Jehová debe ser nuestra confianza
“Jehová mismo resultará ser, de hecho, tu confianza.” (PROVERBIOS 3:26.)
1. ¿Qué indica que muchas personas no confían en Dios, aun cuando digan hacerlo?
EN LOS billetes y monedas de Estados Unidos aparece el lema “En Dios confiamos”. Pero ¿confían en Dios todas las personas que utilizan ese dinero en aquel país o en cualquier otro? ¿O confían más en el dinero mismo? La confianza en el dinero de ese país o de cualquier otro no puede conciliarse con la confianza en el omnipotente Dios de amor, quien nunca abusa de su poder ni tiene ninguna clase de avidez. De hecho, él condena la avidez en términos inequívocos (Efesios 5:5).
2. ¿Qué piensan los cristianos verdaderos en cuanto al poder de las riquezas?
2 Los cristianos verdaderos depositan su confianza en Dios, no en el “poder engañoso” de las riquezas (Mateo 13:22). Reconocen que el poder del dinero para lograr la felicidad y proteger la vida es muy limitado, a diferencia del poder que tiene el Dios omnipotente (Sofonías 1:18). Por tanto, la siguiente admonición es muy oportuna: “Que su modo de vivir esté exento del amor al dinero, y estén contentos con las cosas presentes. Porque él ha dicho: ‘De ningún modo te dejaré y de ningún modo te desampararé’” (Hebreos 13:5).
3. ¿Cómo ayuda a entender el contexto de Deuteronomio 31:6 la cita que hace Pablo de este versículo?
3 Cuando el apóstol Pablo escribió estas palabras a los cristianos hebreos citó las instrucciones que Moisés dio a los israelitas poco antes de su muerte: “Sean animosos y fuertes. No tengan miedo ni sufran un sobresalto delante de ellos, porque Jehová tu Dios es el que marcha contigo. No te desamparará ni te dejará enteramente” (Deuteronomio 31:6). El contexto muestra que Moisés animaba al pueblo a que no confiara en Jehová solo para la satisfacción de sus necesidades materiales, sino en un sentido más amplio. ¿Cuál?
4. ¿Cómo demostró Dios a los israelitas que podían confiar en él?
4 Durante los cuarenta años que los israelitas tuvieron que vagar por el desierto, Dios les proporcionó puntualmente lo que necesitaban para vivir (Deuteronomio 2:7; 29:5). También los acaudilló. Los dirigió mediante una nube durante el día y una columna de fuego durante la noche hasta el umbral de ‘una tierra que manaba leche y miel’ (Éxodo 3:8; 40:36-38). Cuando llegó el momento de entrar en la Tierra Prometida, Jehová escogió a Josué como sucesor de Moisés. Era de esperar que los habitantes de la tierra opusieran resistencia. Pero Jehová había marchado con su pueblo durante décadas, de modo que no había motivo para tener miedo. Los israelitas tenían muchas razones por las que confiar en Jehová.
5. ¿En qué sentido es la situación de los cristianos hoy similar a la de los israelitas antes de entrar en la Tierra Prometida?
5 Los cristianos de hoy en día están marchando a través del desierto del presente sistema inicuo camino del nuevo mundo de Dios. Algunos de ellos lo han hecho por más de cuarenta años. Ahora están en el umbral de ese nuevo mundo. No obstante, aún hay en el camino enemigos que intentan impedir la entrada a lo que llegará a ser como una Tierra Prometida, más gloriosa que la tierra de la antigüedad que manaba leche y miel. Así que las palabras de Moisés, que Pablo repitió, son muy apropiadas para los cristianos de hoy: “De ningún modo te dejaré y de ningún modo te desampararé”. Todos los que conserven la fuerza, el valor, la fe y la confianza en Jehová serán sin duda recompensados.
Confianza basada en el conocimiento y la amistad
6, 7. a) ¿Cómo se puso a prueba la confianza de Abrahán en Jehová? b) ¿Cómo es posible que se sintiera Abrahán durante el viaje al lugar donde tenía que sacrificar a Isaac?
