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¿Volverán a vivir los muertos?La Atalaya 1962 | 15 de octubre
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Misericordiosamente, aun algunos “que practicaron cosas viles” serán levantados de entre los muertos, para ser juzgados de acuerdo con las cosas que hagan de allí en adelante. El malhechor que fue ejecutado al lado de Jesús será incluido entre los tales. (Luc. 23:43) No los incorregiblemente inicuos, sino personas que, aunque hicieron cosas malas en ignorancia, reaccionarían con prontitud a la justicia estarán incluidas entre esos resucitados y se les dará la oportunidad de aprender y conformarse a la voluntad divina.
JUSTICIA Y FELICIDAD
A base de esta información bíblica, nosotros hoy en día podemos esperar gozosamente unos “nuevos cielos y una nueva tierra que esperamos de acuerdo con su promesa, y en éstos la justicia habrá de morar.” (2 Ped. 3:13) Ese dominio justo con su milagrosa resurrección de todos los que están en las tumbas conmemorativas traerá alegría al corazón de muchos que ahora se lamentan por sus muertos.
¿Se acuerda usted de la felicidad de los padres de la niñita a quien Jesús resucitó? “Estuvieron fuera de sí con gran éxtasis.” (Mar. 5:42) Esa será la emoción que usted podrá compartir al ver la resurrección de hombres, mujeres y niños conocidos a usted personalmente o por medio de la Biblia. Tal como usted mantiene su personalidad desde la juventud hasta la edad adulta, aunque varía su apariencia, así se reconocerá la personalidad de los resucitados en cualquier cuerpo que a Dios le plazca darles.
Los padres que recibieran con vida otra vez a un hijo muerto serán tan felices que no sentirán el que el niño resucitado tenga que crecer y llevar su propia vida. Parejas como Aquila y Prisca que logren la resurrección celestial con su gozo eterno como “novia” de Cristo no sentirán pena de que ya no sean marido y esposa. (Rom. 16:3) El gozo ocasionado por la resurrección de Abrahán y Sara, Isaac y Rebeca, Jacob, Lea y Raquel no será disminuido debido a que, semejante a los ángeles, ellos “ni se casan ni se dan en matrimonio.” Su deleite supremo será el de vivir en el círculo familiar de Dios “por ser hijos de la resurrección.” (Luc. 20:34-36) De modo que cualquiera de nosotros que vea a un hijo, esposa, marido, padre o madre anterior volver de entre los muertos estará fuera de sí con gran éxtasis. Esa felicidad no se disminuirá a causa de que el Padre celestial no reúna en matrimonio a personas resucitadas que en un tiempo eran marido y esposa. Su gozo se desbordará de poder gozar del compañerismo mutuo como herederos de la vida. Se elevarán oraciones de gratitud a Jehová Dios porque una persona amada haya entrado de nuevo en el círculo familiar de Dios para compartir las bendiciones de la vida sin fin en el justo nuevo mundo. Hijos de Dios agradecidos no pedirían más.
La realización de ese mundo justo pronto hará justicia cabal a la reputación de Jehová como un Dios de amor, sabiduría, justicia y poder. A la pregunta: “¿Volverán a vivir los muertos?” tenemos ahora la contestación autoritativa: “La hora viene en la cual todos los que están en las tumbas conmemorativas oirán su voz y saldrán.”—Juan 5:28, 29.
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Destrucción de BibliasLa Atalaya 1962 | 1 de julio
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Destrucción de Biblias
La destrucción moderna de Biblias por la Iglesia Católica Romana, como la que ocurrió en Colombia en mayo de 1960, tuvo su paralelo en el mundo romano bajo los Césares. En cuanto a un informe policíaco escrito en el siglo cuarto, Time del 19 de mayo de 1961 declaró: “En 346 A.C., en un borrador de la policía en Cirta, un suburbio de Cartago, un capitán de la policía romana registró su informe: ‘Allanamos cinco casas. Descubrimos, confiscamos y destruimos 38 rollos cristianos.’”
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