Capítulo 4
“Ustedes son mis testigos”
1. ¿Para qué utiliza Jehová las profecías, y cómo debe responder su pueblo al cumplimiento de estas?
LA FACULTAD de predecir el futuro es una de las características que distinguen al Dios verdadero de todos los dioses falsos. Pero cuando Jehová profetiza, no lo hace solo para demostrar su divinidad. Como revela el capítulo 43 de Isaías, mediante las profecías Él evidencia tanto su divinidad como su amor por el pueblo con el que hizo el pacto. Sus siervos, a su vez, no deben callar cuando captan el cumplimiento de las profecías, sino que deben dar testimonio de lo que han visto. En efecto, tienen que ser testigos de Jehová.
2. a) ¿En qué estado espiritual se encuentra Israel en los tiempos de Isaías? b) ¿Cómo abre Jehová los ojos de su pueblo?
2 Por desgracia, en los tiempos de Isaías, Israel se encuentra en un estado tan penoso, que Jehová lo considera incapacitado en sentido espiritual. “Saca a un pueblo que es ciego aunque ojos mismos existen, y a los que son sordos aunque tienen oídos.” (Isaías 43:8.) ¿Cómo pueden estos ciegos y sordos espirituales servir a Jehová como sus testigos vivos? Solo hay un modo: abriéndoles milagrosamente los ojos y los oídos. Y eso mismo hace Dios. ¿Cómo? En primer lugar, los disciplina con severidad. Envía al destierro a los habitantes del reino norteño de Israel en 740 a.E.C., y a los de Judá, en 607 a.E.C. Más adelante, utiliza su poder en favor de su pueblo al liberarlo y repatriar en 537 a.E.C. a un resto arrepentido y revitalizado en sentido espiritual. Tan seguro está Él de que nada puede frustrar Su propósito al respecto, que unos doscientos años antes de liberar a Israel habla de ello como si ya hubiera sucedido.
3. ¿Cómo anima Jehová a los futuros desterrados?
3 “Esto es lo que ha dicho Jehová, tu Creador, oh Jacob, y tu Formador, oh Israel: ‘No tengas miedo, porque yo te he recomprado. Te he llamado por tu nombre. Eres mío. En caso de que pases por las aguas, yo ciertamente estaré contigo; y por los ríos, no te inundarán. En caso de que andes por el fuego, no te quemarás, ni la llama misma te chamuscará. Porque yo soy Jehová tu Dios, el Santo de Israel tu Salvador’.” (Isaías 43:1-3a.)
4. ¿Por qué puede decirse que Jehová es el Creador de Israel, y qué le asegura él a su pueblo con relación al regreso a su tierra?
4 Jehová tiene especial interés por la nación de Israel porque es posesión suya. Es su propia creación, en cumplimiento del pacto abrahámico (Génesis 12:1-3). Por eso Salmo 100:3 dice: “Sepan que Jehová es Dios. Es él quien nos ha hecho, y no nosotros mismos. Somos su pueblo, y las ovejas de su apacentamiento”. Como Creador y Recomprador de Israel, lo conducirá sano y salvo a su tierra. Ni aguas ni ríos crecidos ni desiertos abrasadores los detendrán ni les causarán daño, tal como obstáculos parecidos no frenaron la marcha de sus antepasados hacia la Tierra Prometida mil años antes.
5. a) ¿Cómo consuelan las palabras de Jehová al Israel espiritual? b) ¿Quiénes son los compañeros del Israel espiritual, y quiénes los prefiguraron?
5 Las palabras de Jehová también consuelan hoy día al resto del Israel espiritual, cuyos miembros son “una nueva creación” ungida por espíritu (2 Corintios 5:17). Estos han encarado con valor “las aguas” de la humanidad y han disfrutado del tierno cuidado de Dios al afrontar pruebas semejantes a inundaciones. El fuego que emana de sus enemigos, en vez de causarles daño, los ha refinado (Zacarías 13:9; Revelación [Apocalipsis] 12:15-17). Jehová también ha protegido a quienes se han unido a su nación espiritual: la “gran muchedumbre” de “otras ovejas” (Revelación 7:9; Juan 10:16). Estas fueron prefiguradas por la “vasta compañía mixta” que emprendió el éxodo desde Egipto junto con los israelitas, así como por los gentiles que partieron de Babilonia con los judíos liberados del exilio (Éxodo 12:38; Esdras 2:1, 43, 55, 58).
