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Un tiempo de pruebas y zarandeosLa Atalaya 1987 | 15 de junio
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Un tiempo de pruebas y zarandeos
“Y súbitamente vendrá a Su templo el Señor verdadero, a quien ustedes buscan, y el mensajero del pacto [...] Y tendrá que sentarse como refinador y limpiador.” (MALAQUÍAS 3:1, 3.)
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Un tiempo de pruebas y zarandeosLa Atalaya 1987 | 15 de junio
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3. ¿En qué consistía el antiguo proceso de refinación?
3 Pero, en primer lugar, ¿por qué expone Jehová a su pueblo a pruebas y zarandeos? Como “examinador de los corazones”, se ha propuesto refinar a su pueblo organizado. (Proverbios 17:3; Salmo 66:10.) En los tiempos bíblicos el proceso de refinar envolvía calentar un metal hasta el punto de fusión y entonces eliminar de la superficie las impurezas, o la escoria. Leemos: “El refinador observa la operación, de pie o sentado, con la mayor solicitud, hasta [...] que el metal [líquido] tiene la apariencia de un espejo bien pulido, que refleja todo objeto a su alrededor; hasta el refinador, al mirar la masa de metal, quizás se vea como en un espejo, y así puede formar un juicio muy exacto de la pureza del metal. Si el refinador queda satisfecho, se aparta el fuego, y se remueve del horno el metal; pero si no se considera puro el metal, se añade más plomo y se repite el proceso”. (Cyclopedia of Biblical Theological, and Ecclesiastical Literature, por J. McClintock y J. Strong.) El oro (o la plata) así refinado era más estimable. (Compárese con Revelación 3:18.)
4. ¿Por qué permite Jehová pruebas y zarandeos entre su pueblo?
4 Jehová permite las pruebas y los zarandeos para refinar —o purificar— a su pueblo, como ayuda para que reflejen con mayor exactitud su imagen. (Efesios 5:1.) En el proceso de refinación él elimina la escoria al quitar las enseñanzas y prácticas inmundas. (Isaías 1:25.) También saca por zarandeo de entre su pueblo a los que rehúsan someterse al proceso de refinación y a los que “hacen tropezar, y a los que cometen desafuero”. Esto abre el camino para que “los hijos del reino”, los israelitas espirituales, brillen esplendorosamente de modo que una clase terrestre también pueda ser recogida y se apegue a ellos como organización para sobrevivir. (Mateo 13:38, 41, 43; Filipenses 2:15.)
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