“Alguna señal del cielo”
UN ANTIGUO refrán inglés dice: “Cielos rojos vespertinos, deleite de los marinos; cielos rojos mañaneros, ¡mucho cuidado, marineros!”. Hoy día se usan satélites, estudios de temperaturas por computadora, radares Doppler y otros ingenios científicos para las previsiones metereológicas. Con frecuencia estas confirman la veracidad del refrán antes citado.
En una ocasión, los enemigos religiosos de Jesucristo le pidieron “alguna señal del cielo”, alguna obra portentosa que probara que era el Mesías. “Al anochecer —dijo él— ustedes acostumbran decir: ‘Habrá buen tiempo, porque el cielo está rojo encendido’; y a la mañana: ‘Hoy habrá tiempo invernal y lluvioso, porque el cielo está rojo encendido, pero de aspecto sombrío’. Saben interpretar la apariencia del cielo, pero las señales de los tiempos no las pueden interpretar. Una generación inicua y adúltera sigue buscando una señal, pero no se le dará señal alguna sino la señal de Jonás.” (Mateo 16:1-4.)
Los enemigos de Jesús podían pronosticar el tiempo, pero eran incapaces de comprender los asuntos espirituales. Por ejemplo, ¿qué puede decirse de “la señal de Jonás”? Después de pasar unos tres días en el vientre de un gran pez, Jonás, profeta de Dios, predicó en Nínive, convirtiéndose así en señal para los habitantes de la capital de Asiria. La generación de Jesús recibió “la señal de Jonás” cuando Cristo pasó tres días incompletos en la tumba y luego resucitó. Sus discípulos proclamaron la prueba de aquel suceso, y así Jesús se convirtió en una señal para esa generación. (Mateo 12:39-41.)
En otra ocasión, los discípulos le pidieron a Jesús “la señal” de su futura “presencia” en el poder del Reino. En respuesta, les dio una señal compuesta de varias facetas, entre ellas guerras sin precedente, grandes terremotos, escaseces de alimento y una predicación mundial del Reino celestial establecido. (Mateo 24:3-14.)
¿Percibe usted la señal de la presencia de Cristo como Rey celestial invisible? Las facetas de la señal se están cumpliendo en esta generación. (Mateo 24:34.) ¿Y qué se puede esperar del futuro? La Biblia no solo muestra que el fin de este sistema de cosas está cerca, sino que también predice que pronto amanecerá para la humanidad, claro y brillante, el nuevo día prometido por Dios. (2 Pedro 3:13.)