Capítulo 6
Se desentraña el misterio del gran árbol
1. ¿Qué le ocurrió al rey Nabucodonosor, y qué preguntas surgen?
JEHOVÁ permitió que el rey Nabucodonosor se convirtiera en el gobernante mundial. Como monarca de Babilonia, poseía riquezas en abundancia, una mesa fastuosa, un palacio magnífico... todo cuanto deseaba en sentido material. Sin embargo, de repente sufrió una humillación. Perdió el juicio y empezó a comportarse como una bestia. Expulsado de la mesa real y de la residencia imperial, vivió en los campos y comió hierba lo mismo que un toro. ¿Qué lo llevó a esta calamidad? ¿Y por qué debe interesarnos? (Compárese con Job 12:17-19; Eclesiastés 6:1, 2.)
EL REY ENSALZA AL ALTÍSIMO
2, 3. ¿Qué quiso el rey de Babilonia que supieran sus súbditos, y cómo consideró al Dios Altísimo?
2 Poco después de recuperarse de su completa enajenación mental, Nabucodonosor mandó difundir por todos sus dominios un notable informe de lo ocurrido. Jehová inspiró al profeta Daniel para preservar una crónica fiel de esos sucesos, que comienza con las siguientes palabras: “Nabucodonosor el rey, a todos los pueblos, grupos nacionales y lenguajes que están morando en toda la tierra: Que se haga grande su paz. Las señales y maravillas que el Dios Altísimo ha ejecutado conmigo, me ha parecido bueno declararlas. ¡Cuán grandes son sus señales, y cuán poderosas son sus maravillas! Su reino es un reino hasta tiempo indefinido, y su gobernación es para generación tras generación” (Daniel 4:1-3).
3 Los súbditos de Nabucodonosor estaban “morando en toda la tierra”, pues su imperio abarcaba la mayor parte del mundo bíblico. Respecto al Dios de Daniel, el rey dijo: “Su reino es un reino hasta tiempo indefinido”. Tales palabras ensalzaron a Jehová en todo el Imperio babilónico. Además, esta fue la segunda ocasión en que a Nabucodonosor se le mostró que el único reino eterno, que subsiste “hasta tiempos indefinidos”, es el Reino de Dios (Daniel 2:44).
4. ¿Cómo comenzaron las “señales y maravillas” de Jehová respecto a Nabucodonosor?
4 ¿Qué “señales y maravillas” ejecutó “el Dios Altísimo”? Empezaron con la experiencia personal que el rey narra con estas palabras: “Yo, Nabucodonosor, me hallaba tranquilo en mi casa y floreciendo en mi palacio. Hubo un sueño que contemplé, y empezó a darme miedo. Y hubo imágenes mentales sobre mi cama y visiones de mi cabeza que empezaron a asustarme” (Daniel 4:4, 5). ¿Qué hizo el rey de Babilonia en cuanto a este inquietante sueño?
5. ¿Qué creía Nabucodonosor respecto a Daniel, y por qué?
5 Nabucodonosor convocó a los sabios de Babilonia y les contó lo que había soñado. Pero ¡qué fracaso! Fueron totalmente incapaces de interpretarlo. El relato añade: “Al fin llegó a estar delante de mí Daniel, cuyo nombre es Beltsasar conforme al nombre de mi dios, y en quien hay el espíritu de los dioses santos; y delante de él dije lo que era el sueño” (Daniel 4:6-8). El nombre por el que se conocía a Daniel en la corte era Beltsasar, y la deidad falsa a la que el rey llamó “mi dios” pudo ser tanto Bel como Nebo o Marduk. Dado que era politeísta, Nabucodonosor creía que “el espíritu de los dioses santos” se había asentado en Daniel, y en virtud de la posición de este como prefecto sobre todos los sabios de Babilonia, lo llamó “el jefe de los sacerdotes practicantes de magia” (Daniel 2:48; 4:9; compárese con Daniel 1:20). Por supuesto, el fiel Daniel jamás abandonó la adoración de Jehová para practicar la magia (Levítico 19:26; Deuteronomio 18:10-12).
