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Siga andando en la luz divinaLa Atalaya 1986 | 15 de julio
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“Todo lo que hay en el mundo” no se origina de Dios. Esto incluye “el deseo de la carne”, cuya satisfacción significa saciar anhelos pecaminosos como los deseos sexuales inmorales. (1 Corintios 6:15-20; Gálatas 5:19-21.) Algo que también se ha de evitar es el ceder al “deseo de los ojos”. El fruto prohibido, atractivo a la vista, sedujo a Eva, y el que David viera a Bat-seba bañándose lo llevó a cometer un pecado craso. (Génesis 3:6; 2 Samuel 11:2-17.) Entonces, para continuar andando en la luz divina, tenemos que evitar diversiones degradantes y cualquier cosa que sea atractiva a los deseos pecaminosos y que corrompa el corazón. (Proverbios 2:10-22; 4:20-27.)
18. ¿Por qué carece de sentido “la exhibición ostentosa del medio de vida de uno”, y qué no trae?
18 También se origina del mundo “la exhibición ostentosa del medio de vida de uno”. Puede que una persona orgullosa se jacte de su riqueza, la ropa que tiene y cosas así por el estilo, pero, todo esto lo puede perder. Su “exhibición ostentosa” quizás impresione a algunos y le traiga elogios efímeros de parte de estos, pero no la bendición de Dios. (Mateo 6:2, 5, 16, 19-21; Santiago 4:16.)
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