CAPÍTULO 18
La sabiduría de la Palabra de Dios
1, 2. ¿Qué “carta” nos ha enviado Jehová, y por qué?
¿ALGUNA vez ha recibido una carta de un ser querido que vive lejos? A todos nos emociona recibir noticias de alguien a quien queremos: saber cómo está, lo que le ha pasado, qué planes tiene... Gracias a ese tipo de comunicación, nos sentimos más cerca de esa persona a la que tanto queremos, aunque estemos lejos.
2 Pero ningún otro mensaje nos alegra tanto como el que viene de nuestro querido Dios. La “carta” que él nos mandó es su Palabra, la Biblia. En ella nos cuenta quién es, qué ha hecho, qué hará y mucho más. Nos la dio porque quiere que nos sintamos cerca de él. Y, como Jehová es tan sabio, eligió el mejor medio para comunicarse con nosotros. La gran sabiduría de Jehová también se ve por la forma en que la Biblia está escrita y por lo que dice en ella.
¿Por qué puso por escrito su mensaje?
3. ¿Cómo le transmitió Jehová la Ley a Moisés?
3 Quizás alguien se pregunte: “¿Por qué no se comunicó Jehová con nosotros de una forma más espectacular, como con una voz del cielo?”. Bueno, lo cierto es que a veces sí habló desde el cielo mediante ángeles. Por ejemplo, lo hizo cuando le dio la Ley a Israel (Gálatas 3:19). Pero, cuando los israelitas lo escucharon, les dio muchísimo miedo. Así que pidieron que Jehová se comunicara con ellos a través de Moisés (Éxodo 20:18-20). Finalmente, Jehová habló con Moisés y le dictó más de 600 leyes palabra por palabra. Ese conjunto de leyes es la Ley mosaica.
4. ¿Qué hubiera pasado si Moisés no hubiera puesto por escrito la Ley de Dios?
4 Pero, si esa Ley nunca se hubiera puesto por escrito, ¿habría podido Moisés recordar a la perfección todo lo que Jehová le dijo para transmitírselo fielmente al resto del pueblo? Y la gente, ¿habría podido recordar todo lo que Moisés les dijera y así transmitirlo generación tras generación? Ese no habría sido un método muy confiable para transmitir los mandatos de Dios. Imagínese que tuviera una larga fila de gente ante usted y le contara una historia a la primera persona de la fila para que esta se la contara a la siguiente, y así hasta llegar al final. Lo que escucharía el último de la fila seguramente sería muy distinto del mensaje original. Pero eso nunca pasó con la Ley de Dios.
5, 6. ¿Qué mandó Jehová que se hiciera con sus palabras, y por qué es eso una bendición para nosotros?
5 Jehová decidió sabiamente encargarse de que sus palabras se escribieran. Le mandó a Moisés: “Escribe estas palabras, porque estoy celebrando un pacto contigo y con Israel de acuerdo con estas palabras” (Éxodo 34:27). Por eso, en el año 1513 antes de nuestra era se empezó a escribir la Biblia. A lo largo de los siguientes 1.610 años, Dios “les habló [...] en muchas ocasiones y de muchas maneras” a unos 40 hombres para que escribieran la Biblia (Hebreos 1:1). Durante ese tiempo, muchos hombres fieles también fueron copiando las Escrituras con mucho cuidado para conservarlas (Esdras 7:6; Salmo 45:1).
6 Es una bendición que Jehová se haya comunicado con nosotros por escrito. ¿Ha recibido alguna carta de ánimo justo cuando más lo necesitaba? De seguro la guardó con cariño para leerla una y otra vez. Eso es lo que pasa con la “carta” que recibimos de Jehová. Como puso sus palabras por escrito, podemos leerlas y meditar en ellas una y otra vez (Salmo 1:2). Así podemos recibir “el consuelo de las Escrituras” siempre que lo necesitemos (Romanos 15:4).
¿Por qué usó escritores humanos?
7. ¿Por qué fue sabio que Jehová usara escritores humanos?