UN ÁRBOL INMENSO
6, 7. ¿Cómo describiría el contenido del sueño de Nabucodonosor?
6 ¿En qué consistió el aterrador sueño del rey de Babilonia? “Ahora bien —dijo Nabucodonosor—, sucedió que las visiones de mi cabeza sobre mi cama contemplaba, y, ¡mira!, un árbol en medio de la tierra, y la altura de este era inmensa. El árbol creció y se hizo fuerte, y su altura misma finalmente alcanzó a los cielos, y era visible hasta la extremidad de toda la tierra. Su follaje era hermoso, y su fruto era abundante, y había alimento para todos en él. Bajo él las bestias del campo buscaban sombra, y en sus ramas mayores los pájaros de los cielos moraban, y de él toda carne se alimentaba.” (Daniel 4:10-12.) Se dice que a Nabucodonosor le encantaban los grandes cedros del Líbano, que fue a verlos y se llevó algunos a Babilonia para utilizar su madera. Pero nunca había contemplado un árbol semejante al del sueño. Su destacada ubicación “en medio de la tierra” lo hacía visible desde cualquier punto, y tenía tanto fruto que sustentaba a todo ser vivo.
7 Pero ahí no acababa el sueño, pues Nabucodonosor añadió: “Continué contemplando en las visiones de mi cabeza sobre mi cama, y, ¡mira!, un vigilante, hasta un santo, que venía bajando de los cielos mismos. Clamaba con fuerza, y esto es lo que decía: ‘Corten el árbol, y desmochen sus ramas mayores. Sacudan su follaje, y esparzan su fruto. Que la bestia huya de debajo de él, y los pájaros de sus ramas mayores. No obstante, dejen su tronco mismo con las raíces en la tierra, aun con una atadura de hierro y de cobre, entre la hierba del campo; y con el rocío de los cielos sea mojado, y con la bestia sea su porción entre la vegetación de la tierra’” (Daniel 4:13-15).
8. ¿Quién era el “vigilante”?
8 Los babilonios tenían sus propias ideas religiosas sobre los espíritus buenos y malos. Sin embargo, ¿quién era ese “vigilante” o centinela que bajó de los cielos? Se le llamó “un santo”, así que era un ángel justo, un representante de Dios (compárese con Salmo 103:20, 21). Podemos imaginarnos las preguntas que debieron inquietar a Nabucodonosor. ¿Por qué talar el árbol? ¿Qué se ganaría impidiendo con ataduras de hierro y cobre que el tronco creciera? En realidad, ¿para qué sirve un simple tocón?
9. ¿Qué dijo el vigilante básicamente, y qué preguntas surgen?
9 La perplejidad de Nabucodonosor tuvo que ser total cuando escuchó las palabras que el vigilante pronunció a continuación: “Sea cambiado su corazón del de la humanidad, y que se le dé el corazón de una bestia, y pasen siete tiempos sobre él. Por el decreto de vigilantes es la cosa, y por el dicho de santos la solicitud es, con la intención de que sepan los vivientes que el Altísimo es Gobernante en el reino de la humanidad, y que a quien él quiere darlo lo da, y coloca sobre él aun al de más humilde condición de la humanidad” (Daniel 4:16, 17). Puesto que el tocón de un árbol no tiene un corazón humano que palpite en su interior, ¿cómo podría dársele el de una bestia? ¿Qué son los “siete tiempos”? ¿Y qué relación guarda todo este asunto con gobernar en “el reino de la humanidad”? Seguro que Nabucodonosor deseaba saberlo.
MALAS NOTICIAS PARA EL REY
10. a) ¿Qué pueden simbolizar los árboles en las Escrituras? b) ¿Qué representa el gran árbol?
