyes de Dios sobre la moralidad siempre han ofendido al Autor de dichas leyes, nuestro Creador, y este es el peor riesgo que se puede correr en la vida. Pero hoy día, la misma desobediencia suele acarrear un riesgo adicional: que pongamos nuestra vida en manos de personas que solo valoran su propio placer.