6. ¿Cómo demuestra Jehová que es un Dios de justicia con relación al rescate a) del Israel natural? b) del Israel espiritual?
6 Jehová promete liberar a su pueblo de Babilonia mediante los ejércitos de Media y Persia (Isaías 13:17-19; 21:2, 9; 44:28; Daniel 5:28). Como Dios de justicia que es, pagará a sus “empleados” medopersas un rescate adecuado por Israel. “He dado a Egipto como rescate por ti, a Etiopía y Sebá en lugar de ti. Debido al hecho de que has sido precioso a mis ojos, se te ha considerado honorable, y yo mismo te he amado. Y daré hombres en lugar de ti, y grupos nacionales en lugar de tu alma.” (Isaías 43:3b, 4.) La historia confirma la predicción divina, puesto que entre las conquistas del Imperio persa estuvieron tanto Egipto como Etiopía y su vecina Sebá (Proverbios 21:18). De igual manera, en 1919 Jehová liberó al resto del Israel espiritual de su cautiverio, y para ello utilizó a Jesucristo. Sin embargo, este no necesitó una recompensa por sus servicios, pues, por una parte, no era un gobernante pagano y, por otra, estaba liberando a sus propios hermanos espirituales. Además, Jehová ya le había dado en 1914 “naciones por herencia [suya], y los cabos de la tierra por posesión [suya] propia” (Salmo 2:8).
7. ¿Cuáles son los sentimientos de Jehová por su pueblo, tanto en el pasado como en el presente?
7 Notemos que Jehová expresa sin reparos su ternura hacia los desterrados que ha recomprado. Les dice que son ‘preciosos’ y ‘honorables’ y que los ‘ama’ (Jeremías 31:3). Lo mismo siente —incluso con mayor intensidad— por sus siervos leales del presente. Los cristianos ungidos disfrutan de una relación con él, no en virtud de su nacimiento, sino del espíritu santo de Dios, que actúa en ellos después que se dedican personalmente al Creador. Jehová los conduce hacia su Hijo y hacia sí mismo, y escribe Sus leyes y principios en sus corazones receptivos (Jeremías 31:31-34; Juan 6:44).
8. ¿Qué palabras tranquilizadoras dirige Jehová a los exiliados, y qué pensarán ellos de su liberación?
8 A continuación, Jehová dirige más palabras tranquilizadoras a los exiliados: “No tengas miedo, porque yo estoy contigo. Desde el naciente traeré tu descendencia, y desde el poniente te juntaré. Diré al norte: ‘¡Entrega acá!’, y al sur: ‘No retengas. Trae a mis hijos desde lejos, y a mis hijas desde la extremidad de la tierra, a todo el que es llamado por mi nombre y a quien he creado para mi propia gloria, a quien he formado, sí, a quien he hecho’” (Isaías 43:5-7). Ni los lugares más remotos estarán fuera del alcance de Jehová cuando llegue el momento de liberar a sus hijos e hijas y devolverlos a su amada tierra (Jeremías 30:10, 11). No cabe duda de que para ellos, esta liberación sobrepasará a la que experimentó la nación cuando estaba cautiva en Egipto (Jeremías 16:14, 15).
9. ¿De qué dos maneras relaciona Jehová sus actos de liberación con su nombre?
9 Al recordar a los israelitas que se les llama por Su nombre, Jehová confirma su promesa de liberarlos (Isaías 54:5, 6). Es más, vincula su nombre con sus promesas de liberación, y de esta forma se asegura de que sea él quien reciba la gloria al cumplirse su palabra profética. Ni siquiera el conquistador de Babilonia tendrá derecho a la honra que corresponde al único Dios verdadero.
El juicio a los dioses
10. ¿Qué desafío lanza Jehová a las naciones y sus dioses?
