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“Estén firmes en la fe”La Atalaya 2015 | 15 de septiembre
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1. a) ¿Qué le ocurrió a Pedro durante una tormenta en el mar de Galilea? (Vea la ilustración del principio.) b) ¿Por qué comenzó a hundirse Pedro?
ES DE noche. Una fuerte tormenta sacude el mar de Galilea. Los discípulos de Jesús luchan por mantener su embarcación a flote y llegar a la orilla. De pronto, ven a su Maestro caminar hacia ellos sobre el agua. Pedro le pide que le permita ir a él caminando, y Jesús le concede su petición. El apóstol salta de la barca y comienza a caminar milagrosamente sobre el agua. Sin embargo, después de dar unos pasos, comienza a hundirse. ¿Por qué? Porque deja de mirar a Jesús y se asusta al observar la tormenta que lo rodea. Pedro le pide a su Maestro que lo ayude, y este lo toma del brazo y le dice: “Hombre de poca fe, ¿por qué cediste a la duda?” (Mat. 14:24-32).
2. ¿Qué analizaremos en este artículo?
2 Analicemos con más detalle este relato de la vida de Pedro y tratemos de contestar las siguientes preguntas: 1) ¿Cómo demostró Pedro que tenía fe en Dios? 2) ¿Por qué perdió la fe? 3) ¿Qué hizo para recuperarla? Este análisis nos ayudará a estar “firmes en la fe” (1 Cor. 16:13).
FE EN LA AYUDA QUE DIOS DA
3. a) ¿Por qué saltó Pedro de la barca? b) ¿Qué cosa parecida hemos hecho nosotros?
3 Cuando Jesús lo llamó, Pedro demostró fe saltando de la barca. Estaba seguro de que el poder de Dios lo ayudaría a caminar sobre el agua, tal como estaba ayudando a Jesús. De manera parecida, nosotros hemos demostrado fe en Jehová dedicándonos a él y bautizándonos. Jesús nos llamó, por decirlo así, para que fuéramos sus discípulos y siguiéramos sus pasos. Estábamos seguros de que él y su Padre nos ayudarían en todo momento (Juan 14:1; lea 1 Pedro 2:21).
4, 5. ¿Por qué es tan valiosa la fe?
4 La fe es una cualidad muy valiosa. Tal como ayudó a Pedro a andar sobre el agua, nos ha ayudado a nosotros a hacer cosas que parecían imposibles (Mat. 21:21, 22). Por ejemplo, algunos de nosotros hemos cambiado tanto que parecemos personas completamente distintas. Pusimos fe en Jehová, nos dedicamos a él, y él bendijo nuestros esfuerzos (lea Colosenses 3:5-10). Además, la fe nos ha permitido tener su amistad, algo que, sin su consentimiento, sería imposible para los seres humanos (Efes. 2:8).
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“Estén firmes en la fe”La Atalaya 2015 | 15 de septiembre
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SI MIRA A LA TORMENTA, SU FE PUEDE HUNDIRSE
6, 7. a) ¿A qué pueden compararse el viento y las olas que rodeaban a Pedro? b) ¿Qué no debemos olvidar nunca?
6 El viento y las olas que rodeaban a Pedro mientras caminaba por el agua podrían compararse a las tentaciones y los problemas que nos rodean hoy día. Por más grandes que sean, podemos resistirlos con la ayuda de Jehová. Recuerde que si Pedro comenzó a hundirse no fue por culpa del viento o las olas. Más bien fue porque miró a la tempestad y le dio miedo (Mat. 14:30). Así es, Pedro dejó de mirar a Jesús y su fe se tambaleó. Nosotros también corremos el riesgo de hundirnos si “miramos a la tormenta” y comenzamos a dudar del apoyo de Jehová.
7 No debemos olvidar que cualquiera puede perder la fe. La Biblia dice que la falta de fe es un pecado “que fácilmente nos enreda” (Heb. 12:1). El caso de Pedro demuestra que la fe puede debilitarse en muy poco tiempo si nos concentramos en cosas en las que no deberíamos.
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