Capítulo 23
Mantengámonos en expectativa de Jehová
1, 2. a) ¿Cuál es el contenido del capítulo 30 de Isaías? b) ¿Qué preguntas analizaremos a continuación?
EN EL capítulo 30 del libro de Isaías hallamos más declaraciones formales divinas contra los malvados, las cuales, al mismo tiempo, hacen hincapié en algunas de las alentadoras cualidades de Jehová. De hecho, estas se describen con tanto realismo que, por decirlo así, percibimos su presencia reconfortante, oímos su voz guiadora y sentimos la caricia curativa de sus manos (Isaías 30:20, 21, 26).
2 Aun así, los compatriotas de Isaías, los apóstatas habitantes de Judá, se niegan a volver a Jehová. En su lugar, ponen su confianza en otros seres humanos. ¿Qué opina Jehová de ello? ¿Y por qué puede decirse que este capítulo de Isaías ayuda a los cristianos de hoy a mantenerse en expectativa de Jehová? (Isaías 30:18.) Veámoslo.
Locura y fatalidad
3. ¿Qué conspiración pone al descubierto Jehová?
3 Los dirigentes de Judá llevan algún tiempo conspirando en secreto para encontrar la manera de no caer en el yugo de Asiria. Pero Jehová los ha estado observando, y ahora pone al descubierto lo que traman: “¡Ay de los hijos tercos —es la expresión de Jehová—, aquellos dispuestos a llevar a cabo consejo, pero no el que proviene de mí; y a derramar una ofrenda de bebida, pero no con mi espíritu, para añadir pecado a pecado; los que están poniéndose en camino para bajar a Egipto” (Isaías 30:1, 2a).
4. ¿Por qué puede decirse que el rebelde pueblo de Dios ha puesto a Egipto en el lugar de Jehová?
4 Los caudillos intrigantes sufren una verdadera sacudida cuando oyen a Isaías revelar su plan. Viajar a Egipto con el objetivo de establecer una alianza es algo más que un acto hostil contra Asiria; supone rebelarse contra Jehová Dios. En tiempos del rey David, la nación consideró a Jehová su plaza fuerte y se refugió “en la sombra de [sus] alas” (Salmo 27:1; 36:7). Ahora proceden a “abrigarse en la plaza fuerte de Faraón” y a “refugiarse en la sombra de Egipto” (Isaías 30:2b). Han puesto a Egipto en el lugar de Dios. ¡Qué traición! (Léase Isaías 30:3-5.)
5, 6. a) ¿Por qué es una terrible equivocación la alianza con Egipto? b) ¿Qué travesía anterior del pueblo de Dios pone de relieve la locura de este viaje a Egipto?
5 Por si acaso respondieran que la misión a Egipto no es más que una visita casual, Isaías da más detalles. “La declaración formal contra las bestias del sur: Por la tierra de angustia y duras condiciones, del león y del leopardo que están gruñendo, de la víbora y de la culebra abrasadora volante, ellos llevan sus recursos sobre los hombros de asnos adultos, y sus provisiones sobre las gibas de camellos.” (Isaías 30:6a.) Está claro que el viaje ha sido bien planeado. Los emisarios preparan una caravana de camellos y asnos, los cargan con valiosas mercancías y los conducen a Egipto a través de tierras áridas infestadas de leones rugientes y serpientes venenosas. Por fin llegan a su destino y entregan los tesoros a los egipcios. Han comprado protección, o al menos eso piensan. Sin embargo, Jehová dice: “En el interés del pueblo no resultarán de ningún provecho. Y los egipcios son mera vanidad, y simplemente de nada servirá su ayuda. Por lo tanto, he llamado a esta: ‘Rahab... favorecen el sentarse quietos’” (Isaías 30:6b, 7). “Rahab”, un “monstruo marino”, llegó a simbolizar a Egipto (Isaías 51:9, 10). Esta nación lo promete todo, pero no hace nada. Judá comete una terrible equivocación al aliarse con ella.
