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Tenga fe absoluta en el ReinoLa Atalaya 2014 | 15 de octubre
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Tenga fe absoluta en el Reino
“Fe es la expectativa segura de las cosas que se esperan.” (HEB. 11:1)
1, 2. a) ¿Por qué podemos estar seguros de que el Reino cumplirá todo lo que Dios se propuso para la humanidad? b) De acuerdo con Efesios 2:12, ¿por qué fortalecen los pactos nuestra confianza en el Reino? (Vea la ilustración del principio.)
LOS testigos de Jehová siempre decimos que el Reino de Dios es la única solución a nuestros problemas, y así se lo explicamos a la gente. Esa esperanza nos consuela y sostiene. Ahora bien, ¿estamos totalmente convencidos de que el Reino es una realidad y de que logrará su objetivo? ¿Qué razones hay para tener fe absoluta en el Reino? (Heb. 11:1.)
2 El Reino mesiánico es el medio que el Todopoderoso ha establecido a fin de cumplir lo que se propuso para su creación. Tiene un fundamento sólido: el derecho indiscutible de Jehová a gobernar. Todos los aspectos importantes del Reino —quién es su Rey, quiénes gobernarán con él y a quiénes gobernarán— están basados en pactos, o acuerdos legales, en los que una de las partes es Jehová o su Hijo, Jesucristo. Así que al reflexionar en esos pactos nos convenceremos aún más de que el propósito de Dios se cumplirá y de que el Reino es un gobierno sólido (lea Efesios 2:12).
3. ¿Qué examinaremos en este artículo y en el siguiente?
3 La Biblia habla de seis pactos principales relacionados con el Reino mesiánico en manos de Jesucristo. Son 1) el pacto con Abrahán, 2) el pacto de la Ley, 3) el pacto con David, 4) el pacto para ser un sacerdote como Melquisedec, 5) el nuevo pacto y 6) el pacto del Reino. Examinemos cómo cada uno de ellos se relaciona con el Reino y contribuye al cumplimiento del propósito de Dios para la Tierra y la humanidad (vea el recuadro “Cómo cumplirá Dios su propósito”).
UNA PROMESA REVELA CÓMO SE CUMPLIRÁ EL PROPÓSITO DE DIOS
4. Según el relato de Génesis, ¿qué tres cosas decretó Jehová en cuanto a los seres humanos?
4 Después de preparar este hermoso planeta para que el hombre lo habitara, Jehová decretó, o decidió, tres cosas en cuanto a los seres humanos. Primero, que los crearía a su imagen. Segundo, que extenderían el Paraíso a toda la Tierra y la llenarían con hijos justos. Y tercero, que tendrían prohibido comer el fruto del árbol del conocimiento de lo bueno y lo malo (Gén. 1:26, 28; 2:16, 17). No hacía falta nada más para que el propósito de Dios se hiciera realidad. Después de la creación del hombre, ya solo tendrían que cumplirse los otros dos decretos. ¿Cómo, entonces, surgió la necesidad de hacer pactos?
5, 6. a) ¿Cómo intentó Satanás impedir que el propósito de Dios se cumpliera? b) ¿Cómo respondió Jehová a las acusaciones que Satanás lanzó en Edén?
5 En un malvado intento de impedir que el propósito de Dios se cumpliera, Satanás provocó una rebelión. Para ello, concentró su ataque en el decreto que más fácilmente podía frustrar: el que exigía que los seres humanos fueran obedientes. Así pues, tentó a la primera mujer, Eva, para lograr que comiera del fruto prohibido (Gén. 3:1-5; Rev. 12:9). De ese modo puso en duda que Dios tuviera derecho a gobernar a su creación. Más tarde, el Diablo también acusó a los seres humanos de servir a Jehová por motivos egoístas (Job 1:9-11; 2:4, 5).
