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Sea presto para oir, lento en cuanto a hablarLa Atalaya 1960 | 1 de agosto
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22. ¿Por qué no fueron causadas por un corazón rebelde u orgulloso las palabras imprudentes de Moisés, y por eso qué lección aprendemos nosotros?
22 Esto no quiere decir que Moisés era rebelde en su corazón. Más bien, en un momento de ira, fue presto en cuanto a hablar. Lo que salió no fue para gloria de Dios. Las palabras de Moisés dejaron la impresión de que él y Aarón eran los proveedores del pueblo, mientras que era Jehová quien había provisto para ellos durante todos esos años en el desierto. Tampoco se trató de que Moisés fuera orgulloso ni arrogante. “El hombre Moisés era por mucho el más manso de todos los hombres que estaban sobre la superficie del suelo.” Sin embargo pecó con la lengua. Aun para el más humilde siervo de Dios existe la necesidad de guardar su boca: “El que guarda su boca está guardando su alma. El que abre de par en par los labios—él tendrá ruina.”—Núm. 12:3; Pro. 13:3.
23. ¿Cómo nos ayudará el consejo de Santiago?
23 Por eso tome a pecho el consejo de Santiago: ‘Sea presto en cuanto a oir, lento en cuanto a hablar, lento en cuanto a ira.’ Le ayudará a usted a producir fruto aceptable a Dios. Le ayudará a usted a usar su lengua para gloria del Creador. Le ayudará a hacer la voluntad divina según se expresa en Romanos 14:19: “Sigamos tras las cosas que contribuyen a la paz y las cosas que sirven para edificarnos unos a otros.”
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Siendo lentos en cuanto a iraLa Atalaya 1960 | 1 de agosto
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Siendo lentos en cuanto a ira
“La ira del hombre no produce la justicia de Dios.”—Sant. 1:20.
1. ¿Por qué no se produce injusticia por la ira de Dios, y cómo pone el ejemplo Jehová?
LA IRA en sí misma no es maldad. La ira de Jehová es la reacción justificable del Dios enteramente justo contra el pecado, la iniquidad y toda forma de injusticia. “Debido a las cosas susodichas la ira de Dios viene sobre los hijos de la desobediencia.” La ira de Dios está completamente bajo el gobierno de sus atributos de justicia, sabiduría, amor y poder. “Jehová es lento en iras”—esto lo afirman los profetas Nahúm, Joel y Jonás. El salmista dice: “Jehová es benigno y misericordioso, lento para airarse.” Y Jehová mismo da esta descripción en Éxodo 34:6: “Jehová fue pasando delante de su rostro [el de Moisés] y declarando: ‘Jehová, Jehová, un Dios misericordioso y benigno, lento para airarse y abundante en bondad amorosa.’” Así Jehová pone el ejemplo respecto a ser lentos en cuanto a ira.—Efe. 5:6; Nah. 1:3; Joel 2:13; Jon. 4:2, Mod; Sal. 145:8.
2. ¿Por qué es importante para los humanos imperfectos el ser lentos en cuanto a ira?
2 Cuán apropiado, entonces, que Dios requiera que nosotros seamos lentos en cuanto a ira. Explicando por qué la lentitud en cuanto a ira es especialmente importante para los humanos imperfectos, el escritor inspirado Santiago dijo: “Porque la ira del hombre no produce la justicia de Dios.” Esto es cierto por muchas razones. La ira del hombre a menudo se excita sin causa suficiente; a menudo trasciende la causa, si alguna causa existe realmente. La ira del hombre tiende a operar sin considerar debidamente las consecuencias; por consiguiente inclina la persona hacia toda clase de injuria. La ira humana a menudo resulta en la pérdida del gobierno de uno mismo—en cóleras turbulentas y violentos “arrebatos de ira,” y esto está clasificado entre las cosas injustas de las cuales dice la Biblia: “Los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios.” No, la ira del hombre no resulta en que viva uno en consonancia con las normas justas establecidas por Dios.—Sant. 1:20; Gál. 5:20, 21.
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