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Impedidos, pero triunfantes¡Despertad! 1988 | 22 de octubre
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Adaptación del entorno
Para ayudar a los disminuidos físicos a potenciar sus posibilidades, se pueden hacer algunos ajustes básicos en su hogar, en los alrededores de su casa y en su medio de transporte. Se calcula que por todo el mundo hay unos quinientos millones de personas que tienen algún impedimento serio que afecta su capacidad para moverse, ver u oír. Con el fin de hacerles la vida más fácil, los organismos para el bienestar social de muchos países presentan algunas pautas básicas para los arquitectos y diseñadores. Esto ha permitido hacer algunos ajustes útiles que han beneficiado a muchas personas impedidas.
Muchos disminuidos físicos han ideado por sí mismos maneras de hacerse la vida más fácil. Los que utilizan sillas de ruedas, por ejemplo, han acondicionado sus hogares para ellos, y han hecho que se quiten algunas puertas y escalones o se cambien las bisagras de las puertas al lado opuesto. Algunos han pedido que los armarios de pared se coloquen a una altura cómoda, han cambiado los interruptores eléctricos al modelo de placa oscilante y han subido los enchufes de la pared.
A veces, una persona imposibilitada es la que mejor puede inventar sus propias ayudas. Bo, un joven sueco cuyas piernas quedaron paralizadas en un accidente de tráfico, se puso a pensar en cómo lograr que su silla de ruedas fuera más cómoda y fácil de maniobrar. Construyó una silla de ruedas ¡que incluso le permitía subir escaleras! Actualmente trabaja como diseñador de sillas de ruedas en una empresa local.
Sin embargo, por lo general es recomendable no eliminar la necesidad de efectuar algún esfuerzo físico. De no ser así, la falta de ejercicio de la persona inválida puede conducir a problemas como rodillas atrofiadas, piernas hinchadas y músculos débiles. Por lo tanto, aunque una silla de ruedas con motor en ocasiones puede ser una excelente ayuda, el utilizar los brazos para impulsar la silla puede dar a los músculos, el corazón y los pulmones una buena dosis de ejercicio.
Una silla de ruedas debe acomodarse a la persona tanto como sea posible. Alguien hábil con las herramientas puede ayudar a ajustar el asiento, la altura, la estabilidad, el peso y su funcionamiento de la manera que mejor se adapte al usuario. “He visto que para que una silla de ruedas sea práctica, tiene que ser tan estrecha como sea posible”, dice un joven inválido después de haber viajado solo alrededor del mundo. Él viajó en avión, tren, autobús y barco sentado en una silla de ruedas sin motor.
Ponerse y quitarse la ropa a menudo es un problema para las personas impedidas. Por lo general, la ropa de confección no está pensada para ellas. Siw, una mujer inválida de mediana edad de Estocolmo (Suecia), dice que encuentra más cómodo llevar una capa que un abrigo normal. Además, pone goma elástica en las faldas para reemplazar los botones y las cremalleras. De hecho, la necesidad de usar ropa cómoda y fácil de manejar ha convertido a Siw en una hábil diseñadora y modista.
Algunos ajustes sencillos podrían ayudar a las personas a quienes les falta una mano o a las que tienen brazos o manos débiles a arreglarse mejor en la cocina. Por ejemplo: los abridores de latas y botellas pueden fijarse a la pared para que no se muevan y estén a la mano. También se pueden poner clavos de acero inoxidable en la tabla de cortar para mantener en su lugar las cosas —como por ejemplo, una barra de pan— mientras se cortan. Y una ventosa doble puede fijar los recipientes y platos a la mesa mientras la persona impedida bate o remueve ingredientes en ellos.
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Impedidos, pero triunfantes¡Despertad! 1988 | 22 de octubre
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[Ilustraciones en las páginas 24, 25]
Aparatos especialmente diseñados como estos son de gran ayuda para las personas impedidas
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