6 ¿Cómo respondió Jehová a las acusaciones que Satanás lanzó en Edén? Pudo haber destruido a los rebeldes, pero en ese caso nunca se cumpliría su propósito de poblar la Tierra con descendientes de Adán y Eva. Por ese motivo, en vez de ejecutarlos sin más, nuestro sabio Creador respondió con una profecía llena de significado: la promesa hecha en Edén. Con esta promesa aseguró que su palabra se cumpliría en todo detalle (lea Génesis 3:15).
7. ¿Qué garantiza la promesa hecha en Edén en cuanto a la serpiente y su descendencia?
7 Mediante la promesa que hizo en Edén, Jehová dictó sentencia contra la serpiente y su descendencia, es decir, contra Satanás y todos aquellos que se pondrían de su parte en la cuestión del derecho de Dios a gobernar. Además, le dio a la descendencia de la mujer la autoridad para destruir a Satanás. Así pues, con esa promesa, Dios garantizó que acabaría con el responsable de la rebelión y sus trágicas consecuencias. Pero no solo eso. También declaró cuál sería el medio que utilizaría para hacerlo.
8. ¿Qué puede decirse sobre la identidad de la mujer y de su descendencia?
8 ¿Quién sería la descendencia de la mujer? Puesto que debía aplastar la cabeza de la serpiente, o sea, acabar con la criatura espiritual conocida como Satanás, la descendencia tendría que ser una persona de naturaleza espiritual (Heb. 2:14). Por lo tanto, la mujer que da a luz a la descendencia también sería de naturaleza espiritual. Ahora bien, mientras que la descendencia de la serpiente fue aumentando de forma evidente, la identidad de la descendencia de la mujer fue un misterio durante casi cuatro mil años. En ese tiempo, Jehová estableció varios pactos que aclaran quién es dicha descendencia. Estos pactos también confirman que esa descendencia sería el medio que Dios utilizaría para corregir los males que Satanás le ha causado a la familia humana.
UN PACTO QUE IDENTIFICA A LA DESCENDENCIA
9. a) ¿Qué es el pacto con Abrahán? b) ¿Cuándo se hizo efectivo?
9 Unos dos mil años después de dictar su sentencia contra Satanás, Jehová mandó al patriarca Abrahán que dejara su hogar en Ur y fuera a la tierra de Canaán (Hech. 7:2, 3). Le dijo: “Vete de tu país y de tus parientes y de la casa de tu padre al país que yo te mostraré; y haré de ti una nación grande y te bendeciré y de veras haré grande tu nombre; y resulta ser tú una bendición. Y ciertamente bendeciré a los que te bendigan, y al que invoque mal sobre ti lo maldeciré, y ciertamente se bendecirán por medio de ti todas las familias del suelo” (Gén. 12:1-3). Aquí tenemos la primera referencia que hace la Biblia al pacto con Abrahán, es decir, a esta promesa que Jehová le hizo. En realidad no sabemos cuándo lo estableció. Pero sí sabemos que se hizo efectivo en el año 1943 antes de nuestra era, cuando Abrahán, a sus 75 años, salió de Harán y cruzó el río Éufrates.
10. a) ¿Cómo demostró Abrahán una fe absoluta en las promesas de Dios? b) ¿Qué detalles fue revelando Jehová sobre la descendencia de la mujer?
10 Jehová confirmó su promesa a Abrahán en varias ocasiones, y cada vez le fue dando más detalles (Gén. 13:15-17; 17:1-8, 16). Y cuando el patriarca demostró una fe absoluta en las promesas de Dios al estar dispuesto a ofrecer a su único hijo, Jehová reforzó el pacto con un juramento (lea Génesis 22:15-18 y Hebreos 11:17, 18). Después de que el pacto con Abrahán se hizo efectivo, Jehová continuó revelando detalles importantes sobre la descendencia de la mujer. Esa descendencia procedería de Abrahán y estaría compuesta por muchos. Además, sus integrantes serían reyes, destruirían a todos sus enemigos y serían una bendición para muchas personas.
Abrahán demostró tener una fe absoluta en las promesas de Dios (Vea el párrafo 10)
11, 12. a) ¿Cómo muestran las Escrituras que el pacto con Abrahán tiene un cumplimiento mayor? b) ¿Qué significa eso para nosotros?
