¿Quiénes eran el hombre rico y Lázaro?
La respuesta que da la Biblia
El hombre rico y Lázaro son dos personajes ficticios de una historia que Jesús contó (Lucas 16:19-31). Estos hombres representaron a dos grupos de personas: 1) los orgullosos líderes religiosos judíos de la época de Jesús y 2) las personas humildes y sinceras que aceptaron el mensaje de Jesús.
En este artículo responderemos estas preguntas:
¿Qué dijo Jesús sobre el hombre rico y Lázaro?
En el capítulo 16 de Lucas, Jesús habla de dos hombres que tuvieron un gran cambio de circunstancias.
¿De qué trata la historia? Había un hombre rico que llevaba una vida llena de lujos y, junto a su puerta, solían dejar a un mendigo llamado Lázaro, que esperaba comer de lo que caía de la mesa del hombre rico. Con el tiempo, Lázaro murió y los ángeles lo llevaron al lado de Abrahán. El hombre rico también murió y lo sepultaron. La historia sigue como si los dos estuvieran conscientes después de morir. El fuego atormentaba al hombre rico, así que le pidió a Abrahán que enviara a Lázaro para que mojara la punta de su dedo en agua y refrescara su lengua con una gota. Abrahán le dijo que no, que las circunstancias de ellos dos habían cambiado por completo y que había un gran abismo entre ellos que nadie podía cruzar.
¿Es esta una historia real?
No. Es una parábola o relato que Jesús contó para enseñar algo. Hay expertos que reconocen que no es una historia real. Por ejemplo, un subtítulo de la edición de 1912 de la Biblia de Lutero dice que se trata de una parábola. Y la Biblia de Jerusalén, que es católica, dice en una nota que es una “historia-parábola, sin relación alguna con la historia”, es decir, un relato ficticio que no está basado en un acontecimiento histórico.
¿Quería enseñar Jesús algo sobre la vida después de la muerte? ¿Quiso decir que algunas personas sufren en el infierno y que Abrahán y Lázaro estaban en el cielo? No, y hay varias razones que lo demuestran.
Por ejemplo:
Si el hombre rico estuviera quemándose en un lugar literal de tormento, ¿el fuego no evaporaría el agua de la punta del dedo de Lázaro?
Y, aun si no se evaporara, ¿podría una sola gota de agua aliviar al hombre rico si realmente estuviera rodeado de fuego?
¿Cómo podría Abrahán estar vivo en el cielo si Jesús dijo claramente que nadie había ido al cielo aún? (Juan 3:13).
¿Demuestra esta historia que el infierno existe?
No. Aunque no es una historia real, algunos defienden que simboliza que los buenos van al cielo y los malos al infierno.a
Pero ¿es eso lógico? No.
La doctrina del infierno no encaja con lo que la Biblia dice sobre cómo están los muertos. Por ejemplo, la Biblia no dice que todas las personas buenas que han muerto están viviendo felices en el cielo y que las personas malas están siendo torturadas en el infierno. Más bien, dice claramente que “los vivos saben que morirán, pero los muertos no saben nada en absoluto” (Eclesiastés 9:5).
¿Qué significa esta historia?
La historia muestra que dos grupos de personas iban a tener un gran cambio de circunstancias.
Todo indica que el hombre rico representaba a los líderes religiosos judíos, “que amaban el dinero” (Lucas 16:14). Aunque oían lo que Jesús decía, rechazaron su mensaje. Estos líderes religiosos menospreciaban a la gente común (Juan 7:49).
Lázaro representaba a la gente común que aceptó el mensaje de Jesús. Los líderes religiosos despreciaban a estas personas.
El cambio de circunstancias de los dos grupos fue enorme.
Los líderes religiosos judíos pensaban que tenían la aprobación de Dios, pero en realidad era como si estuvieran muertos porque, como no aceptaron el mensaje de Jesús, Dios los rechazó a ellos y su forma de adorarlo. De hecho, el mensaje que Jesús y sus seguidores predicaban los atormentaba (Mateo 23:29, 30; Hechos 5:29-33).
Aunque la gente común había estado desatendida y abandonada por culpa de los líderes religiosos, ahora podía acercarse a Dios sin obstáculos. Muchos aceptaron el mensaje de Jesús, y ese mensaje les ayudó muchísimo y les dio la oportunidad de tener para siempre la aprobación de Dios (Juan 17:3).
a Algunas traducciones de la Biblia utilizan la palabra infierno para decir dónde estaba el hombre rico después de morir. Sin embargo, la palabra griega que se usa en Lucas 16:23 es Hades, que sencillamente se refiere a un lugar simbólico donde descansan los muertos.