10 Cuando escuchó el sueño, Daniel se quedó aturdido por un momento; luego sintió miedo. Ante el apremio de Nabucodonosor para que lo explicara, el profeta dijo: “Oh mi señor, aplique el sueño a los que te odian, y su interpretación a tus adversarios. El árbol que contemplaste, que se hizo grande y llegó a ser fuerte [...] eres tú, oh rey, porque te has hecho grande y has llegado a ser fuerte, y tu grandeza se ha hecho grande y ha alcanzado a los cielos, y tu gobernación hasta la extremidad de la tierra” (Daniel 4:18-22). En las Escrituras, los árboles pueden simbolizar individuos, gobernantes y reinos (Salmo 1:3; Jeremías 17:7, 8; Ezequiel, capítulo 31). Como el inmenso árbol del sueño, Nabucodonosor “se hizo grande y llegó a ser fuerte” en su posición de caudillo de una potencia mundial. Sin embargo, el gran árbol representa la “gobernación hasta la extremidad de la tierra”, lo que implica todo el reino de la humanidad. Por lo tanto, simboliza la soberanía universal de Jehová, en particular en lo que concierne a la Tierra (Daniel 4:17).
11. ¿Cómo indicaba el sueño del rey que este sufriría un cambio humillante?
11 A Nabucodonosor le esperaba un cambio humillante. Daniel señaló a ese episodio cuando añadió: “Porque el rey contempló a un vigilante, hasta a un santo, que venía bajando de los cielos, que también decía: ‘Corten el árbol, y arruínenlo. No obstante, dejen su tronco mismo con las raíces en la tierra, pero con una atadura de hierro y de cobre, entre la hierba del campo, y con el rocío de los cielos sea mojado, y con las bestias del campo sea su porción hasta que siete tiempos mismos pasen sobre él’, esta es la interpretación, oh rey, y el decreto del Altísimo es lo que tiene que suceder a mi señor el rey” (Daniel 4:23, 24). Sin lugar a dudas, se requirió mucho valor para dar aquel mensaje a un rey tan poderoso.
12. ¿Qué le sucedería a Nabucodonosor?
12 ¿Qué le sucedería a Nabucodonosor? Imagínese su reacción cuando Daniel pasó a decir: “Te echarán de entre los hombres, y con las bestias del campo tu morada llegará a ser, y la vegetación es lo que te darán aun a ti a comer tal como a toros; y con el rocío de los cielos tú mismo estarás mojándote, y siete tiempos mismos pasarán sobre ti, hasta que sepas que el Altísimo es Gobernante en el reino de la humanidad, y que a quien él quiere darlo lo da” (Daniel 4:25). Al parecer, los propios funcionarios de la corte lo ‘echarían de entre los hombres’. Ahora bien, ¿recibiría los cuidados de ganaderos o pastores que se compadecieran de él? De ningún modo, pues Dios había decretado que morara con “las bestias del campo” y comiera vegetación.
13. ¿Qué indicó el sueño del árbol que ocurriría con la posición de gobernante mundial de Nabucodonosor?
13 Tal como se taló el árbol, a Nabucodonosor se le derribaría de su posición de gobernante mundial, pero solo temporalmente. Daniel explicó: “Porque dijeron que se dejara el tronco con las raíces del árbol, tu reino te será seguro después que sepas que los cielos están gobernando” (Daniel 4:26). En el sueño se respetó el tronco con las raíces, es decir, el tocón del árbol caído, si bien se le ató de manera que no pudiera crecer. Del mismo modo, “el tronco con las raíces” del rey de Babilonia permanecería en pie, aunque durante “siete tiempos” se le impediría brotar. Su puesto de gobernante mundial se asemejaría al tocón con ataduras. Se le mantendría reservado hasta que pasaran siete tiempos. Jehová se encargaría de que durante ese período nadie sucediera a Nabucodonosor como único soberano de Babilonia, si bien es posible que su hijo Evil-merodac fuera el gobernante en funciones.
14. ¿Qué le instó Daniel a hacer a Nabucodonosor?
