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Pastores, imiten a Jehová y JesúsLa Atalaya 2013 | 15 de noviembre
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Por consiguiente, ¿cómo deben tratar a las ovejas los pastores cristianos? A los miembros de la congregación se les pide que “sean obedientes a los que llevan la delantera” entre ellos. Por otra parte, a los ancianos cristianos se les anima a no estar “enseñoreándose de los que son la herencia de Dios”, a no ser dominantes (Heb. 13:17; lea 1 Pedro 5:2, 3). Ahora bien, ¿cómo pueden dirigir los ancianos al rebaño sin ser dominantes? En otras palabras, ¿cómo pueden satisfacer las necesidades de las ovejas sin abusar de la autoridad que Dios les ha concedido?
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Pastores, imiten a Jehová y JesúsLa Atalaya 2013 | 15 de noviembre
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“EJEMPLOS DEL REBAÑO”
13, 14. ¿En qué campos deben ser los ancianos ejemplos del rebaño?
13 Después de exhortar a los ancianos de la congregación a no andar “enseñoreándose de los asignados por Dios” a ellos, el apóstol Pedro los animó a hacerse “ejemplos del rebaño” (1 Ped. 5:3, nota). ¿Cómo puede un anciano seguir ese consejo? Examinemos dos de los requisitos que debe cumplir todo hombre que esté “procurando alcanzar un puesto de superintendente”: tener “juicio sano” y “[presidir] su propia casa excelentemente”. Para llegar a ser anciano, debe tener “juicio sano”, es decir, entender claramente los principios divinos y saber aplicarlos en su propia vida. Tiene que ser una persona sensata y no apresurarse en sus juicios. Además, si tiene familia, debe ser un buen cabeza, ya que “si de veras no sabe algún hombre presidir su propia casa, ¿cómo cuidará de la congregación de Dios?” (1 Tim. 3:1, 2, 4, 5). Los miembros de la congregación se sienten impulsados a confiar en los ancianos cuando ven estas cualidades en ellos.
14 Otro campo en que los superintendentes tienen que ser ejemplos para sus hermanos es la predicación. Jesús les puso el modelo, pues predicar las buenas nuevas fue un aspecto importante de su ministerio en la Tierra. Además, les mostró a sus discípulos cómo llevar a cabo esta obra (Mar. 1:38; Luc. 8:1). En nuestros días, para los publicadores es muy alentador predicar con los ancianos, ver su entusiasmo por esta obra salvadora y aprender sus métodos de enseñanza. Cuando la congregación ve que los ancianos dedican su tiempo y energías a predicar pese a su apretado horario, todos sus miembros se sienten impulsados a imitarlos. Los ancianos también dan un buen ejemplo preparándose para las reuniones y participando en ellas y en otras actividades relacionadas, como la limpieza y mantenimiento del Salón del Reino (Efes. 5:15, 16; lea Hebreos 13:7).
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