Un libro digno de confianza. Séptima parte
La séptima potencia mundial
Este es el último de la serie de artículos publicados en ¡Despertad! sobre las siete potencias mundiales de la historia bíblica. Su objetivo es demostrar que la Biblia es confiable e inspirada por Dios y que transmite el esperanzador mensaje de que por fin acabará el sufrimiento causado por la cruel dominación del hombre por el hombre.
VIVIMOS en un tiempo muy especial y significativo: el tiempo en que aparecería la séptima potencia mundial de la historia bíblica. Esta es, además, la única potencia anunciada como profecía pura, ya que las seis anteriores estaban entretejidas en la trama histórica de la Biblia. Con respecto a las siete potencias, o “reyes”, se pronosticó: “Hay siete reyes: cinco han caído, uno es, el otro todavía no ha llegado, pero cuando sí llegue tiene que permanecer un corto tiempo” (Revelación [Apocalipsis] 17:10).a
Cuando se escribieron esas palabras, hace más de mil novecientos años, cinco de los siete reyes, o imperios políticos, habían caído, a saber: Egipto, Asiria, Babilonia, Medopersia y Grecia. La expresión “uno es” hace alusión a Roma. Pero Roma no perduraría para siempre. Otro imperio la sucedería, aunque según la profecía todavía no había llegado. Conforme a la predicción bíblica, el séptimo “rey” irrumpió en la escena mundial. ¿Quién resultó ser? ¿Dominará indefinidamente? Si no, ¿cómo desaparecerá de escena? La Biblia no nos deja en la ignorancia respecto a este asunto.
Profecía confiable
La séptima potencia empezó a tomar forma cuando Inglaterra, situada en el extremo noroccidental del Imperio romano, emergió de la oscuridad. Para la década de 1760, esta isla-nación se había convertido en el poderoso Imperio británico. Gran Bretaña fue aumentando en poder y riquezas, y ya para el siglo XIX era la nación más rica y poderosa del planeta. “El Imperio británico [...] era el mayor jamás visto en el mundo [...]. Tenía una población de 372 millones de habitantes y abarcaba una extensión de más de 28.000.000 de kilómetros cuadrados [11.000.000 de millas cuadradas].” (Britain 1846-1964: The Challenge of Change.)
Sin embargo, la primera guerra mundial (1914-1918) llevó a Gran Bretaña a forjar un vínculo especial con Estados Unidos, una antigua colonia; como consecuencia, el Imperio británico dio paso a la alianza angloamericana. Esta es, en muchos sentidos, una potencia dual de habla inglesa que ha subsistido hasta el presente (véase el recuadro “Alianza notable”).
La profecía de Revelación 17:10 complementa a otra contenida en el libro de Daniel. Este profeta escribió sobre una “imagen inmensa” que contempló el rey babilonio Nabucodonosor en una visión dada por Dios (Daniel 2:28, 31-43). Daniel hizo saber al monarca que las distintas secciones de la imagen representaban los imperios políticos que se sucederían a partir de Babilonia, la potencia mundial de aquella época (Egipto y Asiria ya habían ascendido y caído). La historia confirma lo siguiente:
La cabeza de oro representó al Imperio babilónico.
El pecho y los brazos de plata simbolizaron a Medopersia.
El vientre y los muslos de cobre señalaron a la antigua Grecia.
Las piernas de hierro prefiguraron al Imperio romano.
Los pies, de una amalgama de hierro y barro, simbolizaron la falta de cohesión social y política que existiría durante el dominio de la potencia mundial angloamericana.
Según Revelación 17:10, la séptima potencia mundial “tiene que permanecer un corto tiempo”. ¿Cuánto tiempo es eso? ¿Cómo desaparecerá de la existencia? ¿Y qué pasará después? Daniel arroja mucha luz sobre estos interrogantes.
Una esperanza en la que usted puede confiar
Tras describir la imagen antes mencionada, Daniel escribió: “Una piedra fue cortada [de una montaña], no por manos, y dio contra la imagen en sus pies de hierro y de barro moldeado, y los trituró” (Daniel 2:34). ¿Qué significaría este portentoso espectáculo?
El profeta sigue diciendo: “En los días de aquellos [últimos] reyes el Dios del cielo establecerá un reino que nunca será reducido a ruinas. Y el reino mismo no será pasado a ningún otro pueblo. Triturará y pondrá fin a todos estos reinos [terrestres], y él mismo subsistirá hasta tiempos indefinidos” (Daniel 2:44, 45).b Fijémonos en tres puntos importantes.
El Reino victorioso, representado por una gran piedra, es establecido por el propio Dios, no por manos humanas; por eso se lo llama correctamente el Reino de Dios.
El Reino de Dios “triturará” a todos los reinos humanos, entre los que figura la séptima potencia mundial. ¿La razón? Todos se negarán a ceder el poder y lucharán contra Dios en una gran guerra final entablada en un lugar simbólico llamado Har–Magedón, o Armagedón. La Biblia aclara que en esta batalla están involucrados “los reyes de toda la tierra habitada” (Revelación 16:13, 14, 16).
A diferencia de los gobiernos humanos transitorios, incluidas las siete potencias mundiales, el Reino de Dios “nunca será reducido a ruinas”; además, ejercerá su dominio sobre toda la Tierra (Daniel 2:35, 44).