7 Jehová fue muy sabio al usar humanos para que escribieran su Palabra. Piénselo: si Dios les hubiera dado esa tarea a los ángeles, ¿nos llegaría la Biblia al corazón tanto como ahora? Ellos podrían haber descrito a Jehová como ellos lo ven, explicar por qué lo aman y lo adoran, y contar la historia de algunos siervos fieles de Dios. Pero ellos son superiores a nosotros, saben más y tienen mucha más experiencia y fuerza. Así que, ¿de verdad habríamos entendido su visión de las cosas? ¿Nos habríamos sentido identificados con sus sentimientos? (Hebreos 2:6, 7).
8. ¿En qué sentido se les permitió a los escritores bíblicos valerse de sus capacidades? (Vea también la nota).
8 Al usar seres humanos para escribir la Biblia, Jehová nos dio justo lo que necesitamos: una carta “inspirada por Dios” que al mismo tiempo refleja el toque humano (2 Timoteo 3:16). ¿Cómo lo logró? Al parecer, en muchos casos les permitió valerse de su capacidad mental para seleccionar “palabras agradables” y “escribir con exactitud palabras de verdad” (Eclesiastés 12:10, 11). Por eso hay tantos estilos distintos: cada libro refleja el origen y la personalidad de su escritor.a Sin embargo, aquellos hombres “hablaron de parte de Dios impulsados por espíritu santo” (2 Pedro 1:21). Así que, en realidad, la Biblia es “la palabra de Dios” (1 Tesalonicenses 2:13).
“Toda la Escritura está inspirada por Dios”.
9, 10. ¿Qué contribuye a que la Biblia nos llegue al corazón?
9 Gracias a que Jehová usó escritores humanos, la Biblia nos llega al corazón. Ellos tenían los mismos sentimientos que nosotros. Eran imperfectos y pasaron por pruebas y dificultades parecidas a las nuestras. A veces, el espíritu de Jehová los impulsó a hablar de sus emociones y sus luchas (2 Corintios 12:7-10). Ningún ángel podría haber escrito algo así en primera persona, como lo hicieron ellos.
10 Pensemos en el caso del rey David, del antiguo Israel. Después de haber cometido varios pecados graves, compuso un salmo en el que le abrió su corazón a Jehová y le suplicó que lo perdonara. Él escribió: “Límpiame de mi pecado. Porque conozco muy bien mis ofensas y mi pecado está siempre delante de mí. Mira, cuando nací ya era culpable de error, y en pecado me concibió mi madre. No me eches de tu presencia; no me quites tu espíritu santo. El sacrificio que a Dios le agrada es un espíritu destrozado; un corazón destrozado y aplastado, oh, Dios, no lo rechazarás” (Salmo 51:2, 3, 5, 11, 17). ¿Verdad que podemos sentir la angustia de David? Solo un ser humano podría expresar estos sentimientos.
¿Por qué se incluyen historias de personas?
11. ¿Qué historias reales incluye la Biblia “para nuestra enseñanza”?
11 La Biblia también nos llega al corazón porque incluye muchas historias de personas reales. Algunas servían a Dios y otras no. Nos narra sus experiencias, así como sus tristezas y alegrías. También aprendemos mucho de las decisiones que tomaron y de sus resultados. Todos esos relatos de la vida real están allí “para nuestra enseñanza” (Romanos 15:4). Con ellos, Jehová nos enseña de una forma que nos llega a lo más profundo. Veamos algunos casos.
12. ¿En qué sentido nos ayudan los relatos de personas infieles?
12 La Biblia habla de personas que fueron infieles o malvadas y también de las consecuencias de sus acciones. Sus historias nos ayudan a entender claramente por qué debemos evitar ciertas actitudes. Por ejemplo, ¿qué tiene más fuerza: un mandato que prohíbe la traición, o el relato en el que Judas traiciona a Jesús? (Mateo 26:14-16, 46-50; 27:3-10). Relatos como este pueden tener un profundo impacto en nosotros, y esto nos ayuda a identificar ciertos defectos que pudiéramos tener y a luchar contra ellos.
13. ¿De qué formas nos ayuda la Biblia a desarrollar cualidades?
13 La Biblia también incluye historias de muchos siervos fieles de Dios que nos dan un ejemplo de lealtad y devoción. Ver sus cualidades en acción nos enseña cómo acercarnos a Dios. Una de esas cualidades es la fe. La Biblia define esta cualidad y explica lo importante que es para hacer feliz a Jehová (Hebreos 11:1, 6). Pero también incluye relatos que demuestran claramente la fe tan grande de algunas personas, como la de Abrahán cuando iba a sacrificar a su hijo Isaac (Génesis, capítulo 22; Hebreos 11:17-19). Gracias a este tipo de relatos, entendemos mucho mejor qué significa tener fe. Así que Jehová no solo nos anima a desarrollar cualidades, sino que a través de ejemplos como estos nos enseña cómo hacerlo. ¡Qué sabio es Jehová!
