¿Ha inspirado Dios la Biblia?
1, 2. ¿Por qué respetan muchos la Biblia, y qué afirmaron de ella sus escritores?
SEGÚN The New Encyclopædia Britannica, la Biblia es “probablemente la colección de libros que más ha influido en la historia de la humanidad”. Muchas personas la tienen en alta estima debido a su antigüedad (algunas secciones se escribieron hace 3.500 años). Debido, entre otras razones, a su consejo práctico y actual, su distribución supera los tres mil millones de ejemplares y se ha traducido, en parte o en su totalidad, a casi 2.000 idiomas, lo que la convierte en el mayor éxito de ventas mundial de todos los tiempos.
2 Aparte de todos estos factores que infunden respeto por la Biblia, hay otra característica que la ha hecho muy influyente y atractiva a lo largo de los siglos: su afirmación de ser la revelación inspirada del Dios Todopoderoso. Moisés, compilador de la Torá (los primeros cinco libros de la Biblia), “escribió” todo lo que Dios le mandó, entre otras cosas el relato de la creación, el del Diluvio de tiempos de Noé, la historia de Abrahán y la relación del propio Moisés con Dios. (Éxodo 24:3, 4.) El rey David dijo: “El espíritu del Eterno habló por mí, y Su palabra fue sobre mi lengua”. (2 Samuel 23:2.) Otros escritores bíblicos afirmaron tener también la guía divina. El conjunto de todos estos escritos constituyen la explicación que Dios da de la historia: su auténtico sentido, interpretación y resultado final. Los muchos y diversos escritores de la Biblia —reyes, asalariados, sacerdotes y otros— actuaron como secretarios al consignar las ideas de Dios, el Autor de las Escrituras y Garante de sus promesas.
3. ¿Qué muestra que no es incompatible creer en Dios y creer en la ciencia?
3 En vista de que la propia Biblia se atribuye origen divino, la cuestión más importante para muchos quizás sea la propia existencia de su Autor. Muchas personas rechazan de plano que Dios exista. Otras, que opinan que la intelectualidad ha rechazado el concepto de Dios y no cree en la Biblia, preguntan: “¿Por qué no creen los científicos en Dios?”. ¿Se ajusta a la realidad esta opinión que tienen de los científicos? Un artículo de la revista New Scientist dijo que la “opinión común de ver un incrédulo en todo científico [...] es sumamente errónea”.2 Este mismo artículo informa que ciertas encuestas realizadas al azar en universidades, centros de investigación y laboratorios industriales indican que “tantos como ocho de cada diez científicos siguen una creencia religiosa o se apoyan en principios ‘no científicos’”. De modo que es inexacto afirmar que la fe es incompatible con la ciencia o con los científicos. (Véase el recuadro de las páginas 4 y 5.)
¿Hay pruebas de que sea inspirada?
4. ¿Qué verdades científicas señaló la Biblia hace miles de años?
4 Aunque se concluya que hay prueba convincente de que existe un Creador, persiste la pregunta de si este ha inspirado a algunos hombres para que pongan por escrito sus ideas y propósitos en la Biblia. Una de las muchas razones por las que podemos estar seguros de que así fue es su exactitud científica. (Véase el recuadro de la página 6.) Por ejemplo, hace más de 3.000 años Job dijo que Dios “cuelga la tierra sobre la nada”. (Job 26:7.) Asimismo, el profeta Isaías declaró unos 2.700 años atrás que Dios “se sienta sobre el círculo de la tierra”. (Isaías 40:22.) Ahora bien, ¿de qué manera se enteraron Job o Isaías de estas verdades científicas fundamentales, que la Tierra está suspendida en el espacio y es esférica? Aunque estos hechos son hoy de conocimiento general, estas declaraciones se escribieron cuando tales nociones eran desconocidas. ¿No es la revelación divina la explicación más lógica?
5, 6. ¿Qué cumplimientos de la profecía prueban que Dios inspiró a los escritores bíblicos?
5 La profecía, historia escrita de antemano, es quizás el principal apoyo de la afirmación de que Dios ha inspirado la Biblia. Por ejemplo, el profeta Isaías no solo predijo que Babilonia asolaría Jerusalén y llevaría cautiva a toda la nación de Israel, sino también que tiempo después el general persa Ciro conquistaría Babilonia y liberaría del cautiverio a los judíos. (Isaías 13:17-19; 44:27–45:1.) ¿Puede imaginarse otro medio, aparte de la inspiración divina, por el que Isaías pudiera predecir con 200 años de antelación el nacimiento de Ciro, su nombre y un cuadro concreto de lo que haría? (Véase el recuadro de la página 7.)
