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“Por la obra de tus manos sentirás anhelo”La Atalaya 2011 | 1 de marzo
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Job, un hombre de fe incomparable, pronunció estas palabras en un momento muy doloroso de su vida. Lo había perdido todo: sus amados hijos, sus riquezas y su salud. Consumido por el sufrimiento físico y emocional, clamó a Dios: “¡Oh que en el Seol me ocultaras[!]” (versículo 13). Al hablar del Seol, el versículo se refiere al lugar simbólico al que van todos los seres humanos al morir. Así pues, Job consideraba que ir a la tumba sería un alivio, pues allí terminarían sus penas y desgracias. Estaría a salvo y protegido, como un tesoro escondido por Dios mismo.a
¿Esperaba Job permanecer en el Seol para siempre? No, pues le rogó a Dios: “[¡]Que me fijaras un límite de tiempo y te acordaras de mí!”. Él tenía fe en que Jehová no se olvidaría de él y por eso confiaba en que solo estaría en el Seol durante un tiempo. Luego comparó ese período a un “trabajo obligatorio”, una espera forzosa. Pero ¿hasta cuándo esperaría? Él contestó: “Hasta que llegue mi relevo [o liberación]” (versículo 14). Así que Job será eximido de esa carga cuando sea liberado del Seol, es decir, cuando sea resucitado.
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“Por la obra de tus manos sentirás anhelo”La Atalaya 2011 | 1 de marzo
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a Según una obra especializada, el verbo que se traduce “ocultar” podría transmitir la idea de “guardar como un objeto valioso en un lugar seguro”. Por tal razón, otra obra señala que las palabras de Job podrían traducirse “escóndeme como un tesoro”.
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