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¿Cuál es la responsabilidad del cristiano para con los necesitados y enfermos?La Atalaya 1966 | 1 de julio
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Cuando Jesús dio una profecía en cuanto al tiempo de su segunda presencia, indicó que el atender a los cristianos que se enferman es una obra de fe. Dijo: “Fui extraño y me recibieron hospitalariamente; desnudo estuve, y me vistieron. Enfermé y me cuidaron.” Los cristianos, por supuesto, no le han hecho eso directamente a Jesús, y por eso dijo: “Al grado que lo hicieron a uno de los más pequeños de estos mis hermanos, a mí me lo hicieron.” (Mat. 25:35, 36, 40) Este trato a los hermanos espirituales de Cristo establece un principio que es una guía digna para tratar a los compañeros cristianos.
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Preguntas de los lectoresLa Atalaya 1966 | 15 de abril
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Preguntas de los lectores
● ¿Es correcto que un cristiano se aproveche de las provisiones gubernamentales de beneficencia o de abastecimiento de socorro enviados a zonas de desastre?—P. A., El Salvador.
Sí, el gobierno hace estas provisiones esperando que sean usadas por los que son elegibles para ellas.
Los cristianos pagan impuestos como lo requieren los gobiernos del mundo. (Rom. 13:1, 6, 7) Por consiguiente, cuando surge la necesidad, el cristiano que legalmente llena los requisitos para ayuda gubernamental puede aceptar apropiadamente los beneficios que se hagan disponibles por medio de tales arreglos de socorro sostenidos por los impuestos, si eso es su deseo.
Sin embargo, hay individuos sin conciencia que no son cristianos verdaderos y que, en muchos casos, han obtenido tal ayuda de manera fraudulenta. Algunos han ocultado hechos en cuanto a su verdadera condición económica. Otros han rehusado trabajar, aunque pueden hacerlo. En determinados casos, por medios dudosos, familias han vivido de ayuda gubernamental por años, aunque realmente no han sido elegibles para ella. El cristiano verdadero no puede hacer estas cosas. Tiene que ser honrado, veraz y recto. Debe tener una conciencia clara delante de Dios y los hombres.—Pro. 3:32; Hech. 24:16.
Los cristianos adecuadamente tienen presente el principio pronunciado por el apóstol Pablo en 2 Tesalonicenses 3:10: “Si alguien no quiere trabajar, que tampoco coma.” Ellos saben, también, que “si alguno no provee para los que son suyos, y especialmente para los que son miembros de su casa, ha repudiado la fe y es peor que una persona sin fe.” (1 Tim. 5:8) Tampoco olvidan que “el obtener tesoros mediante una lengua falsa es una exhalación ahuyentada, en lo que toca a los que buscan la muerte.” (Pro. 21:6) Obviamente, entonces, los cristianos responsables y físicamente capacitados trabajarán para obtener los artículos de primera necesidad de la vida cuando eso sea posible cuando eso sea posible y no buscarán ilegal ni fraudulentamente ayuda gubernamental u otra ayuda financiera.
Si llegase a saberse que un cristiano dedicado injustificada e ilegalmente obtuvo tal ayuda, no tendría “excelente testimonio de los de afuera” de la congregación cristiana, ni de adentro, en lo que toca a eso. Sería ‘ambicioso de ganancia falta de honradez.’ En consecuencia, no llenaría los requisitos para ser siervo nombrado en la congregación cristiana.—1 Tim. 3:1, 7-9.
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