6 Algunas de las profecías más notables las escribió Daniel, profeta del siglo VI a.E.C. No solo predijo que Babilonia caería ante los medos y los persas, sino que pronosticó sucesos muy posteriores a su época, distantes en el futuro. Por ejemplo, la profecía de Daniel predijo el ascenso de Grecia como imperio mundial durante el mandato de Alejandro Magno (336-323 a.E.C.), la división de aquel imperio entre cuatro de sus generales después de su muerte prematura, y el surgimiento del Imperio Romano, con su imponente poderío militar (siglo I a.E.C.). (Daniel 7:6; 8:21, 22.) Hoy todos estos sucesos son hechos históricos indiscutibles.
7, 8. a) ¿Qué acusación plantean algunos contra las profecías bíblicas? b) ¿Qué demuestra que la acusación de fraude es infundada?
7 Debido a la gran exactitud de las profecías bíblicas, los críticos las han calificado de engaños, es decir, historia escrita después de los sucesos y disfrazada de profecía. ¿Pero cómo se puede afirmar racionalmente que los sacerdotes judíos se atrevieran a inventarse una profecía? Además, ¿por qué habrían de concebir profecías que los criticaban a ellos del modo más severo imaginable? (Isaías 56:10, 11; Jeremías 8:10; Sofonías 3:4.) Asimismo, ¿cómo podría caer en este engaño toda una nación que sabía leer y escribir, formada y educada con la Biblia como texto sagrado? (Deuteronomio 6:4-9.)
8 ¿Cómo pudieran ser fraudulentas las profecías sobre la desaparición de civilizaciones enteras, como Edom y Babilonia, si estos hechos acontecieron muchos siglos después de completarse las Escrituras Hebreas? (Isaías 13:20-22; Jeremías 49:17, 18.) Aunque se mantuviera que estas profecías no fueron escritas durante el período de los profetas, aún habría que reconocer que se escribieron antes del siglo III a.E.C., pues para entonces ya estaban traduciéndose al griego en la Septuaginta. Además, los Rollos del Mar Muerto (que incluyen porciones de todos los libros proféticos de la Biblia) datan de los siglos II y I a.E.C. Como ya se ha mencionado, muchas profecías no se cumplieron sino hasta después de esas fechas.
¿Está llena de contradicciones la Biblia?
9-12. a) ¿Por qué dicen algunos que la Biblia se contradice? b) ¿Cómo se resuelven algunas “contradicciones”?
9 Quizás se presente la objeción: ‘La Biblia está llena de contradicciones y discrepancias.’ Es muy frecuente que quienes hacen estas afirmaciones no hayan investigado personalmente la cuestión, sino tan solo hayan oído a otros presentar uno o dos pretendidos ejemplos. En realidad, la mayoría de estas supuestas discrepancias se resuelven con facilidad si se recuerda que los escritores bíblicos solían resumir en pocas palabras el asunto que trataban. Hallamos un ejemplo de esta costumbre en el relato de la creación. Al comparar Génesis 1:1, 3 con Génesis 1:14-16, muchos han preguntado cómo pudo haber ‘hecho’ Dios las lumbreras en el cuarto día creativo si la luz (que evidentemente irradiaban estas lumbreras) ya llegaba a la Tierra desde el primer día. Con una cuidadosa selección de palabras, el escritor hebreo hizo innecesarias en este caso las explicaciones prolijas. Observe que los Gé 1 versículos 14-16 hablan de “hacer”, a diferencia de “crear” en Génesis 1:1, y de “lumbreras”, por contraste con “luz” en Génesis 1:3. Esta diferencia indica que en el cuarto día creativo el sol y la luna, que ya existían, se hicieron claramente visibles a través de la densa atmósfera terrestre.a
10 Las genealogías también han creado cierta confusión. Por ejemplo, Esdras enumera 23 nombres en su línea genealógica sacerdotal de 1 Crónicas 5:29-40 (1 Crónicas 6:3-14, NM), mientras que alista solo 16 para el mismo período al exponer su propia genealogía en Esdras 7:1-5. Este no es un caso de discrepancia, sino de mera condensación. Además, el escritor destacaba o restaba importancia a determinados detalles —incluso omitía o incluía otros— según la intención que tuviera al narrar un suceso, mientras que otro escritor bíblico diferente se expresaba de manera distinta al referir el mismo acontecimiento. Estas no son contradicciones, sino relatos que difieren como consecuencia del punto de vista de cada escritor y del público al que se dirigen.b
11 A menudo las aparentes contradicciones se resuelven con solo fijarse en el contexto. Por ejemplo, una pregunta que muchos presentan como muestra de las incoherencias que creen hallar en el relato bíblico es: “¿De dónde obtuvo Caín a su esposa?”. La suposición es que Adán y Eva tuvieron solo dos hijos: Caín y Abel. Esta dificultad se resuelve fácilmente si se sigue leyendo. Génesis 5:4 dice: “Fueron los días de Adán, después de engendrar a Set, ochocientos años. Tuvo hijos e hijas”. De modo que Caín se casó con una de sus hermanas o quizás con una sobrina, lo que estaba en plena conformidad con la intención original de Dios de que la raza humana se multiplicara. (Génesis 1:28.)