10 Jehová ahora utiliza su promesa de liberar a Israel como base para un juicio universal en el que pone a prueba a los dioses de las naciones. Leemos: “Que todas las naciones se junten en un solo lugar, y que los grupos nacionales se reúnan. ¿Quién [de sus dioses] hay entre ellos que pueda anunciar esto? ¿O pueden ellos hacernos oír siquiera las cosas primeras? Que [sus dioses] suministren sus testigos, para que sean declarados justos, o que oigan y digan: ‘¡Es la verdad!’” (Isaías 43:9). Jehová lanza un gran desafío a las naciones del mundo. Les viene a decir, en sustancia: “Que sus dioses demuestren su divinidad prediciendo con exactitud el futuro”. Como solo el Dios verdadero puede profetizar de modo infalible, esta prueba pondrá al descubierto a los impostores (Isaías 48:5). Pero el Todopoderoso impone otra condición en el litigio: todos los que afirman ser dioses verdaderos deben presentar testigos tanto de sus predicciones como del cumplimiento de estas. Naturalmente, Jehová se somete también a esa condición.
11. ¿Qué comisión da Jehová a su siervo, y qué revela sobre Su divinidad?
11 Los dioses falsos, impotentes como son, sufren la vergüenza de que el lugar reservado para los testigos en el estrado queda vacío, por cuanto no pueden presentar ninguno. Pero ahora le llega a Jehová el momento de confirmar su divinidad. Mirando a su pueblo, le dice: “Ustedes son mis testigos [...], aun mi siervo a quien he escogido, para que sepan y tengan fe en mí, y para que entiendan que yo soy el Mismo. Antes de mí no fue formado Dios alguno, y después de mí continuó sin que lo hubiera. Yo... yo soy Jehová, y fuera de mí no hay salvador. Yo mismo he anunciado y he salvado y he hecho que sea oído, cuando no había entre ustedes dios extraño. De modo que ustedes son mis testigos [...], y yo soy Dios. Además, todo el tiempo yo soy el Mismo; y no hay nadie que efectúe liberación de mi propia mano. Me pondré activo, y ¿quién puede volverla atrás?” (Isaías 43:10-13).
12, 13. a) ¿Qué abundancia de pruebas presenta el pueblo de Jehová? b) ¿Cómo se ha puesto de relieve el nombre de Jehová en nuestros días?
12 En respuesta a las palabras de Jehová, el estrado enseguida rebosa de gozosos testigos. Su testimonio es claro y contundente. Como Josué, atestiguan que ‘todo lo que Jehová ha hablado se ha realizado. Ni una sola palabra ha fallado’ (Josué 23:14). El pueblo aún recuerda los mensajes de Isaías, Jeremías, Ezequiel y otros profetas que predijeron al unísono el destierro de Judá y su milagrosa liberación posterior (Jeremías 25:11, 12). A su libertador, Ciro, se le mencionó por nombre mucho antes de haber nacido (Isaías 44:26–45:1).
13 Ante tal abundancia de pruebas, ¿quién puede negar que Jehová es el único Dios verdadero? A diferencia de los dioses paganos, no es creación de nadie; es el único Dios verdadero.a Por consiguiente, el pueblo que lleva Su nombre tiene un privilegio emocionante y singular: hablar de Sus maravillosos actos a las generaciones futuras y a quienes pregunten sobre él (Salmo 78:5-7). De igual modo, los testigos de Jehová de la actualidad tienen el privilegio de declarar el nombre divino por toda la Tierra. En la segunda década del siglo XX, los Estudiantes de la Biblia fueron adquiriendo cada vez mayor conciencia de la gran trascendencia del nombre de Dios, Jehová. El 26 de julio de 1931, en una asamblea celebrada en Columbus (Ohio, E.U.A.), el presidente de la Sociedad Watch Tower, Joseph F. Rutherford, presentó una resolución titulada “Un nuevo nombre”. Los asambleístas, emocionados, le escucharon decir: “Deseamos que se nos conozca y se nos llame por el nombre de testigos de Jehová”, y mostraron su conformidad con un rotundo “¡Sí!”. Desde entonces, el nombre de Jehová se ha puesto de relieve por todo el mundo (Salmo 83:18).
