Tiempo de la siega
¿Por qué la historia de la “cristiandad” ha sido tan anticristiana? Mucha gente pensadora ha hecho esta pregunta, pero Jesús la contestó hace dos mil años en una parábola. Habló de “un hombre que sembró semilla excelente en su campo”. Luego “vino el enemigo de él y sobresembró mala hierba entre el trigo”. Cuando las semillas brotaron, los obreros se apercibieron de la presencia de la mala hierba y querían desarraigarla. Pero el hombre les dijo: “Dejen que ambos crezcan juntos hasta la siega”. En la siega, el trigo se separaría de la mala hierba. (Mateo 13:24-30.)
Al explicar la parábola, Jesús dijo que él mismo era el que sembró la “semilla excelente”, es decir, los cristianos verdaderos. El enemigo era Satanás, quien sobresembró la “mala hierba”, es decir, los cristianos de imitación que se infiltraron en la congregación. Jesús permitió que los cristianos verdaderos y los falsos coexistieran, pero solo hasta la siega. En ese tiempo se separaría a unos de otros. (Mateo 24:36-44.)
Por lo tanto, no nos sorprende enterarnos de que las organizaciones “cristianas” han deshonrado a Dios durante siglos al adoptar doctrinas paganas, tolerar la inmoralidad, apoyar las guerras expansionistas, e instaurar crueles inquisiciones. De este modo reconocemos la mala hierba plantada por Satanás. No obstante, cuando leemos sobre algunas personas que sufrieron encarcelamiento o muerte antes que violar los principios bíblicos, nos damos cuenta de que la semilla excelente no desapareció.
Jesús dijo que la siega era “una conclusión de un sistema de cosas”. Dado que vivimos en la conclusión del presente sistema de cosas mundial, este tiene que ser el tiempo de la siega. De modo que ha de haberse producido una separación entre los cristianos verdaderos y los falsos. Hoy día tiene que existir un pueblo, no solo personas aisladas, que encaje con la descripción que Jesús hizo de los cristianos verdaderos: que se sujete al Reino de Dios y predique las buenas nuevas acerca de este, promueven la moralidad basada en la Biblia y rechace las doctrinas paganas en favor de la verdad bíblica, ponga el nombre de Dios de manifiesto y no sea parte de este mundo. (Mateo 6:33; 24:14; Juan 3:20; 8:32; 17:6, 16.)
Podemos asegurarle que este pueblo existe. ¿Quiere servir a Dios de manera acepta? Entonces busque a este pueblo y sirva a Dios con él.