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Piense en la clase de persona que debería serLa Atalaya 2013 | 15 de agosto
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Ahora bien, antes de analizar qué podemos hacer para protegernos, veamos cómo los utilizó en el caso de Eva y el propio Hijo de Dios, y la manera tan distinta en que cada uno reaccionó.
“EL DESEO DE LA CARNE”
7. ¿Cómo utilizó Satanás “el deseo de la carne” para tentar a Eva?
7 Los seres humanos tenemos una necesidad básica: alimentarnos. Por eso mismo, nuestro Creador diseñó la Tierra para que produjera alimento en abundancia. Pero Satanás puede utilizar ese deseo natural para apartarnos de hacer la voluntad de Dios. Veamos cómo lo hizo en el caso de Eva (lea Génesis 3:1-6). Le dijo que podía comer del fruto del “árbol del conocimiento de lo bueno y lo malo” y que no moriría (Gén. 2:9). Es más, le aseguró que, en cuanto comiera de él, llegaría a ser igual que Dios. Con estas palabras, Satanás insinuó que ella no necesitaba obedecer a Jehová para seguir con vida. ¡Qué mentira tan descarada! ¿Qué haría Eva? Tenía dos opciones: rechazar de plano aquella idea, o seguir dándole vueltas y dejar que el deseo de comer el fruto creciera. Lamentablemente, a pesar de tener a su disposición todos los demás árboles, Eva decidió seguir pensando en lo que el Diablo le dijo acerca del árbol que estaba en medio del jardín. ¿Con qué resultado? “Empezó a tomar de su fruto y a comerlo.” Satanás había sembrado en ella un deseo por algo que el Creador había prohibido.
8. ¿Cómo intentó Satanás entrampar a Jesús con “el deseo de la carne”, y por qué no lo consiguió?
8 Satanás empleó la misma táctica para tentar a Jesús en el desierto. Como este llevaba cuarenta días y cuarenta noches sin comer, el Diablo trató de apelar a su deseo de alimentarse. “Si eres hijo de Dios, di a esta piedra que se convierta en pan”, le dijo (Luc. 4:1-3). Jesús tenía dos opciones: podía realizar un milagro para satisfacer su hambre, o podía no hacerlo. Él sabía que no debía emplear su poder sobrenatural para complacerse a sí mismo. Aunque estaba hambriento, su relación con Jehová le importaba mucho más. Por eso contestó: “Está escrito: ‘No de pan solamente debe vivir el hombre sino de todo lo que procede de la boca de Jehová’” (Luc. 4:4, nota).
“EL DESEO DE LOS OJOS”
9. ¿Qué sugiere la expresión “el deseo de los ojos”, y cómo apeló Satanás a este deseo en el caso de Eva?
9 Juan mencionó otro señuelo: “el deseo de los ojos”. Esta expresión sugiere que es posible empezar a desear algo con tan solo mirarlo. En el caso de Eva, Satanás apeló a este deseo y dijo: “Tendrán que abrírseles los ojos”. Cuanto más miraba ella el fruto, más lo deseaba. Sí, “a los ojos [el árbol] era algo que anhelar”.
10. ¿Cómo utilizó Satanás “el deseo de los ojos” para tentar a Jesús, pero cómo respondió este?
10 ¿Y cómo utilizó Satanás “el deseo de los ojos” para tentar a Jesús? “Le mostró todos los reinos de la tierra habitada en un instante de tiempo; y [...] le dijo: ‘Te daré toda esta autoridad y la gloria de ellos’.” (Luc. 4:5, 6.) Obviamente, Jesús no vio todos aquellos reinos con sus ojos físicos. Satanás se los mostró en una visión, pensando que se sentiría tentado al ver su gloria. Entonces tuvo el atrevimiento de decirle: “Si tú haces un acto de adoración delante de mí, todo será tuyo” (Luc. 4:7). Jesús, sin embargo, no quería en absoluto ser la clase de persona que Satanás deseaba que fuera. Por eso contestó: “Está escrito: ‘Es a Jehová tu Dios a quien tienes que adorar, y es solo a él a quien tienes que rendir servicio sagrado’” (Luc. 4:8).
“LA EXHIBICIÓN OSTENTOSA DEL MEDIO DE VIDA”
11. ¿Cómo engañó Satanás a Eva?
11 Entre las cosas que hay en el mundo, Juan mencionó “la exhibición ostentosa del medio de vida”. Cuando Adán y Eva eran los únicos habitantes del planeta, no podían exhibir ante otras personas todo lo que tenían. Pero igualmente manifestaron una actitud orgullosa. ¿Cómo? Al tentar a Eva, Satanás insinuó que Jehová la estaba privando de algo maravilloso. Le dijo que el día que probara el fruto del “árbol del conocimiento de lo bueno y lo malo” llegaría a ser “como Dios, conociendo lo bueno y lo malo” (Gén. 2:17; 3:5). Con estas palabras, le dio a entender que ella podía independizarse de Jehová. Al parecer, el orgullo la impulsó a creerse aquella mentira. Pensando que no moriría, Eva comió del fruto. ¡Qué equivocada estaba!
12. ¿Qué otro señuelo usó Satanás para tentar a Jesús, pero cómo respondió él?
12 A diferencia de Eva, ¡qué magnífico ejemplo de humildad nos dejó Jesús! Satanás quiso tentarlo nuevamente, esta vez para que hiciera algo que impresionara a otros y pusiera a prueba a Jehová, pero Jesús sabía que aquello sería una clara muestra de orgullo. Por eso respondió sin rodeos: “Dicho está: ‘No debes poner a prueba a Jehová tu Dios’” (lea Lucas 4:9-12).
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15. ¿Cómo nos ayuda el ejemplo de Jesús a resistir las tentaciones de Satanás?
15 Mientras que Eva cayó en las redes del Diablo, Jesús se mantuvo firme. En cada ocasión citó de las Escrituras diciendo “está escrito” o “dicho está”. Si estudiamos la Biblia con diligencia y nos familiarizamos con ella, nosotros también seremos capaces de recordar textos que nos ayuden a resistir las tentaciones cuando se presenten (Sal. 1:1, 2). Asimismo, pensar en los ejemplos de lealtad de siervos de Dios de tiempos bíblicos nos impulsará a imitarlos (Rom. 15:4). Y respetar profundamente a Jehová, amar lo que él ama y odiar lo que él odia nos servirá de protección (Sal. 97:10).
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Pero mientras tanto, Satanás continuará valiéndose de “las cosas que están en el mundo” para tentarnos, tal como hizo con Eva y Jesús. No seamos como Eva, quien solo pensó en satisfacer sus propios deseos. Eso equivaldría a aceptar a Satanás como nuestro dios. Más bien, imitemos a Jesús y rechacemos toda tentación, por muy atrayente que sea.
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