LITRO
Después de la apertura del “tercer sello”, Revelación 6:5, 6 dice literalmente que tanto un quénice (kjói·nix) de trigo como tres quénices de cebada se venden por un denario. Según los eruditos, el quénice tenía un poco más de capacidad que el litro y un poco menos que el cuartillo de áridos. En vista de que en los días de Juan un denario era el salario por un día de trabajo (Mt 20:1-12), el que se vendiera el grano a esos precios indicaba que existía una condición de hambre.