6 Es posible que la descripción que da Isaías del viaje de los enviados recuerde a sus oyentes un viaje parecido efectuado en los días de Moisés. Sus antepasados cruzaron a pie ese mismo “desierto [...] inspirador de temor” (Deuteronomio 8:14-16). En aquel entonces, sin embargo, los israelitas hicieron la travesía para alejarse de Egipto y librarse del cautiverio. Esta vez, los enviados viajan a dicha nación, sí, para someterse a ella. ¡Qué locura! Nunca tomemos una decisión tan imprudente; jamás cambiemos nuestra libertad espiritual por la esclavitud (compárese con Gálatas 5:1).
El mensaje del profeta encuentra oposición
7. ¿Por qué hace Jehová que Isaías ponga por escrito la advertencia que Él dirige a Judá?
7 Jehová le dice a Isaías que ponga por escrito el mensaje que este acaba de entregar, para que “sirva para un día futuro, para testimonio hasta tiempo indefinido” (Isaías 30:8). El Creador desaprueba que se pongan las alianzas humanas por encima de la confianza en él, y ello debe quedar registrado para generaciones futuras, incluida la nuestra (2 Pedro 3:1-4). Pero existe una razón más inmediata para dejar constancia escrita. “Es un pueblo rebelde, hijos mentirosos, hijos que no han querido oír la ley de Jehová.” (Isaías 30:9.) El pueblo ha rechazado los consejos de Dios, y este hecho debe escribirse para que luego no puedan negar que se les dio la debida advertencia (Proverbios 28:9; Isaías 8:1, 2).
8, 9. a) ¿De qué modo tratan los caudillos de Judá de corromper a los profetas de Jehová? b) ¿Cómo demuestra Isaías que no se deja intimidar?
8 A continuación, Isaías da un ejemplo de la actitud rebelde de los habitantes: “Han dicho a los que ven: ‘No deben ver’, y a los que tienen visiones: ‘No deben ver en visiones para nosotros cosas de derechura. Háblennos cosas melosas; vean en visiones cosas engañosas’” (Isaías 30:10). Al ordenar a los profetas fieles que no hablen “cosas de derechura”, o verdaderas, sino “cosas melosas” y “engañosas”, o falsas, los caudillos de Judá demuestran que su deseo es que les regalen los oídos. Quieren que los alaben, no que los condenen. En su opinión, los profetas que no estén dispuestos a profetizar lo que complazca a los líderes tendrían que obedecer esta orden: “Apártense del camino; desvíense de la senda” (Isaías 30:11a). O deberían decir lo que a ellos les guste oír, o dejar por completo de predicar.
9 Los adversarios de Isaías insisten: “Hagan cesar al Santo de Israel simplemente a causa de nosotros” (Isaías 30:11b). ¡Que Isaías deje de hablar en el nombre de Jehová, el “Santo de Israel”! Este título en sí ya los irrita, pues las elevadas normas divinas ponen de manifiesto su deplorable condición. ¿Cómo responde el profeta? Declara: “Esto es lo que ha dicho el Santo de Israel” (Isaías 30:12a). Sin titubear, Isaías pronuncia las mismísimas palabras que sus opositores detestan escuchar. No se deja intimidar. Un ejemplo magnífico para todos nosotros, pues los cristianos jamás debemos transigir respecto a predicar el mensaje de Dios (Hechos 5:27-29). Al igual que Isaías, seguimos proclamando: ‘Esto es lo que ha dicho Jehová’.
Las consecuencias de la rebelión
10, 11. ¿Qué consecuencias tendrá la sublevación de Judá?
10 Judá ha rechazado la palabra de Dios y ha confiado en una mentira, en “lo sinuoso” (Isaías 30:12b). ¿Cuáles serán las consecuencias? En vez de retirarse como la nación desea, Jehová hará que esta deje de existir. Su fin será repentino y total, e Isaías hace hincapié en ello con una ilustración. La rebeldía de la nación es como “una sección rota que está a punto de caer, una comba en un muro muy elevado, el quebranto del cual puede venir de repente, en un instante” (Isaías 30:13). La creciente rebeldía de los contemporáneos de Isaías provocará la caída de la nación, como un muro que va combándose en su parte alta hasta que acaba por derrumbarse.