6 En un momento dado se mandó a Abrahán, el antepasado de los israelitas, que sacrificara a su hijo Isaac como ofrenda quemada (Génesis 22:2). ¿Cómo pudo tener este buen padre la inquebrantable confianza en Jehová para estar dispuesto a obedecer de inmediato? Hebreos 11:17-19 contesta: “Por fe Abrahán, cuando fue probado, ofreció, por decirlo así, a Isaac, y el que gustosamente había recibido las promesas trató de ofrecer a su hijo unigénito, aunque se le había dicho: ‘Lo que será llamado “descendencia tuya” será mediante Isaac’. Pero estimó que Dios podía levantarlo hasta de entre los muertos; y de allí lo recibió también a manera de ilustración”.
7 Recordemos que Abrahán e Isaac tardaron tres días en llegar al lugar donde debía efectuarse el sacrificio (Génesis 22:4). Abrahán tuvo mucho tiempo para reconsiderar lo que se le había pedido que hiciera. ¿Nos imaginamos sus sentimientos, sus emociones? El nacimiento de Isaac fue una inesperada causa de alegría. Esta evidencia de la intervención divina estrechó mucho la relación de Abrahán y su esposa Sara con Dios. A partir de entonces vivieron con la expectativa de lo que depararía el futuro a Isaac y a sus descendientes. ¿Iban a terminar sus sueños de repente, a juzgar por lo que Dios había pedido?
8. ¿Cómo fue la confianza de Abrahán en Dios más allá de solo creer que podía resucitar a Isaac?
8 La confianza de Abrahán era fruto del conocimiento personal que tienen uno del otro los amigos íntimos. Abrahán era “amigo de Jehová”, y como tal “puso fe en Jehová, y le fue contado por justicia” (Santiago 2:23). La confianza de Abrahán fue más allá de solo creer que Dios podía resucitar a Isaac. Abrahán también estaba convencido de que lo que Jehová le había pedido que hiciera era propio, aunque no conociera todos los hechos. No tenía ninguna razón para cuestionar la justicia de Jehová por lo que le había pedido. Luego, la confianza de Abrahán se fortaleció cuando el ángel de Jehová le impidió materializar el sacrificio de Isaac (Génesis 22:9-14).
9, 10. a) ¿Cómo había demostrado Abrahán su confianza en Jehová con anterioridad? b) ¿Qué importante lección podemos aprender de Abrahán?
9 Abrahán había demostrado esta clase de confianza en la justicia de Jehová unos veinticinco años antes. Cuando se le dijo que Sodoma y Gomorra iban a ser destruidas, se preocupó, como es natural, por el bienestar de las personas justas que pudieran vivir allí, entre ellas su sobrino Lot. Abrahán apeló a Dios con estas palabras: “¡Es inconcebible de ti el que vayas a obrar de esta manera para dar muerte al justo con el inicuo, de modo que tenga que ocurrirle al justo lo mismo que le ocurre al inicuo! Es inconcebible de ti. ¿El Juez de toda la tierra no va a hacer lo que es recto?” (Génesis 18:25).
10 El patriarca Abrahán estaba convencido de que Jehová nunca hace nada injusto. El salmista cantó más tarde: “Jehová es justo en todos sus caminos, y leal en todas sus obras” (Salmo 145:17). Hacemos bien en preguntarnos: “¿Acepto las pruebas que Jehová permite que pase sin dudar de Su justicia? ¿Estoy convencido de que cualquier cosa que él permita redundará al fin en mi bien, así como en el de los demás?”. Si podemos contestar afirmativamente, hemos aprendido de Abrahán una lección importante.
Confianza en la elección que Jehová hace
11, 12. a) ¿Qué aspecto de la confianza es necesario para los siervos de Dios? b) ¿Qué problema podemos tener en ocasiones?
11 Los que confían en Jehová también confían en los hombres que Jehová escoge para el cumplimiento de sus propósitos. Para los israelitas esto supuso confiar en Moisés y luego en su sucesor, Josué. Para los primeros cristianos significó confiar en los apóstoles y los ancianos de la congregación de Jerusalén. Para nosotros hoy supone confiar en “el esclavo fiel y discreto” nombrado para darnos el “alimento [espiritual] al tiempo apropiado”, así como en los de esa clase que forman el Cuerpo Gobernante (Mateo 24:45).
12 Confiar en los que llevan la delantera redunda en nuestro beneficio. Se nos dice: “Sean obedientes a los que llevan la delantera entre ustedes, y sean sumisos, porque ellos están velando por las almas de ustedes como los que han de rendir cuenta; para que ellos lo hagan con gozo y no con suspiros, por cuanto esto les sería gravemente dañoso a ustedes” (Hebreos 13:17).
