-
Compre oro acrisolado por fuegoApocalipsis... ¡se acerca su magnífica culminación!
-
-
La falta de agua —un problema importante de la ciudad— se había resuelto encauzando aguas desde manantiales térmicos a alguna distancia. Así, para cuando el agua llegaba a la ciudad estaba solo tibia.
-
-
Compre oro acrisolado por fuegoApocalipsis... ¡se acerca su magnífica culminación!
-
-
¿Qué mensaje tiene Jesús para los laodicenses? No tiene palabras de encomio. Les dice francamente: “Conozco tus hechos, que no eres ni frío ni caliente. Quisiera que fueras frío o, si no, caliente. Así, por cuanto eres tibio, y ni caliente ni frío, voy a vomitarte de mi boca”. (Revelación 3:15, 16.) ¿Cómo respondería usted a un mensaje como ese procedente del Señor Jesucristo? ¿No despertaría usted, y se examinaría? De seguro esos laodicenses tienen que despertar, pues en sentido espiritual se han hecho indolentes, porque, según parece, dan por sentadas muchas cosas. (Compárese con 2 Corintios 6:1.) Jesús, a quien como cristianos deberían haber imitado, siempre despliega celo ardiente por Jehová y su servicio. (Juan 2:17.) Además, para los mansos él siempre ha sido tierno y apacible, tan refrescante como un vaso de agua fría en un día de intenso calor. (Mateo 11:28, 29.) Pero los cristianos de Laodicea no son calientes ni fríos. Como las aguas que fluyen a su ciudad, se han hecho tibios. ¡Pudieran ser completamente rechazados por Jesús, ‘vomitados de su boca’! Que nosotros, por nuestra parte, nos esforcemos siempre celosamente, como lo hizo Jesús, por suministrar refrigerio espiritual a otros. (Mateo 9:35-38.)
-