12 Es obvio que muchos detalles de la historia humana no se han incorporado en las Sagradas Escrituras. No obstante, se han dado todos los necesarios, tanto para sus primeros lectores como para los de la actualidad, sin que el libro sea voluminoso e imposible de leer.
¿No pueden entenderla más que los eruditos?
13-15. a) ¿Por qué creen algunos que la Biblia es tan difícil que no se puede entender? b) ¿Cómo sabemos que Dios quería que se comprendiera su Palabra?
13 ¿Se ha preguntado por qué hay tantas interpretaciones contrarias de la Biblia? Algunas personas sinceras se confunden y desaniman después de escuchar a las autoridades religiosas contradecirse unas a otras. Mucha gente concluye que la Biblia es oscura y contradictoria. Como resultado, un gran número la rechaza de plano, pues opina que es muy difícil de leer y entender. Otras personas, al verse ante tan amplia gama de interpretaciones religiosas, pierden las ganas de investigar a fondo las Escrituras. Algunos dicen: “Los eruditos han estudiado por años en los seminarios. ¿Con qué base habría de cuestionar yo su enseñanza?”. Pero ¿ve así las cosas Dios?
14 Cuando Dios dio la Ley a la nación de Israel, no indicó que fuera un sistema de adoración incomprensible que debiera dejarse en manos de teólogos o “eruditos”. En Deuteronomio 30:11, 14 dijo por medio de Moisés: “Los mandamientos cuya observancia te ordeno hoy no te son ocultos ni están lejanos (difíciles de cumplir). La palabra está muy cerca de ti, en tu boca, en tu corazón, para que puedas cumplirla”. A toda la nación, no solo a los dirigentes, dijo: “Llevarás dentro del corazón estos mandatos que hoy te doy. Y los inculcarás a tus hijos y hablarás de ellos cuando estés en tu casa, cuando viajes, cuando te acuestes y cuando te levantes”. (Deuteronomio 6:6, 7.) Los mandatos de Dios, que él mismo mandó escribir en su totalidad, eran lo bastante claros como para que los siguiera toda la nación, padres e hijos.c
15 Ya en tiempos de Isaías los guías religiosos incurrieron en la condenación divina al arrogarse el derecho de hacer añadiduras a las leyes de Dios e interpretarlas. El profeta Isaías escribió: “Este pueblo se Me acerca con su boca y Me honra con los labios, pero ha alejado su corazón de Mí, y su temor de Mí es un mandamiento de hombres aprendido de memoria”. (Isaías 29:13.) Su adoración se había convertido en un mandamiento de hombres, no de Dios. (Deuteronomio 4:2.) Estos ‘mandamientos de hombres’, sus interpretaciones y explicaciones personales, se contradecían. No ocurría así con las palabras divinas. Lo mismo sucede hoy.
¿Tiene fundamento bíblico la Torá oral?
16, 17. a) ¿Qué creencia en cuanto a una ley oral tienen algunos? b) ¿Qué indica la Biblia respecto a una ley oral?
