-
Enseñemos con perspicacia y persuasiónLa Atalaya 1999 | 15 de marzo
-
-
Es particularmente importante que los ancianos cristianos sean buenos oyentes. Solo así podrán verdaderamente “[saber] cómo deben dar una respuesta a cada uno” (Colosenses 4:6). Proverbios 18:13 advierte: “Cuando alguien responde a un asunto antes de oírlo, eso es tontedad de su parte y una humillación”. Una vez dos hermanos bienintencionados dieron consejo sobre la mundanalidad a una hermana que se había perdido algunas reuniones. A ella le dolió mucho que no le preguntaran por qué no había asistido. Se estaba recuperando de una reciente intervención quirúrgica. ¡Qué importante es, por lo tanto, escuchar antes de dar consejo!
5. ¿Cómo pueden los ancianos manejar las disputas entre hermanos?
5 Para los ancianos la enseñanza a menudo implica dar consejo a los demás. En ese caso también es importante ser un buen oyente. Es especialmente necesario escuchar cuando surgen disputas entre hermanos cristianos. Solo después de haber escuchado pueden imitar “al Padre que juzga imparcialmente” (1 Pedro 1:17). En estas situaciones suelen aflorar las emociones, y el anciano debe recordar el consejo de Proverbios 18:17: “El que es primero en su causa judicial es justo; su prójimo entra, y ciertamente lo escudriña completamente”. El buen maestro escucha a ambas partes, y puede ayudar a calmar los ánimos ofreciendo una oración (Santiago 3:18). Si se caldean los ánimos, puede recomendar que cada hermano le exprese directamente a él sus preocupaciones, en vez de discutir entre sí. Mediante preguntas apropiadas el anciano puede aclarar las cuestiones en disputa. En muchos casos la causa del altercado no obedece a malicia, sino a mala comunicación. Ahora bien, si se han violado principios bíblicos, el maestro amoroso puede instruir con perspicacia después de haber oído a las dos partes.
-
-
Enseñemos con perspicacia y persuasiónLa Atalaya 1999 | 15 de marzo
-
-
Los ancianos también pueden valerse de las preguntas al pastorear el rebaño. Muchos miembros de la congregación han recibido heridas emocionales y duros golpes del mundo de Satanás, y tal vez se sientan inmundos y crean que nadie los quiere. El anciano podría razonar con la persona de esta manera: “Aunque dice que se siente indigno, ¿qué piensa Jehová de usted? Si nuestro amoroso Padre celestial permitió que su Hijo muriera por usted y lo rescatara, ¿no significa esto que Dios lo ama?” (Juan 3:16).
-