11 Aunque el pacto con Abrahán tuvo un cumplimiento literal cuando sus descendientes heredaron la Tierra Prometida, las Escrituras muestran que los términos de ese pacto también tienen un cumplimiento espiritual (Gál. 4:22-25). El apóstol Pablo indicó por inspiración divina que, en ese cumplimiento mayor, la parte principal de la descendencia de Abrahán es Cristo y la parte secundaria son los 144.000 cristianos ungidos por espíritu (Gál. 3:16, 29; Rev. 5:9, 10; 14:1, 4). La mujer que produce la descendencia es “la Jerusalén de arriba”, la parte celestial de la organización de Dios, compuesta por las criaturas espirituales fieles (Gál. 4:26, 31). Tal como garantizó el pacto con Abrahán, la descendencia de la mujer traería bendiciones a la humanidad.
12 El pacto con Abrahán sienta la base legal para el Reino de los cielos. Abre el camino para que lo hereden el Rey y quienes gobernarán con él (Heb. 6:13-18). ¿Cuánto tiempo estará en vigor? Continuará existiendo hasta que el Reino mesiánico destruya a los enemigos de Dios y todas las familias de la Tierra hayan sido bendecidas (1 Cor. 15:23-26). Sin embargo, Génesis 17:7 dice que es “un pacto hasta tiempo indefinido”, es decir, para siempre. ¿Por qué? Porque todos los que entonces vivan en la Tierra se beneficiarán eternamente. Como vemos, el pacto con Abrahán demuestra que Jehová está decidido a cumplir su propósito de que seres humanos justos “llenen la tierra” (Gén. 1:28).
UN PACTO QUE GARANTIZA QUE EL REINO DURARÁ
13, 14. ¿Qué garantiza el pacto con David en cuanto al reinado del Mesías?
13 La promesa hecha en Edén y el pacto con Abrahán establecen un hecho muy importante: que Jehová siempre gobierna basándose en sus justas normas y que, por tanto, el Reino mesiánico, que nace de su gobierno universal, está sólidamente basado en esas normas (Sal. 89:14). ¿Se corromperá alguna vez, de modo que tenga que ser eliminado? Otro pacto legal garantiza que eso nunca ocurrirá.
14 Nos referimos al pacto con David (lea 2 Samuel 7:12, 16). Mediante ese pacto, Jehová le aseguró a aquel rey del antiguo Israel que el Mesías sería un descendiente suyo (Luc. 1:30-33). Así señaló con más precisión por quién vendría la descendencia. Estableció que un heredero de David tendría “el derecho legal” al trono del Reino mesiánico (Ezeq. 21:25-27). Por medio de Jesús, el reinado de David “será firmemente establecido por tiempo indefinido”. De hecho, “su descendencia misma resultará ser aun hasta tiempo indefinido, y su trono [durará tanto] como el sol” (Sal. 89:34-37). El reinado del Mesías jamás se volverá corrupto, y sus logros durarán para siempre.
UN PACTO QUE SATISFACE LA NECESIDAD DE UN SACERDOCIO
15-17. a) Según el pacto para ser un sacerdote como Melquisedec, ¿qué otra función tendría la descendencia de la mujer? b) ¿Por qué hacía falta que también cumpliera esa función?
15 El pacto con Abrahán y el pacto con David aseguran que la descendencia de la mujer tendría que reinar. No obstante, hacía falta algo más que un buen gobierno para que personas de todas las naciones fueran verdaderamente bendecidas. Como estas necesitaban ser liberadas del pecado e integradas en la familia universal de Jehová, hacía falta que la descendencia también cumpliera una función sacerdotal. Nuestro Creador, en su gran sabiduría, hizo esto posible mediante otro contrato legal, el pacto para ser un sacerdote como Melquisedec.
