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Un discípulo inverosímilLa Atalaya 1987 | 15 de mayo
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Al acercarse el hombre a Jesús y caer a sus pies, los demonios que lo controlan hacen que grite: “¿Qué tengo que ver contigo, Jesús, Hijo del Dios Altísimo? Te pongo bajo juramento por Dios que no me atormentes”.
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Un discípulo inverosímilLa Atalaya 1987 | 15 de mayo
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“Mi nombre es Legión, porque somos muchos”, es la respuesta. A los demonios les deleita ver el sufrimiento de las personas a quienes pueden dominar, y aparentemente disfrutan de atacarlas en grupo con cobarde espíritu de chusmas. Pero frente a Jesús, suplican que no se les envíe al abismo. De nuevo vemos el gran poder que Jesús tenía para vencer hasta a los crueles demonios. Esto también revela que los demonios saben que el juicio que con el tiempo les vendrá de Dios es ser abismados junto con su caudillo, Satanás el Diablo.
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