No cuestionemos la elección de Jehová
13. ¿Qué razón tenemos para confiar en los que han sido nombrados para llevar la delantera?
13 La Biblia nos ayuda a confiar con equilibrio en los que llevan la delantera en el pueblo de Jehová. Podemos preguntarnos: “¿Cometió Moisés errores alguna vez? ¿Tuvieron los apóstoles siempre la actitud que Jesús les enseñó y esperaba de ellos?”. Las respuestas son obvias. Jehová ha optado por usar a hombres leales y devotos, aunque imperfectos, para dirigir a su pueblo. En consecuencia, si bien los ancianos de hoy en día son imperfectos, debemos reconocer que “el espíritu santo los ha nombrado superintendentes, para pastorear la congregación de Dios”. Por ello, merecen nuestro apoyo y respeto (Hechos 20:28).
14. ¿Por qué es de interés que Jehová escogiera a Moisés como caudillo, más bien que a Aarón o a Míriam?
14 Aarón era tres años mayor que Moisés, pero ambos eran más jóvenes que su hermana Míriam (Éxodo 2:3, 4; 7:7). Y puesto que Aarón hablaba con más fluidez que Moisés, se le nombró vocero de su hermano (Éxodo 6:29–7:2). Sin embargo, Jehová no escogió ni a la hermana mayor, Míriam, ni a Aarón, el más elocuente, para dirigir a los israelitas. Seleccionó a Moisés teniendo en cuenta todos los hechos y las necesidades del momento. En un tiempo Aarón y Míriam no entendieron bien esta realidad y por eso dijeron en son de queja: “¿Es simplemente por Moisés solo por quien Jehová ha hablado? ¿No ha hablado también por nosotros?”. Míriam, posiblemente la instigadora de la queja, fue castigada por su actitud irrespetuosa hacia el escogido de Jehová, a quien ambos debieron haber reconocido como “el más manso de todos los hombres que había sobre la superficie del suelo” (Números 12:1-3, 9-15).
15, 16. ¿Cómo demostró Caleb su confianza en Jehová?
15 Cuando se envió a doce espías a la Tierra Prometida, diez regresaron con un informe negativo. Dijeron que los cananeos eran “hombres de tamaño extraordinario” y atemorizaron al pueblo. Por ello los israelitas “empezaron a murmurar contra Moisés y Aarón”. Pero no todos los espías desconfiaron de Moisés y de Jehová. Leemos: “Entonces Caleb trató de acallar al pueblo para con Moisés, y se puso a decir: ‘Subamos directamente, y de seguro tomaremos posesión de ella, porque ciertamente podemos prevalecer sobre ella’” (Números 13:2, 25-33; 14:2). Josué adoptó la misma postura firme que Caleb. Ambos demostraron su confianza en Jehová cuando dijeron: “Si Jehová se ha deleitado en nosotros, entonces ciertamente nos introducirá en esta tierra y nos la dará, tierra que mana leche y miel. Solo [...] no teman a la gente de la tierra [...] Jehová está con nosotros. No los teman” (Números 14:6-9). Su confianza en Jehová fue recompensada. De toda la generación adulta de aquel tiempo, solo Caleb, Josué y algunos levitas tuvieron el privilegio de entrar en la Tierra Prometida.
16 Unos años más tarde Caleb dijo: “En cuanto a mí, yo seguí plenamente a Jehová mi Dios. [...] Y ahora sucede que Jehová me ha conservado vivo, tal como prometió, estos cuarenta y cinco años desde que Jehová hizo esta promesa a Moisés cuando Israel andaba en el desierto, y ahora me veo aquí hoy con ochenta y cinco años de edad. Sin embargo, hoy me hallo tan fuerte como el día en que Moisés me envió. Como era mi poder entonces, así es mi poder ahora” (Josué 14:6-11). Caleb tenía una actitud positiva, era fiel y no había perdido sus facultades físicas. Sin embargo, Jehová no lo escogió como sucesor de Moisés. Concedió este privilegio a Josué. Podemos estar seguros de que Jehová tuvo sus razones para esta elección y de que fue la mejor.
17. ¿Qué podría parecer que descalificaba a Pedro para un puesto de responsabilidad?
