Capítulo 7
¡Ay de la viña infiel!
1, 2. ¿Qué planta el “amado”, y qué decepción sufre?
“POR su exquisita belleza lingüística y consumada maestría comunicativa, esta parábola es prácticamente única.” Con tales palabras se refirió cierto comentarista bíblico a los versículos de apertura del capítulo 5 de Isaías. Más que una simple obra artística, las palabras de Isaías ofrecen una descripción conmovedora del cariño que Jehová siente por su pueblo, al tiempo que nos advierten de lo que le desagrada.
2 La parábola de Isaías empieza así: “Déjeseme cantarle a mi amado, por favor, una canción de mi amado acerca de su viña. Había una viña que mi amado llegó a tener en una ladera fértil. Y procedió a cavarla y a limpiarla de piedras y a plantarla de una vid roja selecta, y a edificar una torre en medio de ella. Y también hubo un lagar que él labró en ella. Y siguió esperando que produjera uvas, pero gradualmente produjo uvas silvestres” (Isaías 5:1, 2; compárese con Marcos 12:1).
El cuidado de la viña
3, 4. ¿Qué cuidado amoroso se le dispensa a la viña?
3 Sea que Isaías realmente cante esta parábola ante sus oyentes o no, de seguro capta su atención. Es probable que la mayoría de ellos estén familiarizados con el trabajo de plantar una viña, y el vívido relato de Isaías se ciñe a la realidad. Tal como los viticultores modernos, el dueño de la viña no planta semillas de uva, sino estacas, o sarmientos, de otra vid, “una vid roja selecta”, de primera calidad. Es apropiado, por tanto, que plante su viña “en una ladera fértil”, un lugar idóneo para que crezca.
4 A fin de que una viña sea fructífera, hay que trabajar con tesón. Isaías dice que el dueño ‘cava la tierra y la limpia de piedras’, una labor tediosa y agotadora. Al parecer, utiliza las piedras más grandes para “edificar una torre”. En tiempos antiguos se apostaban en aquellas torres los guardas que protegían las cosechas contra los ladrones y los animales.a Además, el dueño levanta muros de contención con piedras para que las terrazas de la viña no se desmoronen (Isaías 5:5). Esta era una forma usual de impedir que el agua arrastrara consigo el mantillo, la importantísima capa superior del suelo.
5. ¿Qué es lógico que espere el dueño de la viña, pero qué obtiene?
5 Después de trabajar tan arduamente para proteger la viña, es lógico que el dueño espere que produzca fruto, así que labra un lagar. Ahora bien, ¿se hace realidad la anhelada cosecha? No, pues la viña da uvas silvestres.
La viña y su dueño
6, 7. a) ¿Quién es el dueño de la viña, y qué es la viña? b) ¿Qué juicio solicita el dueño de la viña?
6 ¿Quién es el dueño, y qué es la viña? El propio dueño da la respuesta: “Ahora, oh habitantes de Jerusalén y hombres de Judá, sírvanse juzgar entre mí y mi viña. ¿Qué hay que hacerle todavía a mi viña que yo no haya hecho ya en ella? ¿Por qué esperé yo que produjera uvas, pero gradualmente produjo uvas silvestres? Y ahora, por favor, permítaseme darles a conocer lo que voy a hacerle a mi viña: Habrá una remoción de su seto, y tiene que ser destinada para quemazón. Tiene que haber un derribo de su muro de piedra, y tiene que ser destinada para lugar de holladura” (Isaías 5:3-5).
7 Jehová, en efecto, es el amo de la viña; él mismo se presenta en la sala de un tribunal, por así decirlo, para que este juzgue entre Él y su decepcionante viña. ¿Qué es la viña, entonces? Su dueño lo explica: “La viña de Jehová de los ejércitos es la casa de Israel, y los hombres de Judá son la plantación con la cual él estaba encariñado” (Isaías 5:7a).
