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¿Por qué seguir tras la justicia?La Atalaya 1990 | 15 de octubre
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Todos los siervos de Dios deben seguir tras la justicia.
Lamentablemente, para muchos hoy día esta cualidad no tiene mucha importancia. Dicen: ‘Yo no le hago daño a mi prójimo, así que estoy seguro de que agrado a Dios’. Quizás digan: ‘Hay muchos caminos a la justicia. Todo me resultará bien mientras yo sea sincero en cuanto a mi religión’.
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¿Por qué seguir tras la justicia?La Atalaya 1990 | 15 de octubre
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El apóstol Pedro dijo: “Los ojos de Jehová están sobre los justos, y sus oídos están hacia su ruego”. (1 Pedro 3:12.)
Por lo tanto, no podemos tratar este asunto como si fuera de importancia ordinaria, como lo hicieron muchos judíos. No hay duda de que muchos de ellos eran gente honrada que no causaba daño a su prójimo. También eran sinceros —hasta celosos— en cuanto a su religión. Pero en el primer siglo la mayoría de las personas no eran justas a la vista de Dios. Pablo dijo: “Les doy testimonio de que tienen celo por Dios; mas no conforme a conocimiento exacto; pues, a causa de no conocer la justicia de Dios, pero de procurar establecer la suya propia, no se sujetaron a la justicia de Dios”. (Romanos 10:2, 3.)
¿En qué consistió el error de los judíos? Pablo dice que no siguieron tras la justicia según conocimiento exacto. Su ejemplo amonestador nos dice que no basta con solo tener una personalidad agradable y no causar daño. También muestra que no hay muchos diferentes caminos a la justicia. Está claro que algo no estaba bien en la senda a la justicia que había escogido la mayoría de los judíos de los días de los apóstoles. Solo podemos seguir tras la justicia con éxito si escuchamos a Dios. El libro de Proverbios dice: “Hijo mío, si recibes mis dichos y atesoras contigo mis propios mandamientos, en tal caso entenderás justicia y juicio y rectitud, el derrotero entero de lo que es bueno”. (Proverbios 2:1, 9.)
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