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    Benefíciese de la Escuela del Ministerio Teocrático
    • LECCIÓN 25

      Uso de un bosquejo

      ¿Qué implica?

      Hablar basándose en un bosquejo, ya sea mental o escrito, en vez de leer el discurso palabra por palabra.

      ¿Por qué es importante?

      La preparación de un bosquejo ayuda a organizar las ideas y a expresarlas con un tono conversacional y con sentimiento.

      LA IDEA de hablar basándose en un bosquejo, o esquema, suele poner nerviosas a muchas personas, quienes se sienten más seguras memorizando todo lo que tienen que decir o escribiéndolo en un papel.

      Sin embargo, en realidad, todos hablamos diariamente sin la ayuda de un escrito. Lo hacemos cuando conversamos con la familia y los amigos. Lo hacemos en el ministerio del campo. Y lo hacemos cuando oramos a Dios desde el corazón, ya sea en privado o en público.

      ¿Qué diferencia hay entre leer un discurso y pronunciarlo siguiendo un esquema? El discurso leído facilita la precisión y el uso de un vocabulario acertado, pero es más difícil que llegue al corazón. Cuando leemos más de unas cuantas frases, solemos adoptar un ritmo y una inflexión que difieren del estilo de una conversación natural. Si centramos la atención en el papel más que en el auditorio, muchos de los asistentes no escucharán con tanta atención como si ven que nos interesamos en ellos y adaptamos la información a sus circunstancias. Para que el discurso sea verdaderamente motivador, lo mejor es improvisar las palabras a partir de un bosquejo.

      La Escuela del Ministerio Teocrático está concebida para ayudarnos en la vida cotidiana. Cuando nos encontramos con nuestros amigos, no recurrimos a un papel para leerles lo que deseamos decirles a fin de emplear el mejor vocabulario. Tampoco nos llevamos al servicio del campo un escrito para leerlo por temor a olvidar algunas ideas que queremos comunicar a la gente. Cuando demuestre en la escuela cómo dar testimonio en tales circunstancias, acostúmbrese a hablar de la manera más natural posible. Se dará cuenta de que, si se prepara bien, le bastará con un esquema, ya sea mental o escrito, para recordar los conceptos clave que se propone exponer. Pero ¿cómo cultivar la confianza necesaria para hablar basándose solo en un esquema?

      Organice las ideas. Para hablar a partir de un bosquejo, es preciso que organice las ideas. Eso no significa escoger las palabras que va a emplear. Solo quiere decir pensar antes de hablar.

      En la vida diaria, la persona impetuosa quizá hable irreflexivamente y diga cosas que más tarde desearía no haber dicho. Otros divagan mucho, saltando de una idea a otra. Estas dos tendencias pueden evitarse deteniéndose y formulando un sencillo esquema mental antes de pronunciar palabra. En primer lugar, tenga presente su objetivo, luego piense en lo que debe decir para conseguirlo y después empiece a hablar.

  • Uso de un bosquejo
    Benefíciese de la Escuela del Ministerio Teocrático
    • El bosquejo de un discurso tiene que ser sencillo. ¿Cuánto debe incluir en las notas que usará para pronunciar un discurso?

      Tenga presente que el bosquejo sirve para recordar ideas. Puede escribir en él unas cuantas frases para usarlas como introducción. Pero después céntrese en las ideas, no en las palabras. Si expresa tales conceptos con la ayuda de frases, procure que estas sean cortas. En el bosquejo deben destacarse con claridad los pocos puntos principales del discurso, escribiéndolos en letras mayúsculas, subrayándolos o resaltándolos con un marcador. Bajo cada punto clave incluya las ideas que utilizará en la exposición. Apunte los textos que piensa leer. Casi siempre es mejor leerlos directamente de la Biblia. Anote las ilustraciones que crea conveniente utilizar, además de algunas citas seglares oportunas que tal vez desee incorporar. En estos casos, los apuntes deben ser lo bastante extensos como para poder exponer datos específicos. El esquema le será más útil si presenta un aspecto pulcro y ordenado.

      Algunos oradores utilizan bosquejos muy elementales, en los que quizá solo incluyan unas cuantas palabras clave y anoten algunos textos que luego citan de memoria o dibujos e imágenes que les ayudan a recordar las ideas. Con estos apuntes sencillos pueden presentar la información en orden lógico y a modo de conversación. Este es el objetivo de esta lección.

      La información del capítulo “La elaboración de un bosquejo”, que se encuentra en las páginas 39 a 42 de este libro, le será muy útil cuando se le aconseje sobre el aspecto “Uso de un bosquejo”.

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