Los últimos días... ‘Habrá reinos contra reinos’
“El conflicto de naciones que tuvo lugar desde 1914 hasta 1918 no fue ningún ‘rumor intrascendente de otra guerra más’. Anunció un nuevo concepto de guerra: la primera guerra total de la experiencia humana. Su duración, intensidad y escala excedieron a todo lo que se había conocido hasta entonces o podía esperarse. Había llegado el día de la guerra global.” (The World in the Crucible [El mundo en el crisol], de Bernadotte E. Schmitt y Harold C. Vedeler.)
LA GUERRA de 1914-1918 fue tan grande en lo tocante a destrucción y pérdida de vidas, que hasta el día de hoy todavía se encuentran en Francia monumentos dedicados a los caídos en La Grande Guerre, la Gran Guerra. El escritor norteamericano Ernest Hemingway la llamó “la carnicería más colosal, asesina y mal dirigida que jamás se ha producido en la Tierra”. La Gran Guerra recibió el nombre de primera guerra mundial cuando el mundo sufrió los horrores de la segunda guerra mundial (1939-1945).
La primera guerra mundial fue distinta de las guerras anteriores en muchos aspectos. Imponentes ejércitos que superaban el millón de hombres se masacraron entre sí en los campos y bosques de la Europa occidental. La ametralladora impuso su dominio al segar largas ringleras de infantería en los campos de batalla. En su libro titulado War, Gwynne Dyer declara: “En dos meses [desde el comienzo de la guerra] murieron más de un millón de hombres. [...] Armas automáticas —artillería de tiro rápido y ametralladoras que disparaban seiscientas balas por minuto— llenaban el aire de una mortal lluvia de plomo”. El tanque, el submarino y el avión cambiaron el modo de pensar y las tácticas. Ahora la muerte caía del cielo y ascendía de las aguas.
El uso de gases venenosos llevó al combate de trincheras hasta el límite del aguante, el sufrimiento y la degradación del hombre. La Gran Guerra también fue distinta en otro aspecto: “Esta fue la primera guerra en la que la cantidad de prisioneros ascendió a millones (8.400.000 en total), y su privación de libertad duró largos años”. (The World in the Crucible.) También fue la primera guerra que afectó a prácticamente toda la población civil, ya sea en la defensa y fabricación de armamento o como víctimas de la invasión y la batalla.
Allá en 1914, los testigos de Jehová vieron en esa terrible guerra el comienzo del cumplimiento de las profecías de Jesús. Pero aún tenía que venir algo peor.
La segunda guerra mundial... un poder destructivo singular
Otra evidencia de que, aun desde un punto de vista humano, estos podrían ser los últimos días es la posibilidad que tiene el hombre de autodestruirse. En su discurso con motivo del Premio Nobel de la Paz, el doctor Bernard Lown dijo: “La segunda guerra mundial introdujo la guerra total, sin principios en los métodos, sin límite en la violencia y sin discriminación en las víctimas. Los hornos de Auschwitz y la incineración atómica de Hiroshima y Nagasaki grabaron un capítulo aún más funesto en la crónica de la brutalidad humana”.
¿Aprendió la humanidad compasión y misericordia de esta espantosa experiencia? Lown siguió diciendo: “La prolongada agonía que dejó tras sí 50 millones de muertos [cantidad casi equivalente a la población total de Gran Bretaña, Francia o Italia] no proveyó una base firme para conseguir un armisticio contra la barbarie. Al contrario, pronto surgieron en los arsenales armas genocidas capaces de destruir el equivalente a muchos miles de segundas guerras mundiales”. (Las cursivas son nuestras.)
Es innegable que hemos visto “nación contra nación y reino contra reino”, y que el jinete del caballo de color de fuego del libro de Revelación ha diseminado el exterminio por toda la Tierra. (Mateo 24:7; Revelación 6:4.) Pero, ¿qué otro significado tendría para nuestros “últimos días” la invención y el desarrollo de armas nucleares? (2 Timoteo 3:1.)
[Recuadro/Fotografía en la página 6]
“El siglo XX ha estado marcado por un nivel cada vez mayor de violencia en comparación con los dos siglos anteriores. [...] El siglo XX ya tiene en su haber 237 guerras, es decir, hostilidades que, según los cálculos, resultaron en mil o más muertes por año.”
“No solo hay más guerras, sino que su destructividad se ha intensificado. Las guerras del siglo XX han matado hasta la fecha a 99 millones de personas, doce veces más que en el siglo XIX, veintidós veces más que en el siglo XVIII. [...] En el siglo pasado hubo dos guerras que causaron más de un millón de muertes cada una; en este siglo ha habido trece guerras de esa envergadura.” (World Military and Social Expenditures 1986 [Gastos militares y sociales del mundo en 1986], de Ruth Leger Sivard.)
[Reconocimiento]
Foto del ejército de EE.UU.