11 Con otra ilustración, Isaías indica que la destrucción que se aproxima será total: “Uno ciertamente lo quebrará como se quiebra un jarro grande de los alfareros, triturado sin tenerle uno consideración, de manera que no se pueda hallar entre sus pedazos triturados un fragmento de vasija de barro con el cual sacar el fuego del hogar o espumar agua de un lugar pantanoso” (Isaías 30:14). La devastación de Judá será tal que no quedará nada de valor, ni siquiera un fragmento de cerámica lo bastante grande como para sacar las cenizas calientes del hogar de una chimenea o espumar agua —extraerla— de un terreno pantanoso. ¡Qué vergonzoso final! La venidera aniquilación de quienes hoy se rebelan contra la adoración verdadera será igual de súbita y completa (Hebreos 6:4-8; 2 Pedro 2:1).
Rechazan la oferta de Jehová
12. ¿Cómo puede evitar su destrucción el pueblo de Judá?
12 Sin embargo, para los oyentes de Isaías, la destrucción no es inevitable. Existe una salida. El profeta explica: “Esto es lo que ha dicho el Señor Soberano Jehová, el Santo de Israel: ‘Por volver y descansar se salvarán ustedes. Su poderío resultará estar simplemente en mantenerse sosegados y en confianza plena’” (Isaías 30:15a). Jehová está dispuesto a salvar a sus siervos siempre que demuestren que tienen fe al “descansar” —no tratar de asegurarse la salvación a través de alianzas humanas— y “mantenerse sosegados” —mostrarse confiados en el poder protector de Dios sin ceder al temor—. “Pero ustedes no quisieron”, dice Isaías a la gente (Isaías 30:15b).
13. ¿En qué ponen su confianza los caudillos de Judá, y está justificada tal confianza?
13 Isaías da más detalles: “Y procedieron a decir: ‘¡No, sino que en caballos huiremos!’. Por eso huirán. ‘¡Y en caballos veloces cabalgaremos!’ Por eso los que los persiguen se mostrarán veloces” (Isaías 30:16). Los habitantes de Judá creen que su salvación está en los caballos veloces más bien que en Jehová (Deuteronomio 17:16; Proverbios 21:31). No obstante, el profeta replica que tal confianza es ilusoria: los enemigos los alcanzarán. Ni siquiera el hecho de ser muchos los ayudará. “Mil temblarán a causa de la reprensión de uno solo; a causa de la reprensión de cinco ustedes huirán.” (Isaías 30:17a.) Los ejércitos de Judá huirán aterrados al grito de un mero puñado de adversarios.a Al final, únicamente un resto quedará, solitario “como un mástil en la cima de una montaña, y como una señal enhiesta en una colina” (Isaías 30:17b). En fiel cumplimiento de la profecía, solo un resto sobrevive a la destrucción de Jerusalén del año 607 a.E.C. (Jeremías 25:8-11.)
Consuelo en medio de la condenación
14, 15. ¿Qué consuelo brindan las palabras de Isaías 30:18 a los habitantes de Judá de la antigüedad y a los cristianos verdaderos de hoy?
14 Mientras estas severas palabras aún resuenan en los oídos del pueblo, el tono del mensaje de Isaías cambia. A la advertencia del desastre le sigue una promesa de bendiciones. “Por lo tanto Jehová se mantendrá en expectación de mostrarles favor a ustedes, y por lo tanto se levantará para mostrarles misericordia. Porque Jehová es un Dios de juicio. Felices son todos los que se mantienen en expectativa de él.” (Isaías 30:18.) ¡Qué expresiones tan alentadoras! Jehová es un Padre compasivo que anhela ayudar a sus hijos y se deleita en tratarlos con misericordia (Salmo 103:13; Isaías 55:7).
