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Una guerra entre diosesLa Atalaya 1965 | 15 de agosto
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20. ¿Qué restricción debió haber ejercido en los babilonios la profecía de Isaías?
20 Los babilonios, que eran “poderosos de corazón,” que se jactaban en sus dioses Bel y Nebo, deberían haber prestado atención a este aviso y advertencia, para que no hubieran obrado demasiado arrogante y cruelmente para con el pueblo de Dios, Israel, mientras lo retuvieron en cautiverio.
21. ¿En qué año trajo Jehová la simbólica “ave de rapiña” contra Babilonia, y qué preguntas en cuanto a tiempo se tenían que contestar?
21 En 539 a. de la E.C., solo dos años antes de que se completaran los setenta años de desolación profetizados, Dios envió su ave de rapiña de vuelo veloz, Ciro el persa, para volar contra Babilonia para ejecutar su consejo divino sobre ella. (Jer. 25:11) Pero Babilonia era una poderosa ciudad murada, considerada inexpugnable. ¿Podrían los dioses de Babilonia detrás de sus defensas poderosas aguantar por años y así impedir que Jehová ejecutara su consejo en su tiempo predicho? ¿Serían suficiente tiempo los dos años para que Ciro efectuara la caída de Babilonia y, además de eso, pudiera encargarse del asunto de libertar a los judíos?
22. ¿Cuál sería el verdadero punto en cuestión en la guerra contra Babilonia, y qué presagiarían sus resultados?
22 La palabra y nombre de Jehová se hallaban envueltos en el asunto. Sería una guerra, no solo entre Jehová y Babilonia, solo por causa de su pueblo Israel. Era una guerra entre dioses. Jehová mostraría su supremacía sobre estos dioses-ídolos, que no eran dioses, y los bajaría hasta el polvo en deshonra y derrota. Sería una derrota aplastante para Satanás y sus inicuos demonios, un goce anticipado de la derrota y destrucción de estos opositores de Dios y de la vindicación completa de Jehová contra todos los dioses de todas las naciones. Por lo tanto, la caída de Babilonia tenía que suceder al tiempo señalado de Dios. En el siguiente número de esta revista seguiremos algunos de los sucesos de la noche fatal de la caída de Babilonia.
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Una tierra preciada por el bedelioLa Atalaya 1965 | 1 de julio
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Una tierra preciada por el bedelio
◆ Quizás usted conozca el oro y el ónice, pero ¿sabe usted lo que es el bedelio? La tierra de Havila tenía estas tres cosas. (Gén. 2:11, 12) Era obviamente precioso, pues se le menciona con la piedra de ónice y el oro. Los israelitas deben haberlo conocido, porque Moisés comparó la apariencia del maná al bedelio. (Núm. 11:7) Esta goma aromática era muy preciada en la antigüedad, y tanto judíos como gentiles la tenían en alta estima. La goma venía de un árbol, y, según Plinio, era transparente, cerosa, y aceitosa al tacto. Era fragante hasta considerable distancia alrededor, y tenía un aroma y sabor como el de la mirra, pero más débil. Cuando se le quema, el bedelio difunde olor balsámico. Los antiguos lo usaban como usaban la mirra—en perfumes, incienso y medicina.
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El tinte más antiguo de que se sepaLa Atalaya 1965 | 15 de julio
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El tinte más antiguo de que se sepa
● En tiempos bíblicos no era tan fácil teñir de cierto color alguna tela, porque no se conocían entonces los tintes sintéticos. Algunos de los materiales que usaron los israelitas para el Tabernáculo estaban teñidos de “grana.” (Éxo. 25:4; 26:1; 35:6) Esta expresión se usa en la Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras, más bien que la palabra “escarlata,” y se refiere a lo que algunas autoridades creen que es el más antiguo tinte de que se sepa. Viene de un insecto pequeño que vive en la encina quermes, una encina achaparrada, frecuentemente arbustiva, siempreviva, de las regiones mediterráneas, muy común en lugares secos. Los machos pueden volar pero las hembras están desprovistas de alas, y viven la mayor parte de su vida casi sin moverse. Los cuerpos de las hembras se hinchan después del apareamiento, y, en este tiempo, antes de que expulsen los huevos, estos insectos redondos y parecidos a guisante se recogían en grandes números y entonces se ponían a secar. Cuando se les ponía en agua, estos insectos secos producían un hermoso tinte de rojo intenso. Los griegos usaban este tinte insectil bajo el nombre de kokkos y los árabes bajo el nombre de quermes, de donde se derivó la palabra española “carmesí.” El carmesí o la grana se usó por largo tiempo como el más brillante tinte rojo conocido.
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