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Cómo ayudar a otros a adorar a DiosLa Atalaya 1988 | 15 de noviembre
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Si los ancianos ven que cierta persona de este tipo es una amenaza extraordinaria al rebaño, pueden advertir en privado a los que se hallan en peligro. Por ejemplo, puede que el ex publicador sea un joven que se haya dado a la borrachera o a la inmoralidad. A pesar del anuncio de que ya no es publicador no bautizado, pudiera buscar el compañerismo de los jóvenes de la congregación. En esa situación, los ancianos hablarían en privado con los padres de los que estén en peligro, y quizás también con los jóvenes mismos. (Hebreos 12:15, 16; Hechos 20:28-30.)
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Cómo ayudar a otros a adorar a DiosLa Atalaya 1988 | 15 de noviembre
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Sin embargo, si un menor que ha estado asociándose con la congregación como publicador no bautizado se envuelve en algún mal grave, esto les concierne a los ancianos que están “velando por las almas” del rebaño. (Hebreos 13:17.)
22 Básicamente, con ese mal se trataría como ya se ha indicado en este artículo. Se puede asignar a dos ancianos para que investiguen lo que ha sucedido. Por ejemplo, ellos pudieran primero considerar con los padres (o el progenitor implicado) lo que ha sucedido, qué actitud muestra el menor en cuanto a ello, y qué medidas de corrección se han tomado. (Compárese con Deuteronomio 21:18-21.) Si los padres cristianos están manejando bien la situación, los ancianos pueden simplemente comunicarse con ellos de vez en cuando para ofrecer consejo útil, sugerencias y estímulo amoroso.
23 Sin embargo, a veces la conversación con los padres muestra que sería mejor que los ancianos se reunieran con el menor que se ha extraviado y sus padres. Los superintendentes, teniendo presentes las limitaciones y las inclinaciones de los jóvenes, se esforzarán por instruir con apacibilidad al publicador joven no bautizado. (2 Timoteo 2:22-26.) En algunos casos pudiera verse claramente que el joven ya no puede ser publicador y que debe hacerse un anuncio apropiado.
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