16 Algunas personas creen que Moisés recibió la “Torá oral” además de la “Torá escrita”. Conforme a esta creencia, Dios ordenó que no se escribieran ciertos mandatos, sino que se transmitieran verbalmente de generación en generación, de modo que se conservasen solo por tradición oral. (Véase el recuadro de la página 10.) No obstante, la Biblia deja bien claro que Dios nunca mandó a Moisés que transmitiera una ley oral. Éxodo 24:3, 4 nos dice: “Moisés contó al pueblo lo que le había dicho el Eterno y enumeró todas Sus leyes, y respondió el pueblo al unísono: ‘Todo lo que mandó el Eterno haremos’”. Luego “escribió Moisés todas las palabras del Eterno”. Posteriormente, en Éxodo 34:27 se nos dice: “Y le dijo también el Eterno a Moisés: ‘Escribe estas palabras, por las cuales establezco el Pacto contigo y con Israel’”. Una ley oral que no se escribiera no tenía cabida en el pacto que Dios hizo con Israel. (Véase el recuadro de la página 8.) Ningún pasaje bíblico menciona una ley oral.d Más importante aún es que sus enseñanzas contradicen las Escrituras y fomentan la impresión falsa de que la Biblia se contradice. (Véase el recuadro de la página 22.) No obstante, el culpable de esta confusión no es Dios, sino el hombre. (Isaías 29:13.) (Véanse los recuadros de las páginas 20 y 21.)
17 A diferencia de las interpretaciones contradictorias del hombre, la Biblia es clara y confiable. En su Palabra, Dios nos ha dado prueba abundante de que el mundo de paz descrito en Isaías 2:2-4 no es solo un sueño, sino una realidad cercana. El propio Dios, el Dios de la profecía, el Dios de la Biblia, lo realizará.
[Notas a pie de página]
a Debe tenerse en cuenta que los seis “días” creativos no comprenden las palabras de Génesis 1:1, que se refieren a la creación de los cuerpos celestes. Además, la palabra hebrea que se traduce por “día” permite entender que los sucesos narrados en Génesis 1:3-31 acontecieron durante seis ‘períodos’ que probablemente duraron muchos miles de años. (Compárese con Génesis 2:4, Ed, HM, DK.)
b Pueden verse más ejemplos en el libro La Biblia... ¿La Palabra de Dios, o palabra del hombre?, el capítulo 7, “¿Se contradice la Biblia?”, editado por Watchtower Bible and Tract Society of New York, Inc.
c Para resolver las preguntas difíciles sobre causas procesales, había un procedimiento judicial bien delineado. (Deuteronomio 17:8-11.) Cuando la nación procuraba la respuesta de Dios sobre otros asuntos importantes que parecían oscuros, no se la dirigía a una ley oral, sino a los urim y los tummim de los sacerdotes. (Éxodo 28:30, HM; Levítico 8:8; Números 27:18-21; Deuteronomio 33:8-10.)
d Según algunos, Deuteronomio 17:8-11 implica una tradición oral inspirada. Sin embargo, como explica la nota del párrafo 14, ese texto solo trata la manera de juzgar causas legales. Tenga en cuenta que la cuestión no era si se transmitían diferentes costumbres o tradiciones durante muchos siglos o no. Tienen que haberse transmitido algunas sobre la aplicación de ciertos aspectos de la Ley. No obstante, la antigüedad de una tradición no prueba que haya sido inspirada. Observe, por ejemplo, la tradición que surgió sobre la serpiente de bronce. (Números 21:8, 9, HM; 2 Reyes 18:4.)
[Recuadro en las páginas 4 y 5]
¿ES LA EVOLUCIÓN UN HECHO?
EL RELATO de Génesis sobre la creación menciona que todas las formas de vida fueron creadas “según su especie” o grupo básico. (Génesis 1:12, 24, 25.) Al defender su teoría, muchos evolucionistas se han mofado del relato bíblico. Pero ¿hay prueba alguna de que haya aparecido un nuevo grupo básico como resultado de cruzamientos o mutaciones?e Por lo que conocemos desde la antigüedad hasta hoy, los perros siguen siendo perros y los gatos gatos. Hasta las cucarachas, que aparecen entre los fósiles de insectos más antiguos, son casi idénticas a las actuales.
De hecho, ¿desde que Darwin publicó El origen de las especies, qué pruebas ha presentado la comunidad científica en más de cien años de investigación exhaustiva?f ¿A qué conclusiones han llegado algunos expertos?
LOS FÓSILES: Se ha llamado a la prueba fósil ‘el tribunal supremo de apelaciones’, porque es la única historia auténtica de la vida de que dispone la ciencia. ¿Qué muestra esta prueba?
