“Todo el deber del hombre”
“Teme al Dios verdadero y guarda sus mandamientos. Porque este es todo el deber del hombre.” (ECLESIASTÉS 12:13.)
1, 2. ¿Por qué es apropiado que reflexionemos sobre nuestro deber para con Dios?
“¿QUÉ es lo que Jehová está pidiendo de vuelta de ti?” Un profeta de la antigüedad formuló esta pregunta. Luego especificó lo que Jehová requería: Ejercer la justicia, amar la bondad y ser modesto al andar con Dios. (Miqueas 6:8.)
2 En estos días en los que se fomenta el individualismo y la independencia, muchas personas se sienten incómodas con la idea de que Dios requiera algo de ellas. No quieren saber nada de deberes. Pero ¿qué puede decirse de la conclusión a la que llegó Salomón en Eclesiastés? “La conclusión del asunto, habiéndose oído todo, es: Teme al Dios verdadero y guarda sus mandamientos. Porque este es todo el deber del hombre.” (Eclesiastés 12:13.)
3. ¿Por qué debemos meditar con detenimiento sobre el libro de Eclesiastés?
3 Sean cuales sean nuestras circunstancias en la vida y lo que pensamos de ella, el examen de los antecedentes de esa conclusión puede beneficiarnos mucho. El rey Salomón, escritor de este libro inspirado, analizó algunos de los muchos aspectos que forman parte de nuestra vida cotidiana. Hay quien ha llegado a la conclusión precipitada de que su análisis es fundamentalmente negativo. Pero fue inspirado por Dios, y puede ayudarnos a evaluar nuestras actividades y prioridades, y a obtener más gozo como consecuencia.
Las principales preocupaciones de la vida
4. ¿Qué examinó y comentó Salomón en Eclesiastés?
4 Salomón examinó profundamente ‘la ocupación de los hijos de la humanidad’. “Puse mi corazón a buscar y explorar la sabiduría con relación a todo cuanto se ha hecho bajo los cielos.” Cuando Salomón habló de “ocupación” no se refirió necesariamente a un trabajo o empleo, sino a todo el ámbito de las ocupaciones del hombre y la mujer a lo largo de su vida. (Eclesiastés 1:13.) Veamos algunas de las principales preocupaciones, u ocupaciones, y luego comparémoslas con nuestras propias actividades y prioridades.
5. ¿Cuál es una de las principales ocupaciones del ser humano?
5 No cabe duda de que el dinero es el centro de muchas de las preocupaciones y actividades humanas. Nadie puede decir con justicia que Salomón tenía una actitud despreocupada en cuanto al dinero, similar a la de algunas personas acaudaladas. Reconoció sin vacilar que es necesario disponer de dinero; poseer suficientes medios es mejor que vivir austeramente o en la pobreza. (Eclesiastés 7:11, 12.) Pero quizá haya observado que el dinero, con los bienes que compra, en ocasiones se convierte en el objetivo primordial de la vida, tanto en el caso de los pobres como en el de los ricos.
6. ¿Qué aprendemos sobre el dinero en una de las parábolas de Jesús y de la propia experiencia de Salomón?
6 Recuerde al rico insatisfecho de la parábola de Jesús que trabajó más y más para acumular posesiones. Según el juicio de Dios, ese hombre fue un irrazonable. ¿Por qué? Porque ‘nuestra vida no resulta de las cosas que poseemos’. (Lucas 12:15-21.) La experiencia de Salomón, probablemente más extensa que la nuestra, confirma las palabras de Jesús. Lea el relato de Eclesiastés 2:4-9. Por algún tiempo, Salomón se dedicó a adquirir riquezas. Edificó mansiones y se hizo jardines. Pudo permitirse el lujo de tomar para sí mujeres hermosas. ¿Le reportaron las riquezas, y lo que con ellas consiguió, una gran satisfacción, un sentido de logro verdadero y una vida con significado? Salomón respondió francamente: “Yo, yo mismo, me volví hacia todas las obras mías que mis manos habían hecho, y hacia el duro trabajo que yo había trabajado duro para lograr, y, ¡mira!, todo era vanidad y un esforzarse tras viento, y no había nada que sirviera de ventaja bajo el sol”. (Eclesiastés 2:11; 4:8.)