14 En vista de lo que se predijo sobre Nabucodonosor, Daniel le recomendó con valor: “Por lo tanto, oh rey, que te parezca bueno mi consejo, y remueve tus propios pecados por justicia, y tu iniquidad por medio de mostrar misericordia a los pobres. Quizás ocurra un alargamiento de tu prosperidad” (Daniel 4:27). Si Nabucodonosor abandonaba su proceder pecaminoso de opresión y soberbia, su futuro tal vez tomaría otro rumbo. Debe tenerse en cuenta que unos dos siglos antes Jehová no había llevado a cabo su designio de eliminar a los habitantes de Nínive, la capital de Asiria, debido a que tanto el rey como sus súbditos se habían arrepentido (Jonás 3:4, 10; Lucas 11:32). ¿Y el orgulloso Nabucodonosor? ¿Cambiaría de proceder?
EL CUMPLIMIENTO INICIAL DEL SUEÑO
15. a) ¿Qué actitud siguió manifestando Nabucodonosor? b) ¿Qué revelan las inscripciones respecto a las actividades de Nabucodonosor?
15 Nabucodonosor siguió mostrándose orgulloso. Doce meses después de soñar con el árbol y mientras paseaba por la azotea de su palacio, dijo con jactancia: “¿No es esta Babilonia la Grande, la cual yo mismo he construido para la casa real con la fortaleza de mi poder y para la dignidad de mi majestad?” (Daniel 4:28-30). Nemrod había fundado Babilonia (Babel), pero Nabucodonosor le había conferido esplendor (Génesis 10:8-10). En una inscripción cuneiforme declaró, presuntuoso: “Yo soy Nabucodorosor, rey de Babilonia, el reconstructor de Esagila y Ezida, hijo de Nabopolasar. [...] Las fortificaciones de Esagila y Babilonia reforcé y establecí el nombre de mi reino para siempre” (Archaeology and the Bible, de George A. Barton, 1949, págs. 478, 479). Otra inscripción alude a los aproximadamente veinte templos que reformó o reconstruyó. “Bajo el reinado de Nabucodonosor —señala The World Book Encyclopedia—, Babilonia se convirtió en una de las ciudades de mayor esplendor del mundo antiguo. Aunque en sus propias crónicas apenas menciona sus campañas militares, sí escribió sobre sus obras de construcción y su devoción por los dioses babilónicos. Probablemente construyó los Jardines Colgantes de Babilonia, una de las siete maravillas del mundo antiguo.”
16. ¿Qué humillación estaba a punto de sufrir Nabucodonosor?
16 Sin importar cuánto se jactara, el orgulloso Nabucodonosor estaba a punto de sufrir una humillación. El relato inspirado indica: “Mientras la palabra todavía estaba en la boca del rey, hubo una voz que cayó de los cielos: ‘A ti se te dice, oh Nabucodonosor el rey: “El reino mismo se ha ido de ti, y de la humanidad te echan, sí, y con las bestias del campo tu morada será. Vegetación te darán aun a ti para comer tal como a toros, y siete tiempos mismos pasarán sobre ti, hasta que sepas que el Altísimo es Gobernante en el reino de la humanidad, y que a quien él quiere darlo lo da”’” (Daniel 4:31, 32).
17. ¿Qué le ocurrió al orgulloso Nabucodonosor, y en qué circunstancias se encontró enseguida?
17 Al instante, Nabucodonosor perdió el juicio. Lo echaron de entre la humanidad y empezó a comer vegetación ‘tal como los toros’. Ni que decir tiene que su vida entre las bestias del campo no consistía en sentarse ociosamente sobre la hierba de un lugar casi paradisíaco y disfrutar a diario de una brisa refrescante. En lo que ahora es Irak, donde se encuentran las ruinas de Babilonia, las temperaturas suben hasta los 50°C en los meses de verano y descienden bastante por debajo del punto de congelación en invierno. Descuidado y expuesto a los elementos, su cabello largo y enmarañado adquirió la apariencia de plumas de águila, y las largas uñas de sus manos y pies, la de garras de ave (Daniel 4:33). ¡Qué humillación para aquel orgulloso gobernante mundial!
18. ¿Qué sucedió con el trono de Babilonia durante los “siete tiempos”?