15 Estas tranquilizadoras palabras van dirigidas al resto de judíos que, por la misericordia de Dios, pudieron sobrevivir a la destrucción de Jerusalén en 607 a.E.C., así como a los pocos que regresaron a la Tierra Prometida en 537 a.E.C. Ahora bien, los dichos del profeta también nos consuelan a los cristianos de la actualidad. Nos recuerdan que Jehová “se levantará” a favor nuestro y pondrá fin a este mundo perverso. Los adoradores fieles pueden confiar en que Jehová —“un Dios de juicio”— no permitirá que el mundo de Satanás exista ni un solo día más de lo que exija la justicia. De modo que “los que se mantienen en expectativa de él” tienen mucha razón para estar felices.
Jehová conforta a su pueblo contestando las oraciones
16. ¿Cómo conforta Jehová a los abatidos?
16 Con todo, algunas personas tal vez se sientan desanimadas porque la liberación no haya llegado tan pronto como esperaban (Proverbios 13:12; 2 Pedro 3:9). A todas ellas pueden reconfortarles las palabras que Isaías pronuncia a continuación, las cuales subrayan una faceta particular de la personalidad de Jehová. “Cuando el mismo pueblo de Sión more en Jerusalén, no llorarás de manera alguna. Sin falta él te mostrará favor al sonido de tu clamor; luego que él lo oiga, realmente te responderá.” (Isaías 30:19.) El mensaje de Isaías transmite ternura al cambiar del plural “ustedes” del versículo 18 al singular “tú” en el 19. Cuando Jehová conforta a los afligidos, los trata individualmente. Como Padre, no le pregunta a un hijo descorazonado: “¿Por qué no puedes ser fuerte como tu hermano?” (Gálatas 6:4). Más bien, escucha con atención a cada uno. De hecho, “luego que él lo oiga, realmente [...] responderá”. Estas palabras son muy alentadoras. Los abatidos pueden obtener mucha fortaleza si oran a Jehová (Salmo 65:2).
Escuchemos la voz guiadora de Dios leyendo su Palabra
17, 18. ¿Cómo nos guía Jehová incluso en tiempos difíciles?
17 A continuación, Isaías recuerda a sus oyentes que sufrirán penalidades. El pueblo recibirá “pan en la forma de angustia y agua en la forma de opresión” (Isaías 30:20a). Cuando estén sitiados, la angustia y la opresión se les harán tan normales como el pan y el agua. Sin embargo, Jehová está listo para acudir al rescate de los amantes de la justicia. “Tu Magnífico Instructor ya no se esconderá, y tus ojos tienen que llegar a ser ojos que vean a tu Magnífico Instructor. Y tus propios oídos oirán una palabra detrás de ti que diga: ‘Este es el camino. Anden en él’, en caso de que ustedes se fueran a la derecha o en caso de que se fueran a la izquierda.” (Isaías 30:20b, 21.)b
18 El “Magnífico Instructor” es Jehová. No hay maestro que lo iguale. Pero ¿cómo puede la gente ‘verlo’ y ‘oírlo’? Jehová se revela por medio de sus profetas, cuyas palabras están escritas en la Biblia (Amós 3:6, 7). Cuando los adoradores fieles de la actualidad la leen, es como si la voz paternal de Dios les indicara el camino por el que deben ir y los exhortara a reajustar su proceder para andar en él. Todo cristiano debe escuchar atentamente lo que Jehová dice en las páginas de la Biblia y mediante las publicaciones basadas en esta que proporciona “el esclavo fiel y discreto” (Mateo 24:45-47). Leamos la Biblia asiduamente, pues ‘significa nuestra vida’ (Deuteronomio 32:46, 47; Isaías 48:17).
Reflexionemos en las bendiciones futuras
19, 20. ¿Qué bendiciones aguardan a quienes responden a la voz del Magnífico Instructor?
19 Los que responden a la voz del Magnífico Instructor se desharán de sus imágenes esculpidas, pues las considerarán repugnantes (léase Isaías 30:22). Entonces, estas personas disfrutarán de las maravillosas bendiciones que se describen en Isaías 30:23-26. Estos versículos contienen una hermosa profecía de restauración cuyo cumplimiento inicial tiene lugar en 537 a.E.C., cuando un resto de judíos vuelve del cautiverio. En nuestros días, este pasaje nos ayuda a ver las magníficas bendiciones que el Mesías otorga, tanto en el paraíso espiritual de hoy, como en el literal, todavía en el futuro.