John Moore, profesor de Ciencias Naturales, informó de los resultados de un estudio extenso realizado por la Sociedad Geológica de Londres y la Asociación Paleontológica de Inglaterra. “Unos 120 científicos, todos especialistas, prepararon 30 capítulos en una obra monumental de más de 800 páginas para presentar una clasificación de los fósiles de plantas y animales [...]. ¡Se muestra que cada grupo grande de formas o clases de animales tiene una historia separada y distinta de todos los demás grandes grupos de formas o clases! Grupos de plantas y de animales aparecen súbitamente en los hallazgos fósiles. [...] No hay ningún vestigio de un antecesor común, ni mucho menos de un eslabón con algún reptil, el supuesto progenitor.” (Should Evolution Be Taught? [¿Debe enseñarse la evolución?], 1970, págs. 9, 14.)
¿PUDIERAN LAS MUTACIONES HABER SIDO LA CAUSA DE LA EVOLUCIÓN? Debido al carácter nocivo de las mutaciones, The Encyclopedia Americana reconoció: “El hecho de que la mayoría de las mutaciones son dañinas al organismo parece difícil de conciliar con el punto de vista de que la mutación es la fuente de materia prima para la evolución. Desde luego, los mutantes que se ilustran en los libros de texto de biología son una colección de fenómenos y monstruosidades, y la mutación parece ser un proceso destructivo, más bien que constructivo” (1977, volumen 10, pág. 742).
¿QUÉ SE PUEDE DECIR DE LOS HOMBRES-MONOS? La revista Science Digest explicó: “El hecho sorprendente es que toda la prueba física que tenemos para la evolución humana todavía se puede colocar, con espacio de sobra, ¡dentro de un solo ataúd! [...] Por ejemplo, los antropoides modernos parecen haber aparecido sin procedencia alguna. No tienen pasado, ni tienen registro fósil. Y el origen verdadero de los humanos modernos —seres erguidos, desnudos, de cerebro grande, que fabricaban instrumentos— es, si vamos a ser honrados con nosotros mismos, un asunto igual de misterioso” (mayo de 1982, pág. 44).
TEORÍA EN CRISIS: Examine los siguientes comentarios de Michael Denton, biólogo molecular, tomados de su libro Evolution: A Theory in Crisis (La evolución: teoría en crisis):
“Es incuestionable que Darwin carecía de lo que pudiera considerarse pruebas suficientes que fundamentaran su teoría de la evolución. [...] Su teoría general de que toda la vida terrestre se había originado y había evolucionado por causa de una acumulación gradual y sucesiva de mutaciones fortuitas sigue siendo, como en tiempos de Darwin, una hipótesis llena de especulación que no tiene ningún apoyo directo de los hechos, y que está muy lejos de ser esa proposición evidente por sí misma que desearían que creyéramos algunos de sus partidarios más combativos. [...] Cabría esperar que una teoría de tanta importancia, una teoría que literalmente cambió el mundo, fuera más que simple metafísica, algo más que un mito”. (Edición de 1986, págs. 69, 77, 358.)
[Notas a pie de página]
e Hay que distinguir la llamada “microevolución”, es decir, desarrollos progresivos, adaptaciones y cambios dentro de un grupo básico, de la “macroevolución”, que explica que estos grupos evolucionan y se transforman en otros. Los que enseñan la evolución suelen referirse a este último concepto.
f Si se desea un examen detallado del asunto, véase el libro La vida... ¿cómo se presentó aquí? ¿Por evolución, o por creación?, editado por Watchtower Bible and Tract Society of New York, Inc.
[Recuadro en la página 6]
“EN EL PRINCIPIO CREÓ DIOS”...
...“EL CIELO Y LA TIERRA.” (Génesis 1:1.) La mayoría de los científicos concuerdan en que el universo tuvo principio. El astrónomo Robert Jastrow escribió: “Ahora vemos que la prueba que presenta la astronomía conduce al punto de vista bíblico sobre el origen del mundo. Los detalles difieren, pero los elementos esenciales del relato astronómico y del bíblico son iguales: la cadena de sucesos que culminó en la aparición del hombre comenzó repentina y bruscamente en un momento específico del tiempo, en un instante de luz y energía”. (God and the Astronomers [Dios y los astrónomos], 1978, pág. 14.)
...“SERES VIVIENTES.” (Génesis 1:20.) El físico H. S. Lipson consideró que había pocas probabilidades de que la vida se originara de manera espontánea y dijo: “La única explicación aceptable es la creación. Sé que esto es anatema para los físicos, como de hecho lo es para mí, pero no debemos rechazar una teoría que no nos gusta si la prueba experimental la apoya”. (Physics Bulletin, volumen 31, 1980, pág. 138.)
