VEGETACIÓN
Conjunto de plantas. En el tercer “día” creativo Dios hizo que la tierra produjese “vegetación que da semilla según su género”, la cual, por lo tanto, se podía reproducir. (Gé 1:11-13.) Al parecer, Génesis 2:5, 6 habla de las condiciones en aquel “día”, justo después de que Dios hizo aparecer la tierra seca, pero antes de que esta produjese hierba, vegetación que da semilla y árboles frutales. Con el fin de suministrar la humedad necesaria para la venidera vida vegetal, Jehová hizo que regularmente subiese de la Tierra una neblina para regar el suelo. Esta mantenía la vegetación floreciente por toda la Tierra, aunque en aquel entonces no llovía. A pesar de que las lumbreras celestes no se percibieron claramente en la expansión hasta el cuarto “día” creativo (Gé 1:14-16), es obvio que para el tercer “día” ya había suficiente luz difusa como para que la vegetación creciese. (Véase Comentario exegético-devocional a toda la Biblia, de Matthew Henry, 1983, “Pentateuco”, pág. 9. Compárese con Gé 1:3, Scío, nota.)
En un principio Dios dio la vegetación al hombre y a los animales como parte de su alimentación, y más tarde incluyó en la dieta del hombre la carne desangrada. (Gé 1:29, 30; 9:3, 4.) El hombre pecaminoso se vio obligado a trabajar duro para obtener la vegetación que comía (Gé 3:18, 19), pero Jehová siguió siendo quien la proveía, tanto al hombre como a los animales, pues Él es el Proveedor de la luz del Sol y la lluvia, esencial para su crecimiento. (Sl 104:14; 106:20; Miq 5:7; Zac 10:1; Heb 6:7; compárese con Dt 32:2.)
Dios puede controlar el crecimiento de la vegetación según su propósito. Aseguró a los israelitas que su obediencia sería recompensada con lluvia y vegetación para sus animales domésticos. (Dt 11:13-15.) En cambio, si abandonaban su pacto con Él, haría que su tierra no tuviera vegetación. (Dt 29:22-25; compárese con Isa 42:15; Jer 12:4; 14:6.) Uno de los golpes que Jehová asestó al antiguo Egipto fue granizo que dañó toda clase de vegetación. En otro de los golpes que inflingió Dios, las langostas devoraron toda la vegetación que el granizo había dejado. (Éx 9:22, 25; 10:12, 15; Sl 105:34, 35; compárese con Am 7:1-3.)
Uso figurado. En Palestina, la vegetación se seca rápidamente durante la estación seca, cuando está sometida al ardiente calor del Sol o al abrasador viento del E. Por consiguiente, a las personas que están a punto de ser subyugadas por una conquista militar se las asemeja a la “vegetación del campo y tierna hierba verde, hierba de los techos, cuando hay un abrasamiento ante el viento del este”. (2Re 19:25, 26; Isa 37:26, 27.) De igual manera, cuando el salmista estuvo gravemente afligido, exclamó: “Mi corazón ha sido herido tal como vegetación, y está seco”. “Yo mismo estoy seco como simple vegetación.” (Sl 102:4, 11.)
En condiciones favorables, la vegetación crece en abundancia, por lo que es un buen ejemplo para representar un gran número de descendientes. (Job 5:25.) Por ejemplo, durante el reinado de Salomón “Judá e Israel eran muchos” y florecieron mientras “comían y bebían y se regocijaban” (1Re 4:20), aspecto que parece recogerse en un salmo sobre Salomón: “Los que son de la ciudad florecerán como la vegetación de la tierra”. (Sl 72:16.) Por otra parte, aunque los inicuos puedan brotar por un tiempo como la vegetación, no florecen debido a la bendición de Dios, sino que se encaminan a ser “aniquilados para siempre”. (Sl 92:7.)
En las Escrituras, los árboles a veces representan a los que son prominentes y altivos (compárese con Eze 31:2-14), mientras que la modesta vegetación, como el cambrón, la hierba o los juncos, pueden representar a la gente en general. (Compárese con Jue 9:8-15; 2Re 14:8-10; Isa 19:15; 40:6, 7.) Esto ayuda a entender el significado de Revelación 8:7, que dice que la “tercera parte de los árboles” y “toda la vegetación verde” se quemó.