16 Por medio del rey David, Jehová reveló que haría un pacto personal con Jesús con un doble objetivo: 1) que se sentara “a [su] diestra” hasta vencer a sus enemigos, y 2) que fuera un “sacerdote hasta tiempo indefinido a la manera de Melquisedec” (lea Salmo 110:1, 2, 4). ¿Por qué “a la manera de Melquisedec”? Porque mucho antes de que los descendientes de Abrahán heredaran la Tierra Prometida, Melquisedec, el rey de Salem, fue “sacerdote del Dios Altísimo” (Heb. 7:1-3). Jehová lo nombró rey y sacerdote directamente. Él es el único hombre mencionado en las Escrituras Hebreas que cumplió ambas funciones. Además, puesto que no hay registro de que tuviera un predecesor ni un sucesor, es decir, que alguien antes o después de él cumpliera estas dos funciones, puede considerarse que es “sacerdote perpetuamente”, para siempre.
17 Por medio de este pacto personal, Jehová nombró sacerdote a Jesús directamente. Por eso Jesús será “sacerdote para siempre a la manera de Melquisedec” (Heb. 5:4-6). Este pacto demuestra a las claras que Jehová se ha comprometido legalmente a usar el Reino mesiánico para cumplir su propósito original para la Tierra y la humanidad.
PACTOS QUE SIRVEN DE BASE LEGAL PARA EL REINO
18, 19. a) ¿Qué relación tienen con el Reino los pactos que hemos visto hasta ahora? b) ¿Qué veremos en el próximo artículo?
18 Al pensar en los pactos que hemos analizado, vemos lo relacionados que están con el Reino mesiánico. También vemos que el Reino está basado sólidamente en contratos legales. Con la promesa que hizo en Edén, Jehová se comprometió a cumplir su propósito para la Tierra y la humanidad mediante la descendencia de la mujer. El pacto con Abrahán reveló quién sería esa descendencia y qué papel cumpliría.
19 El pacto con David señaló con más precisión por quién vendría la parte principal de la descendencia, Jesús, y dio a este el derecho a gobernar la Tierra a fin de que los logros del Reino fueran eternos. El pacto para ser un sacerdote como Melquisedec proporcionó un contrato legal para que la descendencia cumpliera una función sacerdotal. Ahora bien, Jesús no sería el único que llevaría a la humanidad a la perfección. Otros también serían ungidos para ser reyes y sacerdotes. ¿De dónde procederían? Lo veremos en el próximo artículo.
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Llegarán a ser “un reino de sacerdotes”La Atalaya 2014 | 15 de octubre
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Llegarán a ser “un reino de sacerdotes”
“Ustedes mismos llegarán a ser para mí un reino de sacerdotes y una nación santa.” (ÉX. 19:6)
1, 2. ¿Por qué necesitaba protección la descendencia de la mujer?
LA PRIMERA profecía que aparece en la Biblia es clave en el cumplimiento del propósito de Jehová. En la promesa que hizo en Edén, el Dios verdadero declaró: “Pondré enemistad entre ti [Satanás] y la mujer, y entre tu descendencia y la descendencia de ella”. ¿Hasta qué punto llegaría esa enemistad? Jehová dijo que la descendencia de la mujer aplastaría “la cabeza” de Satanás y que este heriría “el talón” de la descendencia de la mujer (Gén. 3:15). La enemistad entre Satanás y la mujer sería tan intensa que él trataría a toda costa de aniquilar a la descendencia de ella.
2 No es de extrañar que el salmista clamara a Dios: “¡Mira!, tus mismos enemigos están en alboroto; y los mismos que te odian intensamente han levantado la cabeza. Contra tu pueblo astutamente continúan su habla confidencial; y conspiran contra aquellos a quienes ocultas. Han dicho: ‘Vengan y [destruyámoslos] para que no sean nación’” (Sal. 83:2-4). La meta de Satanás era contaminar y destruir la línea de antepasados de la descendencia. Con el objetivo de proteger a esa descendencia y garantizar que el Reino mesiánico lograra sus fines, Jehová estableció otros acuerdos legales.