De todos modos, ¿no podría haber ocurrido tal generación espontánea aunque las probabilidades estuvieran en su contra? Fred Hoyle, físico y astrónomo, dice: “No hay ni un ápice de evidencia objetiva en favor de la hipótesis de que la vida empezase en una sopa orgánica aquí, en la Tierra”. También comenta: “A medida que los bioquímicos profundizan en sus descubrimientos acerca de la tremenda complejidad de la vida, resulta evidente que las posibilidades de un origen accidental son tan pequeñas que deben descartarse por completo. La vida no puede haberse producido por casualidad”. Hoyle agrega: “Los biólogos se entregan a fantasías no contrastadas, negando lo que es patente y obvio, es decir que las 200.000 cadenas de aminoácidos, y por lo tanto la vida, no aparecieron por casualidad”. De hecho, pregunta: ‘¿Cómo iban a acoplarse las 2.000 enzimas esenciales para la vida tan solo gracias a la combinación accidental de sustancias químicas en un caldo orgánico?’. Explica que las posibilidades son de una entre 1040.000, lo que viene a ser “un número parecido al de la probabilidad de sacar 50.000 seises seguidos con un dado no trucado”. (El Universo inteligente, Fred Hoyle, 1984, págs. 11, 12, 17, 23.) Agrega: “A no ser que uno se deje dominar por el prejuicio, sea debido a creencias sociales o a la educación científica, de modo que acepte la convicción de que la vida se originó [espontáneamente] en la Tierra, este simple cálculo descarta la idea completamente”. (Evolution From Space [La evolución procedente del espacio], Fred Hoyle y Chandra Wickramasinghe, 1981, pág. 24.)
[Recuadro en la página 7]
EL DIOS “QUE REVELA SECRETOS” MEDIANTE LA PROFECÍA
MIENTRAS hablaba con un rey de la antigüedad, el profeta Daniel dijo: “El secreto que el rey ha pedido no puede ser declarado al rey por sabios, ni por encantadores, ni por magos, ni por astrólogos, pero hay un Dios en el cielo que revela secretos”. (Daniel 2:27, 28.) ¿Hay prueba de que Dios realmente revele secretos mediante la profecía? Examine a continuación unos ejemplos.
La caída de Babilonia: “Así dice el Eterno a Su ungido, a Ciro, cuya mano derecha he sostenido, para someter naciones delante de él, y aflojar los lomos de reyes, y abrir las puertas ante él, y para que ellas no se cerraran”. (Isaías 45:1, profetizado c. 732 a.E.C. Véase también Jeremías 50:35-38; 51:30-32, profetizado a. 625 a.E.C.)
Cumplimiento: 539 a.E.C.: Los historiadores Heródoto y Jenofonte relatan que Ciro el Persa desvió las aguas del Éufrates, que discurrían por el centro de Babilonia, y envió sus huestes por el cauce del río, de modo que sorprendieron a los guardias babilonios y tomaron la ciudad en una noche. Ciro no habría logrado entrar ni siquiera con esta estrategia si no se hubieran quedado abiertas por descuido las puertas de las riberas del Éufrates que conducían a la ciudad. Tal como predijo la profecía, ‘las puertas no se cerraron’.
El destino de Tiro: “Así dice Dios el Eterno: He aquí que soy contra ti, oh Tiro, y haré que muchas naciones suban contra ti, como el mar hace subir sus olas. [...] Le quitaré hasta el polvo, y la tornaré roca desnuda. [...] Y tus piedras, y tu madera, y tu polvo irán a parar en medio de las aguas”. (Ezequiel 26:3, 4, 12, profetizado c. 613 a.E.C.)
Cumplimiento: 332 a.E.C.: Alejandro Magno construyó un terraplén, o dique, para unir la zona continental, que ya había destruido, y la parte insular de Tiro (a 800 m de la costa), de modo que sus soldados pudieran cruzar por él y atacar la ciudad insular. La enciclopedia Gran Larousse Universal explica: “Las ruinas esparcidas sobre el continente sirvieron para construir una poderosa calzada que llevaba a la isla [...] (enero-agosto de 332)”. Tras un asedio relativamente breve, Alejandro destruyó la ciudad insular, y la profecía de Ezequiel se cumplió al detalle. Hasta ‘las piedras y el maderaje y el polvo’ de la Tiro antigua (la ciudad continental) fueron ‘colocados en el medio mismo del agua’.