20 “Él ciertamente dará la lluvia para tu semilla con la cual siembras el terreno, y, como el producto del terreno, pan, el cual tiene que llegar a ser graso y aceitoso. Tu ganado pacerá en aquel día en un prado espacioso. Y las reses vacunas y los asnos adultos que cultivan el terreno comerán forraje sazonado con acedera, que habrá sido aventado con la pala y con el bieldo.” (Isaías 30:23, 24.) El pan “graso y aceitoso” —comida muy nutritiva— será un componente básico de la dieta. El terreno producirá tanto que hasta los animales se beneficiarán. Al ganado se le dará “forraje sazonado con acedera”, sabroso alimento que se reserva para ocasiones especiales. Incluso habrá sido “aventado”, algo que normalmente solo se hace con el grano que se destina al consumo humano. En este pasaje, Isaías ilustra con espléndidos detalles la abundancia de bendiciones que Jehová imparte a la humanidad fiel.
21. Describa hasta qué punto son completas las bendiciones que vendrán.
21 “Sobre toda montaña alta y sobre toda colina elevada tiene que llegar a haber arroyos.” (Isaías 30:25a.)c En una descripción muy acertada, Isaías recalca que las bendiciones de Jehová son completas. No habrá escasez de agua, un bien precioso que no solo fluirá en las llanuras, sino en todos los montes, incluso “sobre toda montaña alta y sobre toda colina elevada”. En efecto, el hambre habrá quedado en el pasado (Salmo 72:16). Acto seguido, el profeta dirige su atención a cosas aún más altas que las montañas. “La luz de la luna llena tiene que llegar a ser como la luz del sol relumbrante; y la mismísima luz del sol relumbrante se hará siete veces mayor, como la luz de siete días, el día en que Jehová vende el quebranto de su pueblo y sane hasta la grave herida que resulte del golpe por él.” (Isaías 30:26.) ¡Qué emocionante culminación para esta brillante profecía! La gloria de Dios brillará en todo su esplendor. Las bendiciones que el Creador reserva a sus adoradores fieles excederán en mucho —siete veces— a cualquier cosa que hayan experimentado hasta entonces.
Castigo y gozo
22. En contraste con las bendiciones que aguardan a los fieles, ¿qué tiene reservado Jehová para los malvados?
22 El tono del mensaje de Isaías cambia de nuevo. “¡Mira! —dice como para atraer la atención de sus oyentes—. El nombre de Jehová viene de lejos, ardiendo con su cólera y con nubes pesadas. En cuanto a sus labios, se han llenado de denunciación, y su lengua es como un fuego devorador.” (Isaías 30:27.) Hasta este momento, Jehová se ha mantenido al margen, ha permitido que los enemigos de su pueblo sigan su propio curso. Pero ahora se acerca para ejecutar su sentencia, como una tormenta que se aproxima más y más. “Su espíritu es como un torrente inundante que llega hasta el mismo cuello, para columpiar las naciones de acá para allá con una zaranda de inutilidad; y un freno que haga andar errante estará en las mandíbulas de los pueblos.” (Isaías 30:28.) Los enemigos del pueblo de Dios se verán rodeados por “un torrente inundante”, sacudidos con violencia “de acá para allá con una zaranda” y sujetados con “un freno”. Serán destruidos.
23. ¿Por qué sienten “regocijo de corazón” los cristianos de la actualidad?
23 El tono de Isaías vuelve a cambiar para pasar a describir la felicidad de los adoradores leales que un día regresarán a su tierra. “Ustedes llegarán a tener una canción como la de la noche en que uno se santifica para una fiesta, y regocijo de corazón como el de uno que anda con flauta para entrar en la montaña de Jehová, a la Roca de Israel.” (Isaías 30:29.) Los cristianos verdaderos de la actualidad sienten un “regocijo de corazón” similar cuando reflexionan en la sentencia divina contra el mundo de Satanás, en la protección que les brinda Jehová —la “Roca de salvación”— y en las bendiciones futuras del Reino (Salmo 95:1).