7. a) ¿Qué prueba la experiencia en cuanto al valor del dinero? b) ¿Qué ha visto usted personalmente que respalda la conclusión a la que llegó Salomón?
7 Estas palabras son realistas, una verdad que se evidencia en la vida de muchas personas. Debemos admitir que tener más dinero no soluciona todos los problemas. Puede resolver algunos, como facilitar la obtención de ropa y alimento. Pero solo podemos llevar un conjunto de prendas a la vez, y consumir cierta cantidad de alimento y bebida. Por otra parte, hemos leído acerca de algunas personas acaudaladas que viven amargadas debido al divorcio, el alcoholismo o la drogadicción y las rencillas familiares. El multimillonario J. P. Getty dijo: “El dinero no está relacionado necesariamente con la felicidad; si acaso con la infelicidad”. Con buena razón, Salomón consideró que amar la plata era vanidad. Contraste este hecho con lo que dice después: “Dulce es el sueño del que rinde servicio, sin importar que sea poco o mucho lo que coma; pero la abundancia que pertenece al rico no le permite dormir”. (Eclesiastés 5:10-12.)
8. ¿Por qué razón no debemos dar demasiada importancia al dinero?
8 El dinero y las posesiones tampoco reportan un sentido de satisfacción en lo que respecta al futuro. Si usted tuviera más dinero y bienes materiales, posiblemente estaría más preocupado por protegerlos, al desconocer lo que puede depararle el futuro. ¿Pudiera ser que lo perdiera todo, incluso su vida? (Eclesiastés 5:13-17; 9:11, 12.) Por ello, no es difícil entender por qué nuestra vida, u ocupación, debe tener un significado más profundo y permanente que el dinero y las posesiones.
Familia, fama y poder
9. ¿Por qué fue apropiado que Salomón incluyera la vida de familia en su investigación?
9 El análisis que hizo Salomón de la vida incluyó la inquietud por la familia. La Biblia concede importancia a la vida familiar, y también al gozo de tener hijos y criarlos. (Génesis 2:22-24; Salmo 127:3-5; Proverbios 5:15, 18-20; 6:20; Marcos 10:6-9; Efesios 5:22-33.) ¿Es ese, de todos modos, el aspecto más importante de la vida? Parece que algunos así lo creen, dado el acento que ponen algunas culturas en el matrimonio, los hijos y los lazos familiares. No obstante, Eclesiastés 6:3 muestra que ni siquiera tener cien hijos es la clave de la felicidad en la vida. Piense en los muchos padres que se han sacrificado por sus hijos para que tengan buenas oportunidades en la vida y esta les resulte más fácil. Aunque este es un fin noble, ciertamente nuestro Creador no se propuso que el objetivo primordial de nuestra existencia fuera la transmisión de la vida a la siguiente generación, como hacen los animales instintivamente para la perpetuación de las especies.
10. ¿Por qué es vanidad centrarse exclusivamente en la vida de familia?
10 Salomón sacó a relucir con perspicacia algunas realidades de la vida familiar. Por ejemplo, es posible que un hombre se concentre en proveer lo necesario para sus hijos y nietos. Pero, ¿actuarán estos con sensatez? ¿O despilfarrarán todo aquello que tanto le costó acumular para ellos? En este último caso, sería para él una “vanidad y gran calamidad”. (Eclesiastés 2:18-21; 1 Reyes 12:8; 2 Crónicas 12:1-4, 9.)
11, 12. a) ¿En qué metas se han concentrado algunas personas? b) ¿Por qué puede decirse que buscar prominencia es “un esforzarse tras viento”?