La destrucción de Jerusalén: “Entonces le dijo Isaías a Ezequías: ‘Escucha la palabra del Eterno de los ejércitos: He aquí que vendrán días en que todo lo que hay en tu casa, y todo lo que tus padres han atesorado hasta el día de hoy, será llevado a Babilonia. Nada quedará’”. (Isaías 39:5, 6, profetizado c. 732 a.E.C.; véase también Isaías 24:1-3; 47:6.)
El profeta Jeremías proclamó: “He aquí que [...] traeré [a los babilonios] contra esta tierra, y contra sus habitantes [...]. Y toda esta tierra será una desolación, un yermo. Y estas naciones servirán al rey de Babilonia durante setenta años”. (Jeremías 25:9, 11, profetizado a. 625 a.E.C.)
Cumplimiento: 607 a.E.C. (586 a.E.C. según la mayoría de las cronologías seglares): Babilonia destruyó Jerusalén tras un cerco de año y medio. La ciudad y el templo fueron arrasados y los judíos fueron llevados a Babilonia. (2 Crónicas 36:6, 7, 12, 13, 17-21.) La nación entera permaneció en cautiverio durante 70 años, tal como había predicho Jeremías. La liberación milagrosa de 537 a.E.C. mediante Ciro el Grande, conquistador de Babilonia, cumplió la profecía de Isaías, que lo había mencionado por nombre. (Isaías 44:24-28.) El profeta Daniel, que se hallaba cautivo en Babilonia, calculó el tiempo exacto de la liberación de su pueblo basándose en la profecía de Jeremías. (Daniel 9:1, 2.)
[Recuadro en la página 8]
¿DÓNDE ESTABA LA LEY ORAL...
...cuando Moisés repitió todos los mandamientos de Dios a la nación de Israel en pleno? Una vez que esta concordó en acatar lo que había repetido, “escribió Moisés todas las palabras del Eterno”. (Éxodo 24:3, 4, cursivas nuestras.)
...cuando Josué reunió a la nación de Israel después de entrar en la tierra prometida y les leyó de nuevo todas las palabras que se habían comprometido a cumplir? “No hubo palabra de todo lo que Moisés ordenara que Josué no leyese ante toda la asamblea de Israel”. (Josué 8:35, cursivas nuestras.)
...durante la restauración del templo realizada en tiempos del rey Josías, cuando se halló el ‘libro de la Ley de Moisés’, que se había extraviado? Al oír su lectura, Josías se rasgó las vestiduras en señal de duelo, pues percibió que por generaciones no habían cumplido la Ley conforme a lo escrito. Luego organizó la celebración de la fiesta de la Pascua, que no siempre se había realizado adecuadamente durante toda la época de los reyes y de los jueces que los habían antecedido. ¿Dónde estaba la ley oral ‘transmitida con fidelidad’ durante aquellos siglos? De haber existido, nunca se habría olvidado aquella información. La nación volvió a hacer la voluntad de Dios como debía gracias a que tenía escritos que se habían conservado con exactitud. (2 Reyes 22:8–23:25.)
...cuando el profeta Jeremías dijo: “Desde el más pequeño hasta el más grande de ellos, cada uno está hambriento de lucro, y desde el profeta hasta el sacerdote cada uno obra con falsedad”? (Jeremías 6:13.) Durante gran parte de la historia de la nación de Israel, sus guías estuvieron en esta condición espiritual, en particular los sacerdotes, que tenían la misión de enseñar la Ley. (Malaquías 2:7, 8.) Los documentos escritos hablan por sí mismos, pero ¿podría esperarse que hombres tan infieles conservasen con fidelidad una tradición oral?
...durante los más de mil años en que estuvieron escribiéndose las Escrituras Hebreas? Desde Moisés hasta Malaquías, no se menciona que existiera tal ley oral. Solo hallamos esta idea siglos después, en el período rabínico, cuando sectas rivales procuraron controlar y dominar a la nación judía. ¿No contradicen todos estos años de silencio al respecto y el testimonio de la Escritura inspirada la supuesta existencia de una ley oral inspirada?
[Recuadro/Fotografía en la página 9]
LOS ROLLOS DEL MAR MUERTO
Datan de antes de la Era Común y revelan que la Biblia se transmitió con exactitud a través de los siglos. También confirman que las profecías se pusieron por escrito antes de realizarse los sucesos que anunciaban
[Recuadro en la página 10]
¿TIENE LA TORÁ “SETENTA CARAS”?