UN PACTO QUE PROTEGE A LA DESCENDENCIA
3, 4. a) ¿Cuándo se hizo efectivo el pacto de la Ley? b) ¿Qué aceptó hacer la nación de Israel? c) ¿Qué impediría el pacto de Ley?
3 Cuando los descendientes de Abrahán, Isaac y Jacob llegaron a ser millones, Jehová los convirtió en una nación: la nación del antiguo Israel. A través de Moisés, Jehová hizo un pacto singular con los israelitas, el llamado pacto de la Ley. Él les dio la Ley, y ellos aceptaron obedecerla. La Biblia relata: “Moisés [...] tomó el libro del pacto y lo leyó a oídos del pueblo. Entonces dijeron: ‘Todo lo que Jehová ha hablado estamos dispuestos a hacerlo, y a ser obedientes’. Así que Moisés tomó la sangre [de los toros sacrificados] y la roció sobre el pueblo y dijo: ‘Aquí está la sangre del pacto que Jehová ha celebrado con ustedes tocante a todas estas palabras’” (Éx. 24:3-8).
4 El pacto de la Ley se hizo efectivo en el monte Sinaí en el año 1513 antes de nuestra era. Mediante él, Dios separó a la nación de Israel como su nación escogida. En ese momento llegó a ser su Juez, su Legislador y su Rey (Is. 33:22). La historia de Israel muestra lo que pasa cuando se obedecen las justas normas de Dios y también cuando se desobedecen. La Ley prohibía casarse con paganos y adorar a dioses falsos, pues su objetivo era impedir que la línea por la que vendría la descendencia de Abrahán se contaminara (Éx. 20:4-6; 34:12-16).
5. a) ¿Qué oportunidad les daba el pacto de la Ley a los israelitas? b) ¿Por qué rechazó Dios a Israel?
5 El pacto de la Ley también estableció un sistema sacerdotal que era una muestra de otro mucho mayor que aparecería en el futuro (Heb. 7:11; 10:1). De hecho, les daba a los israelitas la oportunidad excepcional de convertirse en “un reino de sacerdotes” si obedecían las leyes de Jehová (lea Éxodo 19:5, 6). Sin embargo, Israel no cumplió este requisito. Y en vez de dar la bienvenida al Mesías —la parte principal de la descendencia de Abrahán—, la nación lo rechazó. Así que Dios rechazó a la nación.
La desobediencia de Israel no significó que el pacto de la Ley hubiera fracasado (Vea los párrafos 3 a 6)
6. ¿Qué objetivo cumplió la Ley?
6 Como le dio la espalda a Jehová, Israel no pudo proporcionar la cantidad total de los que compondrían un reino de sacerdotes. ¿Significó eso que la Ley había fracasado? No. La Ley tenía como objetivo proteger a la descendencia y ayudar a reconocer al Mesías. Y ese objetivo se cumplió cuando Cristo llegó y fue identificado. Por eso la Biblia declara que “Cristo es el fin de la Ley” (Rom. 10:4). Pero ¿quiénes tendrían entonces la oportunidad de convertirse en un reino de sacerdotes? Jehová suministró otro contrato legal para formar una nueva nación.
SE FORMA UNA NUEVA NACIÓN
7. ¿Qué predijo Jehová mediante Jeremías?
7 Mucho antes de que el pacto de la Ley se cancelara, Jehová predijo mediante el profeta Jeremías que haría con la nación de Israel “un nuevo pacto” (lea Jeremías 31:31-33). Ese pacto se diferenciaría del pacto de la Ley en que haría posible el perdón de pecados sin necesidad de sacrificar animales. ¿Cómo podría ser eso?
8, 9. a) ¿Qué logra la sangre derramada de Jesús? b) ¿Qué oportunidad se abrió para los que están incluidos en el nuevo pacto? (Vea la ilustración del principio.)