8. ¿Qué indica el que Isaías llame a Jehová “mi amado”?
8 Isaías llama a Jehová, el amo de la viña, “mi amado” (Isaías 5:1). Su estrecha relación con Dios le permite referirse a él de forma tan íntima (compárese con Job 29:4; Salmo 25:14). Sin embargo, el amor que el profeta siente por Dios palidece al compararlo con el que este ha demostrado por su “viña”, la nación que él ‘plantó’ (compárese con Éxodo 15:17; Salmo 80:8, 9).
9. ¿Por qué puede decirse que Jehová ha tratado a su nación como si fuera una viña valiosa?
9 Jehová ‘plantó’ su nación en la tierra de Canaán y le entregó sus leyes y disposiciones, las cuales, como si se trataran de un muro, la protegerían a fin de que las demás naciones no la corrompieran (Éxodo 19:5, 6; Salmo 147:19, 20; Efesios 2:14). Además, le dio jueces, sacerdotes y profetas para que enseñaran al pueblo (2 Reyes 17:13; Malaquías 2:7; Hechos 13:20). Cuando ciertas agresiones militares amenazaron a Israel, Jehová designó libertadores (Hebreos 11:32, 33). Con razón Él pregunta: “¿Qué hay que hacerle todavía a mi viña que yo no haya hecho ya en ella?”.
La viña de Dios hoy día
10. ¿Qué parábola relató Jesús acerca de una viña?
10 Es posible que Jesús pensara en las palabras de Isaías cuando pronunció la parábola de los cultivadores asesinos: “Había un hombre, un amo de casa, que plantó una viña y la rodeó de una cerca y cavó en ella un lagar y erigió una torre, y la arrendó a cultivadores, y viajó al extranjero”. Desgraciadamente, los cultivadores traicionaron al dueño de la viña y hasta mataron a su hijo. Jesús pasó entonces a mostrar que esta parábola no se refería exclusivamente a la nación literal de Israel, pues dijo: “El reino de Dios les será quitado a ustedes [el Israel según la carne] y será dado a una nación que produzca sus frutos” (Mateo 21:33-41, 43).
11. ¿Qué viña espiritual existía en el siglo primero, pero qué sucedió tras la muerte de los apóstoles?
11 Esa nueva “nación” resultó ser “el Israel de Dios”, una nación espiritual integrada por un total de 144.000 cristianos ungidos (Gálatas 6:16; 1 Pedro 2:9, 10; Revelación [Apocalipsis] 7:3, 4). Jesús comparó a esos discípulos a los “sarmientos” de “la vid verdadera”, que es él mismo. Naturalmente, se espera que dichos sarmientos den fruto (Juan 15:1-5). Han de manifestar las cualidades de Cristo y participar en la predicación de “estas buenas nuevas del reino” (Mateo 24:14; Gálatas 5:22, 23). Desde la muerte de los doce apóstoles, sin embargo, la gran mayoría de los que afirman ser sarmientos de “la vid verdadera” han demostrado ser falsos; en vez de fruto bueno, han producido uvas silvestres (Mateo 13:24-30, 38, 39).
12. ¿Cómo condenan a la cristiandad las palabras de Isaías, y qué lección contienen para los cristianos verdaderos?
12 Por consiguiente, la condena que Isaías dirige a Judá es aplicable hoy día a la cristiandad. Un examen de su historia —de sus guerras, sus cruzadas, sus inquisiciones— revela perfectamente lo agrio que ha sido su fruto. No obstante, los cristianos ungidos —quienes componen la viña verdadera— y la “gran muchedumbre” que se les ha unido tienen que prestar atención a las palabras de Isaías (Revelación 7:9). Si quieren complacer al dueño de la viña, deben producir, tanto a nivel individual como colectivo, los frutos que le agradan.
“Uvas silvestres”
13. ¿Qué le hará Jehová a su viña, en vista del mal fruto que produce?