18 En el sueño, el gran árbol fue derribado y el tocón atado durante siete tiempos para impedir que retoñara. De igual modo, Nabucodonosor “fue bajado del trono de su reino” cuando Jehová provocó su locura (Daniel 5:20). Verdaderamente, de un corazón humano pasó a tener el de un toro. Sin embargo, Dios le reservó el trono hasta que finalizaron los siete tiempos. Evil-merodac posiblemente fue el cabeza provisional del gobierno, mientras que Daniel ostentó el cargo de “gobernante sobre todo el distrito jurisdiccional de Babilonia y el prefecto principal sobre todos los sabios de Babilonia”. Sus tres compañeros hebreos siguieron colaborando en la administración de los asuntos de ese distrito (Daniel 1:11-19; 2:48, 49; 3:30). Los cuatro desterrados aguardaron la vuelta de Nabucodonosor al trono, ya como un rey en sus cabales que había aprendido que “el Altísimo es Gobernante en el reino de la humanidad, y que a quien él quiere darlo lo da”.
EL RESTABLECIMIENTO DE NABUCODONOSOR
19. ¿Qué llegó a comprender el rey de Babilonia una vez que Jehová le devolvió la cordura?
19 Transcurridos los siete tiempos, Jehová le devolvió la cordura a Nabucodonosor, y este lo reconoció como el Dios Altísimo al decir: “Al fin de los días yo, Nabucodonosor, alcé a los cielos los ojos, y mi propio entendimiento empezó a volverme; y bendije al Altísimo mismo, y a Aquel que vive hasta tiempo indefinido alabé y glorifiqué, porque su gobernación es una gobernación hasta tiempo indefinido, y su reino es para generación tras generación. Y a todos los habitantes de la tierra se está considerando como meramente nada, y él está haciendo conforme a su propia voluntad entre el ejército de los cielos y los habitantes de la tierra. Y no existe nadie que pueda detener su mano o que pueda decirle: ‘¿Qué has estado haciendo?’” (Daniel 4:34, 35). En efecto, Nabucodonosor llegó a comprender que el Altísimo es en verdad el Gobernante Soberano del reino de la humanidad.
20, 21. a) ¿Qué paralelo existe entre la eliminación de las ataduras de metal que rodeaban el tronco con las raíces del árbol y lo que le ocurrió a Nabucodonosor? b) ¿Qué reconoció Nabucodonosor, y quiere eso decir que se hizo adorador de Jehová?
20 Cuando Nabucodonosor ocupó de nuevo el trono, fue como si se hubieran soltado las ataduras de metal que rodeaban el tronco con las raíces del árbol del sueño. Refiriéndose a su restablecimiento, explicó: “Al mismo tiempo mi entendimiento mismo empezó a volver a mí, y para la dignidad de mi reino mi majestad y mi resplandor mismos empezaron a volver a mí; y hasta mis altos oficiales reales y mis grandes me empezaron a buscar con empeño, y fui restablecido sobre mi propio reino, y grandeza extraordinaria me fue añadida” (Daniel 4:36). Puede que algunos funcionarios de la corte despreciaran al rey cuando se trastornó, pero luego lo ‘buscaron con empeño’ y con total sumisión.
21 Realmente, el Dios Altísimo había ejecutado “señales y maravillas”. No es de extrañar que el rey de Babilonia, una vez restablecido, admitiera: “Ahora yo, Nabucodonosor, alabo y ensalzo y glorifico al Rey de los cielos, porque todas sus obras son verdad y sus caminos son justicia, y porque a los que andan con orgullo él los puede humillar” (Daniel 4:2, 37). Sin embargo, tal reconocimiento no hizo de Nabucodonosor un adorador no israelita de Jehová.
¿EXISTEN PRUEBAS NO BÍBLICAS?
22. ¿Con qué trastorno han relacionado algunas personas la demencia de Nabucodonosor, pero qué debemos reconocer en cuanto a su origen?
