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Se canta una canción nueva de victoriaApocalipsis... ¡se acerca su magnífica culminación!
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El libro de Revelación ya ha señalado a la siega o cosecha de una gran muchedumbre sin número que clama con voz fuerte: “La salvación se la debemos a nuestro Dios, que está sentado en el trono, y al Cordero”. Esta gran muchedumbre sobrevivirá a la gran tribulación, y al continuar refrescándose mediante “fuentes de aguas de vida” serán elevados a la perfección humana en la Tierra. Algún tiempo después de la gran tribulación el Hades será vaciado, y otros innumerables millones de humanos serán resucitados y tendrán la oportunidad de beber de esas mismas aguas de vida. Si se tiene presente esto, sería correcto llamar a la gran muchedumbre unas primicias de las otras ovejas... son los primeros que ‘lavan sus ropas largas y las emblanquecen en la sangre del Cordero’ con la esperanza de vivir para siempre en la Tierra. (Revelación 7:9, 10, 14, 17; 20:12, 13.)
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Se canta una canción nueva de victoriaApocalipsis... ¡se acerca su magnífica culminación!
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Finalmente, en el séptimo mes, cuando se recolectaba toda la cosecha, se celebraba la fiesta de las Cabañas, un tiempo gozoso de dar gracias en que los israelitas moraban por una semana en cabañas hechas de, entre otras cosas, ramas de palmera. (Levítico 23:33-43.) Correspondientemente, los de la gran muchedumbre, que son parte de la gran recolección, dan gracias delante del trono con “ramas de palmera en sus manos”. (Revelación 7:9.)
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