13 Tras haber tomado medidas extraordinarias para cuidar y cultivar la viña, Jehová espera, con razón, que sea “una viña de vino espumante” (Isaías 27:2). Pero en vez de uvas aptas para el consumo, da “uvas silvestres”, literalmente “cosas hediondas” o “bayas podridas” (Isaías 5:2, nota; Jeremías 2:21). Por tanto, Jehová anuncia su intención de privar a la nación del “seto” protector que la rodea. Quedará “como cosa destruida” y sufrirá los efectos del abandono y la sequía (léase Isaías 5:6). Moisés ya había advertido a los israelitas de que la desobediencia a la Ley de Dios les acarrearía esas mismas consecuencias (Deuteronomio 11:17; 28:63, 64; 29:22, 23).
14. ¿Qué frutos espera Jehová de su nación, pero qué produce esta?
14 Dios espera que la nación produzca buenos frutos. Miqueas, contemporáneo de Isaías, declara: “¿Qué es lo que Jehová está pidiendo de vuelta de ti sino ejercer justicia y amar la bondad y ser modesto al andar con tu Dios?” (Miqueas 6:8; Zacarías 7:9). Pero la nación no hace caso de la exhortación de Jehová. “[Dios] siguió esperando juicio, pero, ¡miren!, quebrantamiento de ley; justicia, pero, ¡miren!, alarido.” (Isaías 5:7b.) Moisés predijo que la nación infiel produciría uvas venenosas procedentes de “la vid de Sodoma” (Deuteronomio 32:32). Es probable, pues, que la inmoralidad sexual, incluida la homosexualidad, sea parte de su desviación de la Ley divina (Levítico 18:22). La expresión “quebrantamiento de ley” también puede traducirse por “derramamiento de sangre”. Sin duda, un trato tan cruel ha hecho que las víctimas lancen un “alarido” que ha llegado hasta Aquel que plantó la viña (compárese con Job 34:28).
15, 16. ¿Cómo pueden guardarse los cristianos verdaderos de producir los malos frutos que Israel produjo?
15 Jehová Dios es “amador de justicia y derecho” (Salmo 33:5). A los judíos les impuso este mandato: “No deben hacer injusticia en el juicio. No debes tratar con parcialidad al de condición humilde, y no debes preferir la persona de un grande. Con justicia debes juzgar a tu asociado” (Levítico 19:15). Por consiguiente, hemos de evitar tratarnos con parcialidad. Jamás debemos permitir que factores como la raza, la edad, la riqueza o la pobreza influyan en el concepto que tenemos de los demás (Santiago 2:1-4). En particular, es importante que quienes ocupan puestos de superintendencia “no [hagan] nada según una inclinación parcial” y siempre procuren oír las dos versiones de un asunto antes de emitir juicio (1 Timoteo 5:21; Proverbios 18:13).
16 Además, dado que viven en un mundo desaforado, los cristianos fácilmente podrían adoptar una actitud negativa o rebelde para con las normas divinas. Pero los verdaderos discípulos de Cristo han de estar ‘listos para obedecer’ las leyes de Dios (Santiago 3:17). Pese a la inmoralidad sexual y la violencia que caracterizan al “inicuo sistema de cosas actual”, deben “[vigilar] cuidadosamente que su manera de andar no sea como imprudentes, sino como sabios” (Gálatas 1:4; Efesios 5:15). Tienen que rechazar los criterios permisivos en cuanto al sexo, y cuando surgen desacuerdos, han de evitar resolverlos con “cólera e ira y gritería y habla injuriosa” (Efesios 4:31). Al cultivar la justicia, los cristianos verdaderos honran a Dios y se granjean su aprobación.
El precio de la avaricia
17. ¿Qué conducta malvada condena Isaías en el primero de los ayes que pronuncia?
