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Un discípulo inverosímilEl hombre más grande de todos los tiempos
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Al acercarse el hombre a Jesús y caer a sus pies, los demonios que lo dominan hacen que grite: “¿Qué tengo que ver contigo, Jesús, Hijo del Dios Altísimo? Te pongo bajo juramento por Dios que no me atormentes”.
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Un discípulo inverosímilEl hombre más grande de todos los tiempos
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“Mi nombre es Legión, porque somos muchos”, es la respuesta. A los demonios les deleita ver el sufrimiento de las personas a quienes pueden dominar, y aparentemente disfrutan de atacarlas en grupo, con cobarde espíritu de chusmas. Pero frente a Jesús, suplican que no se les envíe al abismo. De nuevo vemos que Jesús tenía gran poder; podía vencer hasta a los crueles demonios. Esto también revela que los demonios saben que el juicio que con el tiempo les vendrá de Dios es que se les encierre en el abismo a la vez que se encierra en él a su caudillo, Satanás el Diablo.
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