22 Hay quienes han dicho que la locura de Nabucodonosor era una licantropía. Un diccionario médico explica: “LICANTROPÍA: [...] de [lý·kos], lupus, lobo; [án·thro·pos], homo, hombre. Nombre dado al desarreglo mental de la persona que cree haberse convertido en animal y que imita sus gritos o aullidos, sus movimientos y hasta sus hábitos. El licántropo se imagina que es un lobo, un perro o un gato; a veces hasta puede creerse un toro, como en el caso de Nabucodonosor” (Dictionnaire des sciences médicales, par une société de médicins et de chirurgiens, París, 1818, vol. 29, pág. 246). Los síntomas de la licantropía se parecen a los que Nabucodonosor manifestó en su demencia. No obstante, puesto que esta fue el resultado de un decreto divino, no podemos precisar si se trataba de algún trastorno conocido.
23. ¿Qué testimonio seglar corrobora la demencia de Nabucodonosor?
23 El erudito John E. Goldingay alude a varios testimonios paralelos de la locura y el restablecimiento de Nabucodonosor. Por ejemplo, afirma: “Un texto cuneiforme fragmentario se refiere aparentemente a algún trastorno mental de Nabucodonosor, y quizás a su abandono y alejamiento de Babilonia”. Goldingay cita de un documento llamado “El Job de Babilonia”, y dice que este “atestigua los castigos que Dios le infligió, la enfermedad, la humillación, la búsqueda de la interpretación de un sueño sobrecogedor, que se le derribó como a un árbol, el ostracismo, que comió hierba, la pérdida del juicio, que actuó como un buey, la lluvia que Marduk trajo sobre él, el deterioro de las uñas, la larga cabellera y las cadenas que llevó, así como el posterior restablecimiento, por el que alaba al dios”.
SIETE TIEMPOS QUE NOS AFECTAN
24. a) ¿Qué simboliza el gran árbol del sueño? b) ¿Qué quedó interrumpido durante “siete tiempos”, y cómo se produjo dicha interrupción?
24 Representado por el gran árbol, Nabucodonosor simbolizó la gobernación mundial. Pero recordemos que el árbol prefigura una gobernación y soberanía de una magnitud mucho mayor que la del rey de Babilonia. Simboliza la soberanía universal de Jehová, el “Rey de los cielos”, especialmente en lo que concierne a la Tierra. Antes de la destrucción de Jerusalén a manos de los babilonios, esa ciudad fue la sede de un reino en el que David y sus herederos se sentaron sobre “el trono de Jehová” y que representó la soberanía divina respecto a la Tierra (1 Crónicas 29:23). En 607 a.E.C., cuando utilizó a Nabucodonosor para destruir Jerusalén, Dios mismo cortó esa soberanía y le puso ataduras. El ejercicio de la soberanía divina respecto a la Tierra por medio de un reino del linaje de David quedó interrumpido durante siete tiempos. ¿Cuánto duraron estos? ¿Cuándo empezaron, y qué marcó su fin?
25, 26. a) ¿Cuánto duraron los “siete tiempos” en el caso de Nabucodonosor, y por qué responde usted así? b) En el cumplimiento principal, ¿cuándo y cómo empezaron los “siete tiempos”?
25 Durante la locura de Nabucodonosor, “su cabello mismo le creció largo como plumas de águilas, y sus uñas como garras de pájaros” (Daniel 4:33). Eso requirió más de siete días o de siete semanas. Algunas traducciones dicen “siete tiempos”; otras soluciones para esta última palabra son “tiempos señalados (determinados)” o “períodos de tiempo” (Daniel 4:16, 23, 25, 32). Una variante textual de la antigua Septuaginta griega dice “siete años”. Josefo, historiador judío del siglo I, consideró que los “siete tiempos” eran “siete años” (Antigüedades Judías, libro X, capítulo X, sección 6). Y varios hebraístas han opinado igualmente que estos “tiempos” son “años”. “Siete años” es la expresión que utilizan la Versión Popular, la Biblia de América y la versión Cantera-Iglesias.