24, 25. ¿Cómo subraya la profecía de Isaías que la sentencia divina contra Asiria no dejará de cumplirse?
24 Tras esta expresión de júbilo, Isaías retorna al tema del juicio e identifica al destinatario de la ira de Dios. “Jehová ciertamente hará oír la dignidad de su voz y hará ver el descender de su brazo, en el enfurecimiento de cólera y la llama de un fuego devorador y turbión y tempestad de lluvia y piedras de granizo. Pues, a causa de la voz de Jehová, Asiria se sobrecogerá de terror; él la golpeará hasta con un bastón.” (Isaías 30:30, 31.) Con esta descripción tan gráfica, Isaías subraya que la sentencia divina contra Asiria no dejará de cumplirse. En efecto, de pie ante Dios, esta potencia tiembla al contemplar “el descender de su brazo” ejecutor.
25 El profeta añade: “Cada movimiento de su vara de castigo que Jehová haga asentar sobre Asiria ciertamente resultará ser con panderetas y con arpas; y con batallas de armas blandidas realmente peleará contra ellos. Porque su Tófet está puesto en orden desde tiempos recientes; también está preparado para el rey mismo. Ha hecho profundo su apilamiento. Fuego y leña hay en abundancia. El aliento de Jehová, como torrente de azufre, arde contra él” (Isaías 30:32, 33). Tófet, un lugar del valle de Hinón, se utiliza en este pasaje como un quemadero figurativo. Al señalar que Asiria acabará allí, Isaías recalca que la destrucción que le espera será repentina y completa (compárese con 2 Reyes 23:10).
26. a) ¿Qué aplicación actual tienen las proclamaciones de Jehová contra Asiria? b) ¿Cómo se mantienen en expectativa de Jehová los cristianos de hoy?
26 Si bien el mensaje de condena se dirige contra Asiria, la profecía de Isaías tiene una trascendencia mayor (Romanos 15:4). Jehová vendrá de nuevo desde lejos, por decirlo así, para inundar, zarandear y poner freno a los opresores de su pueblo (Ezequiel 38:18-23; 2 Pedro 3:7; Revelación [Apocalipsis] 19:11-21). Que llegue pronto ese día. Mientras tanto, los cristianos aguardan expectantes el momento de su liberación. Les fortalece reflexionar en las gráficas palabras del capítulo 30 de Isaías, palabras que impulsan a los siervos de Dios a valorar el privilegio de orarle, a estudiar con detenimiento la Biblia y a meditar sobre las bendiciones que el Reino traerá (Salmo 42:1, 2; Proverbios 2:1-6; Romanos 12:12). En definitiva, las palabras de Isaías nos ayudan a mantenernos en expectativa de Jehová, a esperar en él.
[Notas]
a Notemos que si Judá hubiera sido fiel, podría haberle sucedido todo lo contrario (Levítico 26:7, 8).
b Este es el único lugar de la Biblia en el que se llama “Magnífico Instructor” a Jehová.
c Isaías 30:25b dice: “En el día de la gran matanza cuando caigan las torres”. En su cumplimiento inicial, es posible que estas palabras se refieran a la caída de Babilonia, que abrió el camino para que Israel disfrutara de las bendiciones predichas en Isaías 30:18-26 (véase el párr. 19). También podrían hacer alusión a la destrucción que ocasionará Armagedón, la cual posibilitará el cumplimiento más grandioso de estas bendiciones en el nuevo mundo.
[Ilustraciones de la página 305]
En los días de Moisés, los israelitas escaparon de Egipto. En tiempos de Isaías, Judá va a Egipto en busca de ayuda
[Ilustración de la página 311]
“Sobre toda colina elevada tiene que llegar a haber arroyos”
[Ilustración de la página 312]
Jehová vendrá “con su cólera y con nubes pesadas”