11 Algunas personas se han ido al otro extremo y han subordinado la vida natural de familia a su objetivo de conseguir fama o poder sobre otros. Este suele ser un defecto más común en los hombres. ¿Lo ha observado en sus condiscípulos, compañeros de trabajo o vecinos? Muchos se esfuerzan desesperadamente por sobresalir, por ser alguien, o por tener autoridad sobre otros. Pero ¿vale realmente la pena?
12 Observe cómo intentan algunas personas alcanzar la fama, ya sea a pequeña o gran escala. Lo vemos en la escuela, en el vecindario y en diferentes grupos sociales. También motiva a aquellos que desean que se les reconozca en el campo de las artes, el entretenimiento y la política. ¿No es, sin embargo, un esfuerzo esencialmente vano? Salomón lo llamó correctamente “un esforzarse tras el viento”. (Eclesiastés 4:4.) Aunque un joven sobresalga en un club, en un equipo deportivo o en un conjunto musical, o un adulto consiga una buena reputación en una compañía o comunidad, ¿cuántos, en realidad, se enteran de ello? ¿Sabe la mayor parte de la gente de otros lugares del planeta (o incluso del mismo país) siquiera que esa persona existe? ¿O siguen su vida sin que les preocupe en absoluto la poca fama que esta ha alcanzado? Y lo mismo puede decirse del poder o la autoridad que se consigue en un empleo, una ciudad o una colectividad.
13. a) ¿Cómo nos ayuda Eclesiastés 9:4, 5 a tener un punto de vista apropiado sobre la importancia personal o el poder? b) ¿A qué hechos debemos enfrentarnos si esta vida es todo cuanto hay? (Véase la nota.)
13 ¿Qué reporta a largo plazo esa importancia o autoridad? Con el devenir de las generaciones, la gente importante y poderosa muere y es olvidada. Este hecho es cierto, trátese de constructores, músicos y otros artistas, reformadores sociales, etcétera, así como de la mayoría de los políticos y caudillos militares. De los que han sobresalido en esas ocupaciones, ¿cuántos individuos específicos conoce que vivieron entre los años 1700 y 1800? Salomón aquilató correctamente la realidad cuando dijo: “Un perro vivo está en mejor situación que un león muerto. Porque los vivos tienen conciencia de que morirán; pero en cuanto a los muertos, ellos no tienen conciencia de nada en absoluto, [...] el recuerdo de ellos se ha olvidado”. (Eclesiastés 9:4, 5.) Y si esta vida es todo cuanto hay, entonces esforzarse por conseguir prominencia o poder es realmente vanidad.a
Nuestro interés principal y deber
14. ¿Por qué debe ayudarnos a todos personalmente el libro de Eclesiastés?
14 Salomón no comentó sobre muchas actividades, metas y placeres en los que el ser humano centra su vida. Sin embargo, lo que escribió fue suficiente. El examen de este libro no tiene por qué parecer lúgubre o negativo, pues hemos analizado de manera realista un libro de la Biblia que Jehová Dios inspiró a propósito para nuestro beneficio. Puede ayudarnos a todos a encauzar nuestra visión de la vida y nuestros principales intereses. (Eclesiastés 7:2; 2 Timoteo 3:16, 17.) Esto es especialmente así en vista de las conclusiones a las que Salomón llegó con la ayuda de Jehová.
15, 16. a) ¿Qué pensaba Salomón sobre el disfrute de la vida? b) ¿Cómo definió apropiadamente Salomón el disfrute de la vida?
15 Una idea que Salomón repite es que los siervos del Dios verdadero deben regocijarse en sus actividades. “He llegado a saber que no hay nada mejor para ellos que regocijarse y hacer el bien durante la vida de uno; y también que todo hombre coma y realmente beba y vea el bien por todo su duro trabajo. Es el don de Dios.” (Eclesiastés 2:24; 3:12, 13; 5:18; 8:15.) Tenga en cuenta que Salomón no fomentó la diversión estrepitosa, ni respaldó la actitud de ‘bebamos y comamos porque mañana moriremos’. (1 Corintios 15:14, 32-34.) Él quiso decir que debemos hallar gozo en los placeres normales, como el comer y el beber, a medida que ‘hacemos el bien durante nuestra vida’. De este modo centramos nuestra vida incuestionablemente en la voluntad del Creador, quien determina lo que es verdaderamente bueno. (Salmo 25:8; Eclesiastés 9:1; Marcos 10:17, 18; Romanos 12:2.)