La destrucción definitiva de los enemigos de Dios constituirá un espectacular cumplimiento de la profecía de Génesis 3:15, mencionada en el primer artículo de esta serie. La Descendencia de la mujer, Jesucristo, aplastará a la serpiente simbólica, Satanás, y a su descendencia (Gálatas 3:16). La descendencia de Satanás se compone de todos los individuos que adoptan los caminos malvados de él y que promueven la independencia del hombre a la hora de gobernarse en vez de la sumisión a la autoridad de Dios y de Cristo (Salmo 2:7-12).
Lo anterior suscita una importantísima pregunta: ¿Cuándo se llevará a cabo esta destrucción definitiva? Sí, ¿cuándo eliminará la “piedra” (el Reino de Dios) todo vestigio de la gobernación humana? La Biblia da la respuesta en forma de una “señal” que distinguiría los últimos días (Mateo 24:3).
Reconozcamos “la señal”
La señal del fin comprende guerras a escala mundial, grandes terremotos, pestes y grave escasez de alimentos (Lucas 21:10, 11; Mateo 24:7, 8; Marcos 13:8). Otra marca de “los últimos días” sería la avanzada descomposición moral y espiritual de la sociedad (2 Timoteo 3:1-5). ¿Han tenido lugar “todas estas cosas”? (Mateo 24:8.) Sí. Tanto que hoy día muchas personas temen el futuro. El diario The Globe and Mail informa: “Algunos de los más eminentes pensadores de la ciencia y la sociedad están lanzando pronósticos alarmantes sobre el fin de la humanidad”.
No obstante, tales predicciones se equivocan en un detalle muy importante: el género humano no desaparecerá. De hecho, la intervención del Reino de Dios es una garantía de ello. Al proporcionar la señal del fin, Jesucristo aseguró: “Estas buenas nuevas del reino se predicarán en toda la tierra habitada para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin” (Mateo 24:14). ¿Cómo se ha hecho realidad esta profecía?
Los testigos de Jehová proclaman el Reino de Dios en más de doscientos treinta países y territorios. Es más, el título de su principal revista es: La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová. Jehová es el nombre personal de Dios (Salmo 83:18). Gracias al programa de educación bíblica emprendido por ellos, innumerables personas y familias han abandonado estilos de vida perjudiciales y han adoptado una conducta limpia y pacífica que se ajusta a las normas divinas (1 Corintios 6:9-11). Como resultado, millones por todo el mundo confían en obtener la protección de Dios cuando Su Reino tome el control de los asuntos humanos.
Serán, en efecto, testigos oculares del cumplimiento de la oración modelo que enseñó Cristo, llamada a veces el padrenuestro, y que dice en parte: “Venga a nosotros tu reino, hágase tu voluntad, así en la tierra como en el cielo” (Mateo 6:9, 10, Sagrada Biblia, de Serafín de Ausejo). ¿Se imagina usted cómo será la vida en la Tierra cuando todos los seres humanos amen y obedezcan a Dios? Los siguientes pasajes bíblicos le ayudarán a entender lo apropiado de la expresión “buenas nuevas”.
Cuando se haga la voluntad de Dios en la Tierra...
... habrá auténtica paz, no mera ausencia de guerras. “Jehová [...] hace cesar las guerras hasta la extremidad de la tierra. Quiebra el arco y verdaderamente corta en pedazos la lanza; quema los carruajes en el fuego.” (Salmo 46:8, 9.) “Los mansos mismos poseerán la tierra, y verdaderamente hallarán su deleite exquisito en la abundancia de paz.” (Salmo 37:11.)
... todo el mundo dispondrá de alimento en abundancia. “Llegará a haber abundancia de grano en la tierra; en la cima de las montañas habrá sobreabundancia.” (Salmo 72:16.)
... se disfrutará de salud perfecta. “Ningún residente dirá: ‘Estoy enfermo’.” (Isaías 33:24.)
... cada cual gozará de un hogar cómodo. “Ciertamente edificarán casas, y las ocuparán; y ciertamente plantarán viñas y comerán su fruto. No edificarán y otro lo ocupará; no plantarán y otro lo comerá.” (Isaías 65:21, 22.)
... terminará el sufrimiento en todas sus formas. “La tienda de Dios está con la humanidad, y él [...] limpiará toda lágrima de sus ojos, y la muerte no será más, ni existirá ya más lamento ni clamor ni dolor. Las cosas anteriores han pasado.” (Revelación 21:3, 4.)
¿Se siente atraído por estas promesas? Si es así, lo animamos a estudiar más a fondo la Biblia. En su investigación hallará más pruebas de que la cruel dominación del hombre por el hombre pronto tocará a su fin. Y verá que la Biblia es merecedora de toda su confianza, que realmente es inspirada por Dios (2 Timoteo 3:16).c
a La Biblia suele usar los términos reyes o reinos para designar a estos imperios porque normalmente estaban gobernados por un monarca (Daniel 8:20-22).
b Hallará más información sobre el Reino celestial de Dios en los capítulos 8 y 9 del libro ¿Qué enseña realmente la Biblia?, editado por los testigos de Jehová.
c Para aprender más sobre la Biblia, no dude en comunicarse con los testigos de Jehová de su localidad. También puede escribir a la dirección que corresponda de las que aparecen en la página 5 de esta revista, o visitar nuestra página web: www.watchtower.org/s.