17 A partir del versículo 8, Isaías deja de transcribir las palabras de Jehová. El profeta pronuncia personalmente el primero de seis ayes, con el que condena algunas de las “uvas silvestres” que Judá ha producido: “¡Ay de los que juntan casa a casa, y de los que anexan campo a campo hasta que no hay más lugar y a ustedes se les ha hecho morar solos en medio del país! En mis oídos Jehová de los ejércitos ha jurado que muchas casas, aunque grandes y buenas, llegarán a ser un verdadero objeto de pasmo, sin habitante alguno. Pues hasta diez yugadas de viña producirán solo una medida de bato, y hasta una medida de homer de semilla producirá solo una medida de efá” (Isaías 5:8-10).
18, 19. ¿Cómo desobedecen los contemporáneos de Isaías las leyes de Jehová que regulan la propiedad, y cómo sufrirán por ello?
18 En el Israel antiguo, toda la tierra pertenecía, en última instancia, a Jehová. Cada familia recibía una herencia de Dios que podía alquilar o prestar, pero nunca vender “en perpetuidad” (Levítico 25:23). Esta ley impedía abusos como los monopolios de tierras, así como que las familias se hundieran en la miseria. No obstante, algunos habitantes de Judá estaban quebrantando con avaricia las leyes divinas que regulaban la propiedad. Miqueas escribió: “Han deseado campos y se han apoderado de ellos; también casas, y las han tomado; y han defraudado a un hombre físicamente capacitado y a su casa, a un hombre y su posesión hereditaria” (Miqueas 2:2). Ahora bien, Proverbios 20:21 da la siguiente advertencia: “Se está consiguiendo una herencia por avidez desmesurada al principio, pero su propio futuro no será bendecido”.
19 Jehová promete que arrebatará a esos avaros sus ganancias mal habidas. Las casas que usurparon quedarán “sin habitante alguno”. Las tierras que codician no producirán más que una mínima parte de su potencial. No se dice exactamente cómo y cuándo se cumplirá esta maldición. Es probable que, al menos en parte, se refiera a las condiciones que ocasionará el futuro destierro a Babilonia (Isaías 27:10).
20. ¿Cómo pueden guardarse los cristianos actuales de imitar la actitud avariciosa de algunos israelitas?
20 Los cristianos han de aborrecer la avaricia insaciable que evidenciaron algunos israelitas de aquel tiempo (Proverbios 27:20). Cuando se otorga una importancia desmedida a las posesiones materiales, es fácil rebajarse a ganar dinero por medios poco honrados. Fácilmente pudiéramos enredarnos en negocios turbios o hacer caso de promesas poco realistas del tipo Hágase rico en poco tiempo. “El que se apresura a ganar riquezas no permanecerá inocente.” (Proverbios 28:20.) ¡Qué importante es, por tanto, contentarnos con lo que tenemos! (1 Timoteo 6:8.)
La trampa de las diversiones cuestionables
21. ¿Qué pecados condena el segundo ay de Isaías?
21 A continuación viene el segundo ay de Isaías: “¡Ay de los que se levantan muy de mañana para buscar solo licor embriagante, que se quedan hasta tarde en la oscuridad nocturna, de modo que el vino mismo los inflama! Y tiene que resultar que haya arpa e instrumento de cuerdas, pandereta y flauta, y vino en sus banquetes; pero la actividad de Jehová no miran, y la obra de sus manos no han visto” (Isaías 5:11, 12).
22. ¿Qué desenfreno se hace patente en Israel, y con qué consecuencias para la nación?
22 Jehová es el “Dios feliz”, y no le molesta que sus siervos se diviertan de modo razonable (1 Timoteo 1:11). Estos hedonistas, sin embargo, traspasan todos los límites. “Por lo general los que se emborrachan están borrachos de noche”, dice la Biblia (1 Tesalonicenses 5:7). Pero los juerguistas de la profecía empiezan sus parrandas al alba y siguen bebiendo hasta muy entrada la noche. Se comportan como si Dios no existiera, como si no fuera a pedirles cuentas de sus actos. Isaías les augura un sombrío porvenir. “Mi pueblo tendrá que irse al destierro por falta de conocimiento; y su gloria será hombres muertos de hambre, y su muchedumbre estará abrasada de sed.” (Isaías 5:13.) Por su negativa a conducirse según el conocimiento verdadero, el pueblo en pacto con Dios —tanto los prominentes como los de condición humilde— irá a parar al Seol (léase Isaías 5:14-17).