16 Salomón escribió: “Ve, come tu alimento con regocijo y bebe tu vino con buen corazón, porque ya el Dios verdadero se ha complacido en tus obras”. (Eclesiastés 9:7-9.) Sí, la persona que realmente tiene una vida significativa y plena se ocupa en las obras en las que Jehová se deleita. Esto requiere que lo tomemos en consideración constantemente. Esta actitud es muy diferente de la que tiene la mayoría de la gente, que se plantea la vida en términos estrictamente humanos.
17, 18. a) ¿Cómo reacciona mucha gente ante las realidades de la vida? b) ¿Qué resultado debemos siempre tener presente?
17 Aunque algunas religiones enseñan que hay un más allá, mucha gente cree que esta vida es en realidad la única que tiene segura. Es posible que la haya visto reaccionar como describió Salomón: “Por cuanto la sentencia contra una obra mala no se ha ejecutado velozmente, por eso el corazón de los hijos de los hombres ha quedado plenamente resuelto en ellos a hacer lo malo”. (Eclesiastés 8:11.) Aun aquellos que no se sumen en la maldad demuestran que su principal preocupación es únicamente el presente. Esta es una razón por la que el dinero, las posesiones, el prestigio, el poder sobre el semejante, la familia u otros intereses similares adquieren una importancia exagerada para ellos. Sin embargo, Salomón no terminó ahí su razonamiento. Añadió: “Aunque un pecador esté haciendo lo malo cien veces y continuando largo tiempo según le plazca, sin embargo también me doy cuenta de que les resultará bien a los que temen al Dios verdadero, porque le han tenido temor. Pero de ninguna manera le resultará bien al inicuo, ni prolongará sus días, que son como una sombra, porque no le tiene temor a Dios”. (Eclesiastés 8:12, 13.) Salomón estaba convencido, sin duda, de que nos resultaría bien si ‘temíamos al Dios verdadero’. ¿En qué sentido nos iría bien? Hallamos la respuesta en el paralelo que traza a continuación. Jehová puede ‘prolongar nuestros días’.
18 En particular los que aún son relativamente jóvenes deberían reflexionar sobre el hecho absolutamente confiable de que les resultará bien si temen a Dios. Como es posible que haya observado, el corredor más rápido puede tropezar y perder la carrera. El ejército poderoso puede sufrir una derrota. El empresario prudente puede acabar en la pobreza. Y muchas otras incertidumbres hacen que la vida sea bastante impredecible. Pero puede tener la absoluta certeza de lo siguiente: el proceder más sensato y seguro es disfrutar de la vida haciendo el bien dentro del marco de las leyes morales de Dios en armonía con Su voluntad. (Eclesiastés 9:11.) Este proceder implica aprender lo que es la voluntad de Dios según la Biblia, dedicar la vida a él y bautizarse como cristiano. (Mateo 28:19, 20.)
19. ¿Cómo pueden usar la vida los jóvenes, pero cuál es el proceder sensato?
19 El Creador no va a forzar a los jóvenes ni a ninguna otra persona a seguir su guía. Pueden absorberse en la educación y hasta convertirse posiblemente en estudiantes vitalicios de un sinnúmero de libros de sabiduría humana, proceder que con el tiempo resulta fatigoso para la carne. O pueden andar en los caminos de su corazón humano imperfecto, o seguir aquello que les resulte atractivo a los ojos, lo que sin duda les acarreará vejación; y una vida dedicada a esos fines termina siendo mera vanidad. (Eclesiastés 11:9–12:12; 1 Juan 2:15-17.) De modo que Salomón hace un llamamiento a los jóvenes, un llamamiento que todos deberíamos tomar a pecho, sin importar la edad que tengamos: “Acuérdate, ahora, de tu Magnífico Creador en los días de tu mocedad, antes que procedan a venir los días calamitosos, o hayan llegado los años en que dirás: ‘No tengo en ellos deleite’”. (Eclesiastés 12:1.)