14, 15. ¿Qué cuenta la Biblia sobre una viuda que fue al templo, y qué nos enseña sobre Jehová este relato?
14 Las historias de la vida real que hay en la Biblia por lo general nos enseñan algo sobre la personalidad de Jehová. Piense en un episodio del ministerio de Jesús. Sentado cerca de las arcas del tesoro del templo, ve cómo la gente echa dinero en ellas y que muchos ricos “dan de lo que les sobra”. Entonces se fija en una mujer, una viuda pobre que echa lo último que le queda, “dos moneditas de muy poco valor”.b Jesús —que reflejaba a la perfección el punto de vista de Jehová— dice: “Esta viuda pobre echó en las arcas del tesoro más que todos los demás”. Así que, para Jehová, ella había dado más que todas aquellas personas juntas (Marcos 12:41-44; Lucas 21:1-4; Juan 8:28).
15 Es curioso que, de toda la gente que fue al templo ese día, Jesús se fijara en esa viuda. ¿Verdad que nos conmueve que Dios haya incluido este relato en la Biblia? Con esta historia, Jehová nos demuestra que valora lo que hacemos por él. Le encanta lo que le damos de corazón y jamás nos compara con nadie. ¿No nos enternece que Jehová haya usado un relato así para enseñarnos esta lección?
Lo que no cuenta la Biblia
16, 17. ¿Cómo vemos la sabiduría de Jehová hasta en los detalles que decidió no contar en su Palabra?
16 Cuando le escribimos una carta a un ser querido, no podemos incluir todos los detalles. Escogemos muy bien lo que vamos a contarle. Jehová también escogió muy bien de qué sucesos y personas se hablaría en su Palabra, pero no siempre dio todos los detalles (Juan 21:25). Por ejemplo, al hablar de la forma en que Dios juzga a la gente, tal vez la Biblia no responda todas nuestras preguntas. Pero hasta en esas cosas que Dios decide no contar vemos su sabiduría. ¿De qué manera?
17 La forma en que la Biblia está escrita nos ayuda a descubrir lo que llevamos dentro. Respecto a “la palabra de Dios”, o su mensaje, Hebreos 4:12 dice: “Está viva y actúa con poder. Está más afilada que cualquier espada de dos filos y penetra hasta separar el alma del espíritu [...], y es capaz de revelar los pensamientos y las intenciones del corazón”. Así que el mensaje de la Biblia llega hasta lo más hondo de nuestro ser y revela nuestros verdaderos pensamientos y motivos. Quien la lee con una actitud crítica suele decepcionarse al llegar a relatos que no dan tanta información como le gustaría. Quizás hasta cuestione que Jehová de veras sea amoroso, sabio y justo.
18, 19. a) ¿Por qué no nos desanimamos si no vemos enseguida las respuestas a nuestras preguntas sobre un relato? b) ¿Qué hace falta para entender la Biblia, y cómo muestra esto lo sabio que es Dios?
18 Sin embargo, cuando tenemos la actitud correcta al estudiar la Biblia, no cuestionamos a Jehová ni nos desanimamos si no vemos enseguida las respuestas a nuestras preguntas sobre un relato. ¿Por qué? Pongamos un ejemplo: al hacer un rompecabezas de muchas piezas, al principio tal vez no encontremos la que buscamos o no sepamos dónde encajar una de ellas. Pero puede que las piezas que ya están en su lugar nos den una idea de cómo es la imagen completa. Lo mismo pasa con el estudio de la Biblia. Si aprendemos poco a poco qué clase de Dios es Jehová, llegaremos a ver la imagen completa. Así, al leer algo que al principio no entendamos o que nos parezca que no encaja con la personalidad de Jehová, sabremos lo suficiente como para estar seguros de que él lo hace todo con amor y siempre actúa con justicia.