14. ¿Qué recuerda Jehová a los israelitas, y por qué es oportuno que lo haga?
14 Jehová cuida a los que llevan su nombre de forma digna y los considera “la niña de su ojo”. Les recuerda a los israelitas este hecho al indicarles que los liberó de Egipto y los condujo por el desierto, brindándoles su protección (Deuteronomio 32:10, 12). En aquel entonces no había ningún dios extraño entre ellos, pues habían presenciado la total humillación del nutrido panteón egipcio, que no fue capaz de proteger al país ni de impedir que Israel partiera (Éxodo 12:12). De igual modo, la poderosa Babilonia, en cuyo paisaje urbano resaltan al menos cincuenta templos de dioses falsos, será incapaz de detener la mano del Todopoderoso cuando él libere a su pueblo. Es patente que “no hay salvador” aparte de Jehová.
Los caballos caen, las prisiones se abren
15. ¿Qué profetiza Jehová con relación a Babilonia?
15 “Esto es lo que ha dicho Jehová, el Recomprador de ustedes, el Santo de Israel: ‘Por causa de ustedes ciertamente enviaré a Babilonia y haré que desciendan las barras de las prisiones, y los caldeos en las naves con gritos quejumbrosos por su parte. Yo soy Jehová el Santo de ustedes, el Creador de Israel, su Rey’. Esto es lo que ha dicho Jehová, Aquel que hizo un camino a través del mar mismo y una vereda aun a través de aguas fuertes, Aquel que sacó el carro de guerra y el caballo, la fuerza militar y a los fuertes a la misma vez: ‘Yacerán. No se levantarán. Ciertamente serán extinguidos. Como una mecha de lino tienen que ser apagados’.” (Isaías 43:14-17.)
16. ¿Qué les sucederá a Babilonia, a los mercaderes caldeos y a los que intenten defender la ciudad?
16 Babilonia es como una prisión para los desterrados porque les impide regresar a Jerusalén. Pero las defensas de la ciudad no son ningún obstáculo para el Todopoderoso, que antaño “hizo un camino a través del mar [Rojo] mismo y una vereda aun a través de aguas fuertes”, al parecer las del Jordán (Éxodo 14:16; Josué 3:13). De forma parecida, el agente de Jehová, Ciro, hará que baje el nivel del imponente Éufrates, lo que permitirá a sus guerreros entrar en la ciudad. Los mercaderes caldeos que surcan los canales de Babilonia —vías de tránsito de miles de galeras comerciales y barcazas que transportan a los dioses babilónicos— gimen cuando cae su poderosa capital. Tal como los carros de Faraón en el mar Rojo, los veloces carros babilónicos no podrán hacer nada para salvar su ciudad. Con la rapidez con que se apaga la mecha de lino de una lámpara de aceite, el invasor aniquilará a cuantos intenten defender Babilonia.
Jehová lleva a Su pueblo hasta su tierra sin ningún percance
17, 18. a) ¿Qué cosa ‘nueva’ profetiza Jehová? b) ¿En qué sentido no debe el pueblo acordarse de las cosas anteriores, y por qué?
17 Comparando las liberaciones que ha efectuado en el pasado con la que está a punto de realizar, Jehová dice: “No se acuerden de las cosas primeras, y a las cosas anteriores no dirijan su consideración. ¡Miren! Yo voy a hacer algo nuevo. Ahora brotará. Ustedes lo sabrán, ¿no es verdad? Realmente, a través del desierto pondré un camino; a través del desierto árido, ríos. La bestia salvaje del campo me glorificará, los chacales y los avestruces; porque habré dado agua hasta en el desierto, ríos en el desierto árido, para hacer beber a mi pueblo, mi escogido, el pueblo a quien he formado para mí mismo, para que relate la alabanza mía” (Isaías 43:18-21).