23, 24. ¿Qué comedimiento y moderación deben tener los cristianos?
23 Las “diversiones estrepitosas”, o “juergas”, también suponían un problema para ciertos cristianos del siglo primero (Gálatas 5:21, Barclay; 2 Pedro 2:13). Por eso no sorprende que algunos cristianos dedicados de la actualidad hayan sido poco juiciosos en lo referente a las reuniones sociales. Algunas de estas ocasiones se han convertido en fiestas estrepitosas, escandalosas, por culpa del consumo descontrolado de bebidas alcohólicas (Proverbios 20:1). Bajo la influencia de estas, hay quienes han llegado al extremo de comportarse de modo inmoral, y algunas reuniones han durado casi toda la noche, lo que ha afectado a las actividades cristianas del día siguiente.
24 Los cristianos equilibrados, en cambio, producen fruto piadoso, y son comedidos y moderados al escoger el modo de divertirse. Siguen el consejo de Pablo que se halla en Romanos 13:13: “Como de día, andemos decentemente, no en diversiones estrepitosas y borracheras”.
Odiemos el pecado y amemos la verdad
25, 26. ¿Qué manera de pensar malvada denuncia Isaías en los ayes tercero y cuarto?
25 Escuchemos ahora los ayes tercero y cuarto de Isaías: “¡Ay de los que tiran hacia sí el error con sogas de falsedad, y el pecado como con cuerdas de carreta; de los que están diciendo: ‘¡Apresúrese la obra de él; sí, venga rápidamente, a fin de que la veamos; y acérquese y venga el consejo del Santo de Israel, para que lo conozcamos!’! ¡Ay de los que dicen que lo bueno es malo y lo malo es bueno, los que ponen oscuridad por luz y luz por oscuridad, los que ponen amargo por dulce y dulce por amargo!” (Isaías 5:18-20).
26 ¡Qué descripción tan gráfica de los que viven entregados al pecado! Están tan atados a él como los animales de tiro a las carretas. Estos pecadores no temen ningún día de juicio venidero. En son de burla, dicen: ‘¡Venga rápidamente la obra de Dios!’. En vez de someterse a la Ley divina, tuercen la realidad y afirman que “lo bueno es malo y lo malo es bueno” (compárese con Jeremías 6:15; 2 Pedro 3:3-7).
27. ¿Cómo pueden evitar una actitud semejante a la de los israelitas los cristianos de la actualidad?
27 Los cristianos de la actualidad han de evitar a toda costa esa actitud. Por ejemplo, rehúsan adoptar el criterio mundano de que la fornicación y la homosexualidad son aceptables (Efesios 4:18, 19). Claro, un cristiano podría ‘dar un paso en falso’ que lo llevara a cometer algún pecado grave (Gálatas 6:1). Los ancianos de la congregación están dispuestos a dar ayuda a quien ha caído y la necesita (Santiago 5:14, 15). Las oraciones y los consejos basados en la Biblia pueden contribuir a su recuperación espiritual. De otro modo, corre el peligro de convertirse en “esclavo del pecado” (Juan 8:34). En lugar de mofarse de Dios y perder la conciencia de que el día de juicio se aproxima, los cristianos se afanan por permanecer “inmaculados y sin tacha” ante Jehová (2 Pedro 3:14; Gálatas 6:7, 8).
28. ¿Qué pecados se condenan en los últimos ayes de Isaías, y cómo pueden evitarlos los cristianos de la actualidad?