17 El apóstol Pedro negó a su Amo tres veces. También se tomó la justicia por su mano impetuosamente y le cortó la oreja al esclavo del sumo sacerdote (Mateo 26:47-55, 69-75; Juan 18:10, 11). Pudiera pensarse que Pedro era una persona miedosa y desequilibrada, que no merecía disfrutar de privilegios especiales. Sin embargo, ¿a quién se le dieron las llaves del Reino y el privilegio de abrir la puerta del llamamiento celestial a tres grupos de personas? Fue a Pedro (Hechos 2:1-41; 8:14-17; 10:1-48).
18. ¿Qué error que Judas menciona debemos evitar?
18 Estos ejemplos muestran que debemos cuidarnos de juzgar por la apariencia externa. Si confiamos en Jehová, no dudaremos de su elección. Aunque su congregación terrestre está compuesta de personas imperfectas, que no se tienen por infalibles, Dios se está valiendo de ellas con gran eficacia. Judas, medio hermano de Jesús, previno a los cristianos del siglo primero contra los hombres que estaban “desatendiendo el señorío y hablando injuriosamente de los gloriosos” (Judas 8-10). Que nunca hagamos nosotros lo mismo.
19. ¿Por qué no tenemos razón para cuestionar la elección que hace Jehová?
19 Al parecer, Jehová escoge para ciertas responsabilidades a personas que tienen las cualidades necesarias para dirigir a su pueblo en el camino por el que desea que vaya en ese tiempo en particular. Debemos esforzarnos por reconocer este hecho y nunca cuestionar la elección de Dios, sino ser humildes y contentarnos con servir a Jehová donde él nos coloque individualmente. Así demostraremos que ciframos nuestra confianza en él (Efesios 4:11-16; Filipenses 2:3).
Confianza en la justicia de Jehová
20, 21. ¿Qué aprendemos de cómo trató Jehová con Moisés?
20 Si a veces tendemos a confiar demasiado en nosotros mismos y muy poco en Jehová, aprendamos de Moisés. Cuando tenía 40 años de edad se dispuso a libertar a los israelitas del cautiverio egipcio. Sin duda sus intenciones eran buenas, pero no resultaron ni en la liberación inmediata de Israel ni en una mejor situación para sí mismo. De hecho, tuvo que huir del país. No fue sino hasta después de cuarenta años de ardua preparación en una tierra extranjera cuando Jehová lo escogió para que llevara a cabo lo que había querido hacer mucho tiempo antes. Esta vez podía confiar en que Jehová lo respaldaría, pues se estaban haciendo las cosas a la manera de Él y a Su tiempo (Éxodo 2:11–3:10).
21 Todos podemos preguntarnos: “¿Me adelanto a veces a Jehová y a los ancianos de la congregación, intentando acelerar las cosas o hacerlas a mi manera? ¿Acepto de buena gana mi actual período de preparación, en vez de pensar que se me pasa por alto para ciertos privilegios?”. En pocas palabras: ¿Hemos aprendido la importante lección de la experiencia de Moisés?
22. ¿Qué pensó Moisés de Jehová, pese a haber perdido un gran privilegio?
22 Podemos aprender aún otra lección de Moisés. Números 20:7-13 nos informa de un error que cometió y que le costó muy caro. Perdió el privilegio de introducir a los israelitas en la Tierra Prometida. ¿Le pareció injusta la decisión de Jehová? ¿Se quedó en un rincón enfurruñado, por decirlo así, pensando que Dios lo había tratado mal? ¿Perdió Moisés su confianza en la justicia de Jehová? Podemos hallar la respuesta en las palabras que Moisés dirigió a Israel poco antes de su muerte. Dijo de Jehová: “Perfecta es su actividad, porque todos sus caminos son justicia. Dios de fidelidad, con quien no hay injusticia; justo y recto es él” (Deuteronomio 32:4). No cabe duda de que Moisés confió en Jehová hasta el mismo fin. ¿Y qué puede decirse de nosotros? ¿Estamos tomando medidas para fortalecer nuestra confianza en Jehová y en su justicia? Veamos.
¿Qué contestaría usted?
◻ ¿Qué razones tenían los israelitas para confiar en Jehová?
◻ ¿Qué puede aprenderse de Abrahán con relación a la confianza?
◻ ¿Por qué no debemos cuestionar la elección que hace Jehová?
[Ilustración de la página 13]
La confianza en Jehová implica respetar a los que llevan la delantera en la congregación