26 Todo apunta, pues, a que los “siete tiempos” de Nabucodonosor abarcaron siete años. En las profecías, el año medio consta de 360 días, es decir, doce meses de treinta días cada uno (compárese con Revelación [Apocalipsis] 12:6, 14). Por consiguiente, los “siete tiempos”, o siete años, del rey fueron 360 días multiplicados por 7, o sea, 2.520 días. Ahora bien, ¿qué puede decirse del cumplimiento principal del sueño? Los “siete tiempos” proféticos duraron mucho más de 2.520 días, tal como indican las palabras de Jesús: “Jerusalén será hollada por las naciones, hasta que se cumplan los tiempos señalados de las naciones” (Lucas 21:24). Esa ‘holladura’ comenzó en 607 a.E.C., fecha de la destrucción de Jerusalén y del cese de las funciones del reino típico de Dios en Judá. ¿Cuándo terminaría? En “los tiempos de la restauración de todas las cosas”, cuando la soberanía divina respecto a la Tierra se manifestara de nuevo mediante una Jerusalén simbólica, el Reino de Dios (Hechos 3:21).
27. ¿Por qué diría usted que los “siete tiempos” que comenzaron en 607 a.E.C. no terminaron al cabo de 2.520 días literales?
27 Si contáramos 2.520 días literales a partir de la destrucción que le acaeció a Jerusalén en 607 a.E.C., no llegaríamos más que al año 600 a.E.C., un año que carece de relevancia en las Escrituras. La soberanía de Jehová no se manifestó sobre la Tierra ni siquiera cuando los judíos liberados regresaron a Judá en 537 a.E.C., pues a Zorobabel, el heredero del trono de David, no se le hizo rey, sino gobernador de la provincia persa de Judá.
28. a) ¿Qué regla debe aplicarse a los 2.520 días de los “siete tiempos” proféticos? b) ¿Cuánto duraron los “siete tiempos” proféticos, y qué fechas fijan su comienzo y su final?
28 Puesto que los “siete tiempos” son proféticos, a los 2.520 días hemos de aplicarles la regla bíblica “Un día por un año”, que se da en una profecía relativa al asedio de Jerusalén por parte de Babilonia (Ezequiel 4:6, 7; compárese con Números 14:34). Por lo tanto, los “siete tiempos” en los que las potencias gentiles dominarían la Tierra sin la interferencia del Reino de Dios, abarcaron 2.520 años. Comenzaron en el séptimo mes lunar (15 de Tisri) del año 607 a.E.C., con la desolación de Judá y Jerusalén (2 Reyes 25:8, 9, 25, 26). Desde esa fecha hasta el año 1 a.E.C. transcurrieron 606 años. Los 1.914 años restantes nos llevan al año 1914 E.C. Por consiguiente, los “siete tiempos”, o 2.520 años, finalizaron el 15 de Tisri (el 4/5 de octubre) de 1914 E.C.
29. ¿Quién es ‘el de más humilde condición de la humanidad’, y qué hizo Jehová para entronizarlo?
29 En ese año se cumplieron “los tiempos señalados de las naciones” y Dios le dio la gobernación “al de más humilde condición de la humanidad”, Jesucristo, a quien sus enemigos consideraron tan despreciable que hasta lo fijaron en un madero (Daniel 4:17). A fin de entronizar al Rey Mesiánico, Jehová soltó las ataduras simbólicas de hierro y cobre del “tronco con las raíces” de su propia soberanía. De ese modo, el Dios Altísimo permitió que de este saliera un “brote” real como manifestación de la soberanía divina respecto a la Tierra, por medio del Reino celestial en manos del mayor Heredero de David, Jesucristo (Isaías 11:1, 2; Job 14:7-9; Ezequiel 21:27). Qué agradecidos nos sentimos a Jehová por este feliz desenlace y por desentrañar el misterio del gran árbol.
¿QUÉ HA APRENDIDO?
• ¿Qué simbolizó el gran árbol del sueño de Nabucodonosor?
• ¿Qué le ocurrió a Nabucodonosor en el cumplimiento inicial de su sueño acerca del árbol?
• ¿Qué reconoció Nabucodonosor una vez que el sueño se cumplió en él mismo?
• En el cumplimiento principal del sueño profético del árbol, ¿cuánto duraron los “siete tiempos”, y cuándo empezaron y terminaron?
[Ilustración a toda plana de la página 83]
[Ilustración a toda plana de la página 91]