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Aprendió de sus erroresLa Atalaya 2009 | 1 de enero
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Viendo que no puede hacer nada, Jonás baja a la bodega del barco, se acuesta en un rincón y cae dormido.b Cuando el capitán lo encuentra, lo despierta y le dice que ruegue a su dios, como hacen todos los demás. Los marineros están convencidos de que el origen de la tormenta es sobrenatural, así que echan suertes entre ellos para averiguar quién ha provocado la ira de los dioses. Seguro que a Jonás se le forma un nudo en el estómago cuando ve que uno a uno se va descartando a todos los marineros y solo queda él. Enseguida Jonás se da cuenta de lo que está ocurriendo: es Jehová quien dirige las suertes y quien ha provocado la tormenta (Jonás 1:5-7).
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Aprendió de sus erroresLa Atalaya 2009 | 1 de enero
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b Según la Septuaginta, Jonás estaba tan profundamente dormido que roncaba. Sin embargo, esto no significa que no le importaba lo que estaba pasando. Recordemos que a veces quienes están muy deprimidos sienten la irresistible necesidad de dormir. Mientras Jesús oraba angustiado en el jardín de Getsemaní, los apóstoles Pedro, Santiago y Juan también cayeron “adormitados de desconsuelo” (Lucas 22:45).
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