19 Por lo tanto, solo comprenderemos la Palabra de Dios si la leemos y estudiamos con un corazón sincero y una mente abierta. Esto es una prueba de la inmensa sabiduría de Jehová. ¿Verdad que hay genios que escriben libros que solo pueden entender “los intelectuales y sabios”? Pero ellos no podrían escribir un libro que solo entiendan quienes tengan un corazón puro. El único que puede lograr eso es Jehová, que es sabio de verdad (Mateo 11:25).
Un libro lleno de “sabiduría práctica”
20. ¿Por qué es Jehová el único que puede enseñarnos cuál es el mejor modo de vivir, y qué información útil da la Biblia?
20 Mediante su Palabra, Jehová nos enseña cuál es el mejor modo de vivir. Como nos creó, sabe mejor que nosotros lo que necesitamos. Al fin y al cabo, el ser humano tiene las mismas necesidades básicas que cuando se escribió la Biblia: recibir amor, ser feliz y tener buenos amigos. La “sabiduría práctica” que contiene la Biblia es útil y puede ayudarnos a que nos vaya bien y a ser felices (Proverbios 2:7). El último capítulo de cada sección de este libro muestra cómo podemos seguir los sabios consejos de la Biblia. Pero aquí veremos un ejemplo por adelantado.
21-23. ¿Qué sabios consejos nos ayudan a evitar la ira y el rencor?
21 ¿Se ha dado cuenta de que la gente resentida suele acabar amargándose y haciéndose daño a sí misma? El rencor es una carga. Y, cuando lo alimentamos, nos desgasta mentalmente y nos roba la paz y la alegría. La ciencia ha descubierto que la ira puede aumentar el riesgo de sufrir enfermedades cardiacas y muchos otros problemas de salud crónicos. Pero mucho antes de estos descubrimientos, la Biblia dio este sabio consejo: “Deja de lado la ira, renuncia a la furia” (Salmo 37:8). ¿Y cómo podemos hacerlo?
22 La Biblia nos dice estas sabias palabras: “La perspicacia del hombre frena su furia, y es un gesto hermoso que él pase por alto una ofensa” (Proverbios 19:11). La perspicacia nos ayuda a ver más allá y entender lo que hay detrás de las palabras o acciones de otros. Si tratamos de entender las intenciones, los sentimientos y las circunstancias de los demás, se nos hará más fácil no sentirnos heridos y no guardarles rencor.
23 La Biblia también nos aconseja: “Sigan soportándose unos a otros y perdonándose con generosidad” (Colosenses 3:13). La expresión “sigan soportándose unos a otros” nos invita a ser pacientes y a tolerar lo que nos molesta de los demás. Esta actitud nos ayudará a no ofendernos por cosas sin importancia. Y la expresión “perdonándose” transmite la idea de dejar que se vaya el resentimiento. Nuestro Dios, que es tan sabio, sabe que necesitamos perdonar cuando hay buenas razones para hacerlo. Si perdonamos, no solo les hacemos un favor a los demás; también nosotros conservamos nuestra paz interior (Lucas 17:3, 4). ¡Cuánta sabiduría hay en la Palabra de Dios!
24. ¿Qué lograremos si seguimos los sabios consejos de Jehová?
24 Como Jehová nos ama tanto, eligió el mejor medio posible para comunicarse con nosotros: una “carta” escrita por hombres dirigidos por el espíritu santo. Así, hizo que sus sabios consejos, “dignos de toda confianza”, se guardaran en la Biblia (Salmo 93:5). Cuando seguimos estos consejos y los compartimos con los demás, nos acercamos más a Dios, la fuente de la sabiduría. En el próximo capítulo, veremos otra prueba asombrosa de su sabiduría: su capacidad de predecir el futuro y cumplir su propósito.
a Por ejemplo, como David era pastor, usó ejemplos sacados de su experiencia con las ovejas (Salmo 23). Mateo, que había sido cobrador de impuestos, solía hacer referencia a cifras y cantidades de dinero (Mateo 17:27; 26:15; 27:3). Y Lucas, que era médico, mencionó detalles relacionados con la medicina (Lucas 4:38; 14:2; 16:20).
b Las dos monedas que echó la viuda eran leptones. El leptón era la moneda judía más pequeña y de menos valor que había en circulación. Dos leptones equivalían al salario que ganaba un trabajador en 15 minutos. Esas dos moneditas no alcanzaban ni siquiera para comprar un gorrión, el ave más barata que comían los pobres.