-
Un dilema para la Iglesia católica¡Despertad! 1991 | 22 de febrero
-
-
Obstáculos a la unidad
Lo cierto es que la Iglesia católica romana no abandonó su postura de ser la única Iglesia verdadera. El Decreto sobre el ecumenismo promulgado en el Vaticano II matiza: “Tan solo por medio de la Iglesia católica de Cristo, que es auxilio general de la salvación, puede conseguirse la plenitud total de los medios salvíficos. Creemos que el Señor entregó todos los bienes del Nuevo Testamento a un solo colegio apostólico, a saber: al que preside Pedro”.
La enciclopedia francesa Théo—Nouvelle Encyclopédie Catholique, publicada en 1989, afirma: “Para los católicos, el Papa, como sucesor de Pedro, es teológicamente el elemento permanente de la unidad de la Iglesia y los obispos. No obstante, resulta obvio que el Papa es la razón principal que divide a los cristianos”.
Esta divisiva doctrina de la primacía del Papa está muy relacionada con los dogmas de la infalibilidad papal y la sucesión apostólica de los obispos católicos, ambos inaceptables para la mayoría de las iglesias no católicas de la cristiandad. ¿Hizo algo el Vaticano II para modificar la postura católica respecto a estas doctrinas?
El párrafo 18 de la Constitución dogmática sobre la Iglesia, promulgada en el Vaticano II, explica: “Este santo Concilio, siguiendo las huellas del Vaticano I [que decretó el dogma de la infalibilidad del Papa], enseña y declara con él que Jesucristo, eterno Pastor, edificó la santa Iglesia enviando a sus apóstoles como Él mismo había sido enviado por el Padre (cf. Io 20,21 [Juan 20:21]) y quiso que los sucesores de éstos, los obispos, hasta la consumación de los siglos, fuesen los pastores de su Iglesia. Pero para que el episcopado mismo fuese uno solo e indiviso, estableció al frente de los demás apóstoles al bienaventurado Pedro, y puso en él el principio y fundamento, perpetuo y visible, de la unidad de fe y de comunión. Esta doctrina de la institución, perpetuidad, fuerza y razón de ser del sacro primado del Romano Pontífice y de su magisterio infalible, el santo Concilio la propone nuevamente como objeto firme de fe a todos los fieles y, prosiguiendo dentro de la misma línea, se propone, ante la faz de todos, profesar y declarar la doctrina acerca de los obispos, sucesores de los apóstoles, los cuales, junto con el sucesor de Pedro, Vicario de Cristo y Cabeza visible de toda la Iglesia, rigen la casa del Dios vivo”.
-
-
¿Es posible la unidad cristiana?¡Despertad! 1991 | 22 de febrero
-
-
Pablo VI, sucesor del papa Juan XXIII, promulgó la Constitución dogmática sobre la Iglesia, que dice: “Esta es la única Iglesia de Cristo, que en el Símbolo confesamos una, santa, católica y apostólica [...]. Esta Iglesia, constituida y ordenada en este mundo como una sociedad, permanece en la Iglesia católica, gobernada por el sucesor de Pedro y por los obispos en comunión con él”.
-