EN Israel la gente suele citar el famoso dicho judío: “Hay setenta caras en la Torá”, para indicar que cree que las Escrituras pueden interpretarse de muchas maneras diferentes y aun contradictorias. Se considera cierta esta creencia tanto en el caso de la Ley escrita como en el de la llamada ley oral. The Encyclopedia of Judaism comenta: “La Ley oral no es un código definitivo; contiene muchas opiniones diversas e incluso opuestas. De ellas dijeron los sabios: ‘Todas son palabras del Dios vivo’” (pág. 532). Pero ¿es lógico creer que Dios inspirara ideas opuestas que generaran divisiones? ¿Cómo se acabaron por aceptar estas contradicciones?
Durante el período en que se dieron a escribir las Escrituras Hebreas (c. 1513–c. 443 a.E.C.), los representantes nombrados por Dios aclararon los asuntos sobre los que hubo disputa, y a menudo él los apoyó con una demostración de su poder o cumpliendo las profecías que les había mandado pronunciar. (Éxodo 28:30, DK; Números 16:1–17:15 [Nú 16:1-50, NM]; Nú 27:18-21; Deuteronomio 18:20-22.) En aquel tiempo, no se consideraba erudito, sino apóstata, al que enseñaba explicaciones e interpretaciones opuestas. Dios advirtió a la nación: “Todo cuanto os ordeno, eso cuidaréis de hacer; no añadiréis a ello ni quitaréis de ello nada”. (Deuteronomio 13:1, HM [Dt 12:32, NM].)
Sin embargo, con el tiempo se produjo un gran cambio en el pensamiento de la nación de Israel. Los fariseos, que cobraron relevancia en el judaísmo durante el siglo I E.C., adoptaron la enseñanza de la “Torá oral”, formulada dos siglos antes. Enseñaron que Dios no solo había dado a la nación de Israel en el Monte Sinaí una Ley escrita, sino también una ley oral. Según esta creencia, la ley oral inspirada interpretaba y esclarecía detalles de la escrita, detalles que Dios había dicho deliberadamente a Moisés que no escribiera. La ley oral no debía ponserse por escrito, sino únicamente transmitirse verbalmente, de maestro a discípulo, de generación a otra. Esta creencia, por tanto, confería autoridad especial a los fariseos, quienes se proclamaban custodios de la tradición oral.g
Tras la destrucción del segundo templo, en 70 E.C., se impusieron las ideas farisaicas y el judaísmo pasó a ser, a diferencia de lo que había sido hasta entonces, una religión dominada por los rabíes.h Al adquirir ellos más importancia que los sacerdotes y los profetas, la ley oral se convirtió en el nuevo eje del judaísmo. Como declara The Encyclopedia of Judaism, “la Torá oral adquirió más importancia que la Torá escrita, dado que la explicación y la comprensión de la segunda dependían de la primera” (1989, pág. 710).
Al ganar prestigio los rabíes y multiplicarse las tradiciones, se eliminó la prohibición de escribir la ley oral. A fines del siglo II y comienzos del siglo III E.C., Judá Ha-Nasi (135-219 E.C.) puso por escrito sistemáticamente las tradiciones orales rabínicas en una obra llamada la Misná. Las adiciones que se le hicieron tiempo después recibieron el nombre de Tosefta. Por su parte, los rabíes vieron necesario comentar la Misná, y sus interpretaciones de la tradición oral sentaron el fundamento de una voluminosa colección de libros llamada la Guemara (compilada entre los siglos III y V E.C.). El conjunto de estas obras recibió el nombre de Talmud. En la actualidad aún se comentan todas estas opiniones rabínicas. Ya que estos pareceres tan diversos son inconciliables, ¿sorprende acaso que muchos prefieran ver “setenta caras en la Torá”?
[Notas a pie de página]
g Esta enseñanza, defendida inicialmente por los fariseos, no era admitida por muchos de sus contemporáneos de la nación judía. Los saduceos, muchos de ellos sacerdotes, al igual que los esenios del siglo I, rechazaban la idea farisaica. En la actualidad, los caraítas (a partir del siglo VIII E.C.), además de los movimientos conservador y reformado del judaísmo, no consideran inspirada por Dios la ley oral. No obstante, el judaísmo ortodoxo actual entiende que estas tradiciones son inspiradas y obligatorias.
h The Encyclopaedia Judaica comenta: “El título rabí se deriva del sustantivo rav, que en el hebreo bíblico significa ‘grande’, y no aparece en la Biblia [hebrea]”.