18 Con las palabras “no se acuerden de las cosas primeras”, Jehová no da a entender que sus siervos deban borrar de la mente Sus anteriores actos de salvación. De hecho, muchos de estos forman parte de la historia divinamente inspirada de Israel, y Jehová mandó que se recordara todos los años la salida de Egipto en la celebración de la Pascua (Levítico 23:5; Deuteronomio 16:1-4). No obstante, ahora él desea que su pueblo lo glorifique por “algo nuevo”, algo que experimentará en carne propia. Esto incluye no solo su liberación de Babilonia, sino también el milagroso retorno a su patria, tal vez por la ruta más directa, la del desierto. Jehová les preparará “un camino” en aquella tierra árida y realizará actos poderosos que les recordarán lo que hizo por los israelitas en los días de Moisés. En efecto, durante su travesía por el desierto les saciará el hambre con alimentos, y la sed con auténticos ríos. Tan abundantes serán las provisiones divinas que hasta los animales salvajes glorificarán a Dios y se abstendrán de atacar al pueblo.
19. ¿Por qué puede decirse que el resto del Israel espiritual y sus compañeros andan en “el Camino de la Santidad”?
19 De igual modo, en 1919 Jehová liberó del cautiverio babilónico al resto del Israel espiritual y lo guió por la ruta que le había preparado, “el Camino de la Santidad” (Isaías 35:8). A diferencia de los israelitas, no tuvieron que atravesar un desierto tórrido literal, ni su viaje concluyó a los pocos meses con la llegada a Jerusalén. Sin embargo, “el Camino de la Santidad” sí llevó al resto de cristianos ungidos a un paraíso espiritual. En su caso permanecen en tal camino, pues aún no han finalizado el viaje por este sistema de cosas. Mientras se mantengan en esa calzada —guardando las normas divinas de pureza y santidad—, continuarán en el paraíso espiritual. Para su alegría, se les ha unido una gran muchedumbre de compañeros “no israelitas”. En marcado contraste con los que confían en el sistema de Satanás, el resto y sus compañeros siguen disfrutando del abundante banquete espiritual que les brinda Jehová (Isaías 25:6; 65:13, 14). Por otra parte, muchas personas con características salvajes han cambiado su modo de vivir y han glorificado al Dios verdadero al darse cuenta de que este ha bendecido a Su pueblo (Isaías 11:6-9).
Jehová revela su aflicción
20. ¿En qué ha fallado a Jehová el Israel de los tiempos de Isaías?
20 El resto israelita restaurado de tiempos antiguos es un pueblo reformado, en comparación con la generación perversa de Isaías, a la que Jehová dirige las siguientes palabras: “Ni siquiera a mí me has llamado, oh Jacob, porque te has fatigado de mí, oh Israel. No me has traído la oveja de tus holocaustos, y con tus sacrificios no me has glorificado. Yo no te he obligado a servirme con un regalo, ni te he fatigado con olíbano. No has comprado para mí caña aromática con dinero; y con la grasa de tus sacrificios no me has saturado. En realidad, me has obligado a servir a causa de tus pecados; me has fatigado con tus errores” (Isaías 43:22-24).
21, 22. a) ¿Por qué puede decirse que los mandamientos de Jehová no son gravosos? b) ¿Por qué está el pueblo, en la práctica, obligando a Jehová a servirlos a ellos?
21 Al decir: “Yo no te he obligado a servirme con un regalo, ni te he fatigado con olíbano”, Jehová no se refiere a que los judíos no deban ofrecer sacrificios y olíbano (componente del incienso santo), pues estos son parte integrante de la adoración verdadera bajo el pacto de la Ley. Lo mismo puede decirse de la “caña aromática”, es decir, el cálamo aromático, ingrediente de dulce fragancia del aceite santo de unción. Los israelitas han descuidado el uso de estas sustancias en el servicio del templo. Pero ¿son tales requisitos gravosos? De ningún modo. Los mandamientos de Jehová son fáciles de cumplir, en comparación con las exigencias de las deidades falsas. Por ejemplo, el dios falso Mólek requería sacrificios de niños, algo que Jehová no ha pedido jamás (Deuteronomio 30:11; Miqueas 6:3, 4, 8).
