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SantiagoPerspicacia para comprender las Escrituras, volumen 2
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4. Hijo de José y María y medio hermano de Jesús. (Mr 6:3; Gál 1:19.) Aunque no fue uno de los apóstoles, debió ser un superintendente de la congregación cristiana de Jerusalén (Hch 12:17) y el escritor del libro bíblico que lleva su nombre. (Snt 1:1.) Puede que haya sido el mayor después de Jesús, pues su nombre aparece en primer lugar cuando se menciona a los cuatro hijos varones que tuvieron María y José: Santiago, José, Simón y Judas. (Mt 13:55; véase HERMANO, HERMANA.)
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SantiagoPerspicacia para comprender las Escrituras, volumen 2
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Del principio de la carta de Santiago parece desprenderse que fue este ‘hermano de Jesús’ quien la escribió, y no uno de los apóstoles del mismo nombre (el hijo de Zebedeo o el hijo de Alfeo). Allí el escritor se identifica a sí mismo como un “esclavo de Dios y del Señor Jesucristo”, más bien que como un apóstol. De manera similar, su hermano Judas también se identificó a sí mismo como un “esclavo de Jesucristo, pero hermano de Santiago”. (Snt 1:1; Jud 1.) Ambos hermanos humildemente evitaron identificarse como hermanos carnales del Señor Jesucristo.
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Santiago, Carta dePerspicacia para comprender las Escrituras, volumen 2
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El escritor de la carta de Santiago se identifica a sí mismo como un “esclavo de Dios y del Señor Jesucristo”, de manera muy similar a Judas, quien en la introducción a la carta que lleva su nombre se llama a sí mismo un “esclavo de Jesucristo, pero hermano de Santiago”. (Snt 1:1; Jud 1.) Además, las palabras de apertura de la carta de Santiago incluyen el término “¡Saludos!” (1:1), al igual que la carta concerniente a la circuncisión que se envió a las congregaciones cuando obviamente Santiago, el medio hermano de Jesús, tuvo una participación destacada en la asamblea de “los apóstoles y los ancianos” reunida en Jerusalén. (Hch 15:13, 22, 23.)
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Santiago, Carta dePerspicacia para comprender las Escrituras, volumen 2
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A quiénes se escribió. Santiago escribió a “las doce tribus que están esparcidas por todas partes”, o “las [que están] en la dispersión”. (Snt 1:1, nota.) Se dirigió a sus “hermanos” espirituales, es decir, los que tenían “la fe de nuestro Señor Jesucristo”, y principalmente los que vivían fuera de Palestina (1:2; 2:1, 7; 5:7). Aunque Santiago basa gran parte de su argumento en las Escrituras Hebreas, esto no prueba que su carta fuese solo para cristianos judíos, del mismo modo que el que hoy en día alguien esté familiarizado con las Escrituras Hebreas no prueba que sea de ascendencia judía. El que llame a Abrahán “nuestro padre” (2:21) está en armonía con las palabras de Pablo en Gálatas 3:28, 29, donde muestra que lo que determina que uno sea de la verdadera descendencia de Abrahán no es el ser judío o griego. Por lo tanto, las “doce tribus” a las que se dirige la carta tienen que ser el “Israel de Dios”, el Israel espiritual. (Gál 6:15, 16.)
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