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La responsabilidad del discípuloEl hombre más grande de todos los tiempos
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Por lo tanto, el ser discípulo de Cristo es un asunto que las muchedumbres que lo siguen tienen que analizar muy cuidadosamente. Jesús subraya esto por una ilustración. “Por ejemplo —dice—, ¿quién de ustedes que quiere edificar una torre no se sienta primero y calcula los gastos, a ver si tiene lo suficiente para completarla? De otra manera, pudiera poner el fundamento, pero no poder terminarla, y todos los que miraran pudieran comenzar a burlarse de él, diciendo: ‘Este hombre comenzó a edificar, pero no pudo terminar’.”
Así, lo que Jesús les ilustra a las muchedumbres que lo siguen es que, antes de hacerse Sus discípulos, deben resolverse firmemente a cumplir con lo que está implicado, tal como, antes de construir una torre, el interesado en construirla se asegura de tener los medios que le permitirán terminarla.
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La responsabilidad del discípuloEl hombre más grande de todos los tiempos
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Jesús entonces recalca el punto de sus ilustraciones: “Por consiguiente, puedes estar seguro: ninguno de ustedes que no se despida de todos sus bienes puede ser mi discípulo”. Eso es lo que deben estar dispuestas a hacer las muchedumbres que le siguen y, sí, toda otra persona que oye acerca de Cristo. Tienen que estar prestas a sacrificar cuanto tienen —todas sus pertenencias, hasta la vida misma— para ser Sus discípulos. ¿Está usted dispuesto a hacer eso?
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