8 Siglos después, el 14 de nisán del año 33 de nuestra era, Jesús instituyó la Cena del Señor. Refiriéndose a la copa de vino, les dijo a sus 11 discípulos fieles: “Esta copa significa el nuevo pacto en virtud de mi sangre, que ha de ser derramada a favor de ustedes” (Luc. 22:20). Y el relato de Mateo indica que dijo respecto al vino: “Esto significa mi ‘sangre del pacto’, que ha de ser derramada a favor de muchos para perdón de pecados” (Mat. 26:27, 28).
9 La sangre derramada de Jesús es lo que da validez legal al nuevo pacto. Su sangre también hace posible el perdón de pecados de una vez para siempre. Jesús no es una de las partes del nuevo pacto. Al no cometer ningún pecado, no necesitaba ningún perdón. Pero Dios podía aplicar el valor de su sangre a los descendientes de Adán. También podía adoptar “como hijos” a algunos seres humanos fieles ungiéndolos con espíritu santo (lea Romanos 8:14-17). Como a los ojos de Dios estarían limpios de pecado, en cierto sentido serían como Jesús, el Hijo de Dios. Llegarían a ser “coherederos con Cristo” y tendrían la oportunidad que la nación de Israel perdió, la de llegar a ser “un reino de sacerdotes”. Respecto a estos “coherederos con Cristo”, el apóstol Pedro dijo: “Son ‘una raza escogida, un sacerdocio real, una nación santa, un pueblo para posesión especial, para que declaren en público las excelencias’ de aquel que los llamó de la oscuridad a su luz maravillosa” (1 Ped. 2:9). ¡Qué importante es el nuevo pacto! Permite que algunos discípulos de Jesús lleguen a ser la parte secundaria de la descendencia de Abrahán.
EL NUEVO PACTO SE HACE EFECTIVO
10. a) ¿Cuándo se hizo efectivo el nuevo pacto? b) ¿Por qué no pudo entrar en vigor hasta ese momento?
10 ¿Cuándo se hizo efectivo el nuevo pacto? No fue cuando Jesús habló de él en su última noche en la Tierra. Para que entrara en vigor, la sangre de Jesús tenía que derramarse y su valor tenía que presentarse a Jehová en el cielo. Además, había que ungir con espíritu santo a los que serían “coherederos con Cristo”. Por consiguiente, el nuevo pacto se hizo efectivo en el Pentecostés del año 33 de nuestra era, cuando algunos discípulos leales de Jesús fueron ungidos con espíritu santo.
11. a) ¿Cómo hizo posible el nuevo pacto que tanto judíos como no judíos formaran parte del Israel espiritual? b) ¿Cuántas personas serían incluidas en el nuevo pacto?
11 Aunque en cierto sentido el pacto de la Ley se volvió “anticuado” cuando Jehová anunció mediante Jeremías que haría un nuevo pacto con Israel, en realidad no terminó hasta que ese nuevo pacto se hizo efectivo (Heb. 8:13). Cuando eso ocurrió, Dios pudo aceptar por igual a judíos y a no judíos incircuncisos, puesto que la circuncisión pasó a ser “la del corazón por espíritu, y no por un código escrito” (Rom. 2:29). Gracias al nuevo pacto, Jehová escribiría sus leyes “en su mente, y en sus corazones” (Heb. 8:10). La cantidad total de personas incluidas en el nuevo pacto sería de 144.000. Estas compondrían una nueva nación: “el Israel de Dios”, es decir, el Israel espiritual (Gál. 6:16; Rev. 14:1, 4).
12. ¿En qué se parecen el pacto de la Ley y el nuevo pacto?
12 ¿En qué se parecen el pacto de la Ley y el nuevo pacto? El pacto de la Ley fue entre Jehová y el Israel natural, y el nuevo pacto es entre Jehová y el Israel espiritual. Ambos pactos tienen un mediador: el del primero fue Moisés, y el del nuevo es Jesús. Los dos se validaron con sangre: el pacto de la Ley, con sangre animal; el nuevo pacto, con la sangre derramada de Jesús. Bajo el pacto de la Ley, el líder de la nación de Israel fue Moisés, y en el nuevo pacto, la nueva nación también tiene un líder: Jesús, Cabeza de la congregación (Efes. 1:22).