20. ¿Cuál es la valoración equilibrada del mensaje de Eclesiastés?
20 ¿A qué conclusión debemos llegar entonces? Pues bien, ¿a qué conclusión llegó Salomón? Él vio, o examinó, “todas las obras que se habían hecho bajo el sol, y, ¡mira!, todo era vanidad y un esforzarse tras viento”. (Eclesiastés 1:14.) En el libro de Eclesiastés no hallamos las palabras de un hombre cínico ni contrariado. Son parte de la Palabra inspirada de Dios y merecen que las examinemos.
21, 22. a) ¿Qué aspectos de la vida tuvo en cuenta Salomón? b) ¿A qué sabia conclusión llegó? c) ¿Qué efecto ha tenido en usted el examen del contenido de Eclesiastés?
21 Salomón investigó el trabajo arduo del hombre, sus desventuras y aspiraciones. Reflexionó en lo que resulta normalmente la vida, la frustración y el vacío que experimentan tantas personas. Analizó la realidad de la imperfección humana y de la muerte que esta trae consigo. Y también incluyó el conocimiento que Dios le concedió sobre la condición de los muertos y la perspectiva de volver a vivir en el futuro. Todo ello lo evaluó un hombre a quien Dios potenció su sabiduría, sí, uno de los hombres más sabios de la historia. Posteriormente, la conclusión a la que llegó se incorporó en las Sagradas Escrituras para beneficio de todos aquellos que desean que su vida tenga verdadero significado. ¿No deberíamos concordar con ella?
22 “La conclusión del asunto, habiéndose oído todo, es: Teme al Dios verdadero y guarda sus mandamientos. Porque este es todo el deber del hombre. Porque el Dios verdadero mismo traerá toda clase de obra a juicio con relación a toda cosa escondida, en cuanto a si es buena o es mala.” (Eclesiastés 12:13, 14.)
[Nota]
a La Atalaya hizo en una ocasión este perspicaz comentario: “No debemos desperdiciar esta vida en vanidades [...]. Si esta vida es todo lo que hay, no hay nada importante. Esta vida es semejante a una pelota que se arroja al aire y pronto cae al polvo otra vez. Es una sombra fugaz, una flor que se descolora, una brizna de hierba que se corta y pronto se seca [...]. En la balanza de la eternidad la duración de nuestra vida es una pizca insignificante. En la corriente del tiempo ni siquiera es una gota [...]. Sin duda [Salomón] tiene razón cuando repasa las muchas preocupaciones y actividades humanas de la vida y declara que son vanidad. Nos vamos tan pronto que mejor hubiera sido no haber venido nunca, considerando que de los miles de millones de personas que vienen y van, tan pocas saben siquiera que estuvimos aquí. Este punto de vista no es cínico [ni] sombrío [ni] malhumorado [ni] mórbido. Es una verdad, un hecho al cual hay que enfrentarse, es un punto de vista práctico, si esta vida es todo lo que hay” (1 de enero de 1958, página 29).
¿Recuerda usted?
◻ ¿Cuál es la evaluación sensata del papel que deben desempeñar las posesiones en nuestra vida?
◻ ¿Por qué no debemos conceder demasiada importancia a la familia, la fama o la autoridad sobre otras personas?
◻ ¿Qué actitud que agrada a Dios sobre el entretenimiento fomentó Salomón?
◻ ¿Cómo le ha beneficiado el examen del libro de Eclesiastés?
[Ilustración de la página 15]
El dinero y las posesiones no garantizan la felicidad
[Ilustración de la página 17]
Los jóvenes pueden tener la seguridad de que les resultará bien si temen a Dios