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“Jehová mismo da la sabiduría”La Atalaya 1999 | 15 de noviembre
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Qué agradecidos podemos estar de que la auténtica sabiduría y sus cualidades afines también nos protejan del mal camino de hombres y mujeres inmorales. Según Salomón, estas cualidades son “para librarte de la mujer extraña, de la extranjera que ha hecho melosos sus propios dichos, que está dejando al amigo íntimo de su juventud y que ha olvidado el mismo pacto de su Dios. Porque abajo a la muerte de veras se hunde su casa, y abajo a los que están impotentes en la muerte bajan sus senderos trillados. Ninguno de los que tienen relaciones con ella volverá, ni alcanzarán de nuevo las sendas de los que viven” (Proverbios 2:16-19).
Se dice que “la mujer extraña”, la prostituta, es la que abandona “al amigo íntimo de su juventud”, posiblemente al marido de su juventuda (compárese con Malaquías 2:14). Ha olvidado que el pacto de la Ley prohíbe el adulterio (Éxodo 20:14). Sus senderos llevan a la muerte. Los que andan en su compañía puede que nunca ‘alcancen de nuevo las sendas de los que viven’, pues es posible que, tarde o temprano, lleguen a un punto sin retorno, a saber, la muerte. El hombre de discernimiento y capacidad de pensar está al tanto de los señuelos de la inmoralidad y con sabiduría evita dejarse atrapar en ellos.
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“Jehová mismo da la sabiduría”La Atalaya 1999 | 15 de noviembre
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[Nota]
a El término extraña se aplicaba a la persona que se apartaba de lo que estaba en armonía con la Ley y, por lo tanto, se alejaba de Jehová. De ahí que se aluda a la prostituta con la expresión “mujer extraña”, sin ser necesariamente extranjera.
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