28 Es apropiado, pues, que Isaías añada estos últimos ayes: “¡Ay de los que son sabios a sus propios ojos, y discretos aun enfrente de sus propios rostros! ¡Ay de los que son poderosos en beber vino, y de los hombres con energía vital para mezclar licor embriagante, los que pronuncian justo al inicuo a cambio de un soborno, y que hasta la justicia del justo quitan de él!” (Isaías 5:21-23). Probablemente, estas palabras iban dirigidas a los jueces del país. Hoy en día, los ancianos de las congregaciones procuran no parecer “sabios a sus propios ojos”. Aceptan con humildad los consejos de otros ancianos y siguen cuidadosamente las directrices de la organización (Proverbios 1:5; 1 Corintios 14:33). Son moderados con la bebida, y nunca consumen alcohol precisamente antes de cumplir con sus responsabilidades en la congregación (Oseas 4:11). Asimismo se guardan de dar siquiera la apariencia de mostrar favoritismo (Santiago 2:9). Son muy distintos de los clérigos de la cristiandad, muchos de los cuales encubren a los pecadores ricos e influyentes de su grey, desoyendo por completo las advertencias del apóstol Pablo que se hallan en Romanos 1:18, 26, 27; 1 Corintios 6:9, 10, y Efesios 5:3-5.
29. ¿Qué trágico final le espera a la viña israelita de Jehová?
29 Isaías concluye este mensaje profético refiriéndose al trágico final de quienes “han rechazado la ley de Jehová” y no han producido fruto justo (Isaías 5:24, 25; Oseas 9:16; Malaquías 4:1). Declara: “[Jehová] ha levantado una señal enhiesta a una gran nación lejana, y le ha silbado en la extremidad de la tierra; y, ¡miren!, apresuradamente vendrá con celeridad” (Isaías 5:26; Deuteronomio 28:49; Jeremías 5:15).
30. ¿Quién convocará a “una gran nación” para que se alce contra el pueblo de Jehová, y con qué resultado?
30 En tiempos antiguos, un poste situado en un alto podía constituir “una señal enhiesta”, un punto de reunión para personas o ejércitos (compárese con Isaías 18:3; Jeremías 51:27). Jehová mismo convocará “a una gran nación”, cuyo nombre no se menciona, para que ejecute su sentencia.b ‘Le silbará’, es decir, atraerá la atención de ella hacia su pueblo descarriado para que considere que merece la pena conquistarlo. El profeta alude entonces al rápido y aterrador ataque de esos conquistadores que, como leones, “agarrarán la presa”, esto es, la nación de Dios, “y se la llevarán con seguridad” al cautiverio (léase Isaías 5:27-30a). ¡Y qué lamentables consecuencias tendrá eso para la tierra del pueblo de Jehová! “Uno realmente mirará con fijeza la tierra, y, ¡miren!, hay oscuridad angustiosa; y hasta la luz se ha oscurecido a causa de las gotas que caen en ella.” (Isaías 5:30b.)
31. ¿Cómo pueden los cristianos verdaderos evitar el castigo que se le impuso a la viña israelita de Jehová?
31 En efecto, la viña que Dios plantó con tanto amor resulta estéril, merecedora tan solo de sufrir destrucción. Las palabras de Isaías contienen una lección magistral para cuantos sirven a Jehová en la actualidad. Que todos ellos procuren producir únicamente fruto justo, para la alabanza de Dios y para su propia salvación.
[Notas]
a Algunos estudiosos creen que estructuras provisionales más baratas, como cabañas, o chozas, eran mucho más comunes que las torres de piedra (Isaías 1:8). La existencia de una torre indicaría que el dueño había tomado medidas excepcionales en provecho de su “viña”.
b En otras profecías, Isaías indica que la nación que ejecutaría la devastadora sentencia de Jehová contra Judá sería Babilonia.
[Ilustración de la página 83]
El pecador está tan atado al pecado como el animal de tiro a la carreta
[Ilustración a toda plana de la página 85]