13, 14. a) ¿Cómo se relaciona el nuevo pacto con el Reino? b) ¿Qué se necesita para que el Israel espiritual pueda reinar con Cristo en el cielo?
13 ¿Cómo se relaciona el nuevo pacto con el Reino? Pues bien, produce una nación santa de cristianos que tienen la oportunidad de convertirse en reyes y sacerdotes en ese Reino celestial. Esa nación constituye la parte secundaria de la descendencia de Abrahán (Gál. 3:29). Por lo tanto, el nuevo pacto reafirma el pacto con Abrahán.
14 Como hemos visto, el nuevo pacto produce al Israel espiritual y sienta la base legal para que sus integrantes lleguen a ser “coherederos con Cristo”. Pero se necesita otro instrumento legal para que esos “coherederos” puedan, en efecto, unirse a Cristo en su Reino celestial y cumplir las funciones de reyes y sacerdotes.
UN PACTO QUE PERMITE A OTROS REINAR CON CRISTO
15. ¿Qué pacto personal hizo Jesús con sus apóstoles fieles?
15 Después de instituir la Cena del Señor, Jesús hizo un pacto con sus 11 apóstoles fieles. Con frecuencia se le llama el pacto del Reino (lea Lucas 22:28-30). A diferencia de los demás pactos, en los que Jehová es una de las partes, este es un pacto personal entre Jesús y sus discípulos ungidos. Al decir “así como mi Padre ha hecho un pacto conmigo”, parece que Jesús se estaba refiriendo al pacto que Jehová había hecho con él para ser “sacerdote para siempre a la manera de Melquisedec” (Heb. 5:5, 6).
16. ¿Qué hace posible el pacto del Reino para los cristianos ungidos?
16 Aquellos 11 apóstoles se habían mantenido leales a Jesús en todas las pruebas que pasó. El pacto del Reino les garantizó que estarían con él en el cielo, donde se sentarían en tronos para reinar y servir de sacerdotes. Ahora bien, los 11 apóstoles fieles no serían los únicos que tendrían ese privilegio. Jesucristo se apareció en una visión al apóstol Juan y le dijo: “Al que venza, le concederé sentarse conmigo en mi trono, así como yo vencí y me senté con mi Padre en su trono” (Rev. 3:21). Por lo tanto, el pacto del Reino incluye a los 144.000 cristianos ungidos (Rev. 5:9, 10; 7:4). Este es el pacto que les permite reinar con él en el cielo. Es como cuando una novia es escogida para casarse con un rey y entonces llega a gobernar con él. De hecho, la Biblia llama a los cristianos ungidos “la novia” de Cristo y los representa como una “virgen casta” prometida en matrimonio (Rev. 19:7, 8; 21:9; 2 Cor. 11:2).
TENGA FE ABSOLUTA EN EL REINO DE DIOS
17, 18. a) Explique brevemente cómo se relacionan con el Reino los seis pactos que hemos analizado. b) ¿Por qué podemos tener fe absoluta en el Reino?
17 Cada uno de los pactos que hemos analizado en estos dos artículos se relaciona con uno o más aspectos clave del Reino (vea el recuadro “Cómo cumplirá Dios su propósito”, del artículo anterior). Este hecho enfatiza que el Reino está basado sólidamente en contratos legales. Por consiguiente, tenemos razones de peso para tener fe absoluta en el Reino mesiánico. Está claro que es el medio que Dios usará para cumplir su propósito en cuanto a la Tierra y la humanidad (Rev. 11:15).
Mediante el Reino mesiánico, Jehová cumplirá su propósito para la Tierra (Vea los párrafos 15 a 18)
18 ¿Puede alguien dudar que el Reino traerá bendiciones eternas a la humanidad? Estamos completamente convencidos de que el Reino de Dios es la única solución permanente a todos nuestros problemas. Por lo tanto, ¡llevemos con entusiasmo este mensaje a la gente! (Mat. 24:14.)
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