22 Si los israelitas tuvieran percepción espiritual, nunca ‘se fatigarían de Jehová’. Al estudiar Su Ley verían el amor tan profundo que siente por ellos y le ofrecerían con gusto “la grasa”, lo mejor de sus sacrificios. En cambio, la reservan para sí con avaricia (Levítico 3:9-11, 16). Esta inicua nación agobia a Jehová con el peso de sus pecados; en la práctica, es como si obligaran a Dios a que los sirviera a ellos (Nehemías 9:28-30).
La disciplina produce fruto
23. a) ¿Por qué se merece el pueblo la disciplina de Jehová? b) ¿Qué abarca la disciplina que Dios impone a Israel?
23 Aunque Jehová disciplina al pueblo con la severidad que se merece, logra los resultados deseados, lo que le permite mostrarle misericordia. “Yo... yo soy Aquel que borra tus transgresiones por causa de mí mismo, y de tus pecados no me acordaré. Hazme recordar; presentémonos para juicio juntamente; cuenta tu propio relato de ello a fin de que tengas razón. Tu propio padre, el primero, ha pecado, y tus propios voceros [“intérpretes”, nota] han transgredido contra mí. Por eso profanaré a los príncipes del lugar santo, y ciertamente entregaré a Jacob como hombre dado por entero a la destrucción, y a Israel a palabras de injuria.” (Isaías 43:25-28.) Como todas las demás naciones, Israel desciende de Adán, “el primero”. Así pues, ningún israelita puede demostrar que ‘tiene razón’. Aun los “voceros” de Israel —sus maestros o intérpretes de la Ley— han pecado contra Jehová y han enseñado falsedades. Jehová, a su vez, entregará a la nación entera “a la destrucción” y “a palabras de injuria”. También profanará a los que ofician en Su “lugar santo”, el santuario.
24. ¿Cuál es la razón principal por la que Jehová perdona a su pueblo —tanto en el pasado como en el presente— y, sin embargo, qué siente por él?
24 Notemos, sin embargo, que Jehová no mostrará misericordia a Israel solo porque esta nación se haya arrepentido, sino por causa de él mismo. En efecto, su nombre está en juego. Si dejara a Israel en el exilio para siempre, Su propio nombre caería en descrédito (Salmo 79:9; Ezequiel 20:8-10). Hoy en día, de igual modo, la salvación de los seres humanos tiene menos importancia que la santificación del nombre de Jehová y la vindicación de su soberanía. No obstante, Dios ama a los que aceptan su disciplina sin reservas y lo adoran con espíritu y con verdad. Demuestra su amor a estas personas —sean ungidas o de las otras ovejas— borrando sus transgresiones en virtud del sacrificio de Jesucristo (Juan 3:16; 4:23, 24).
25. ¿Qué actos impresionantes realizará Jehová en un futuro cercano, y cómo podemos demostrar ya nuestro agradecimiento?
25 Además, Jehová va a demostrar pronto su amor por una gran muchedumbre de adoradores leales haciendo algo nuevo por ellos, a saber, librarlos y conducirlos a través de “la gran tribulación” hacia “una nueva tierra” limpia (Revelación 7:14; 2 Pedro 3:13). Estos serán testigos de la manifestación más impresionante del poder de Jehová que jamás hayan visto los seres humanos. La esperanza segura de presenciar ese acontecimiento hace que el resto ungido y los que compondrán la gran muchedumbre se regocijen y vivan todos los días en armonía con la comisión elevada que indican las palabras: “Ustedes son mis testigos” (Isaías 43:10).
[Nota]
a En las mitologías de las naciones, muchos dioses “nacen” y “procrean”.
[Ilustración de las páginas 48 y 49]
Jehová ayudará a los judíos en el viaje de regreso a Jerusalén
[Ilustraciones de la página 52]
Jehová desafía a las naciones a que presenten testigos de sus dioses
1. Estatuilla de Baal en bronce. 2. Figuras de arcilla de Astoret. 3. Tríada egipcia de Horus, Osiris e Isis. 4. Diosas griegas Atenea (izquierda) y Afrodita
[Ilustraciones de la página 58]
“Ustedes son mis testigos.” (Isaías 43:10)