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La bendición de Jehová enriqueceLa Atalaya 1986 | 15 de junio
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5. ¿Qué punto de vista tuvo Jesús sobre las riquezas?
5 Jesús mencionó en diversas ocasiones el peligro que presentan las riquezas, uno que amenaza a toda persona, tanto a los ricos como a los que no lo son. (Mateo 6:24-32; Lucas 6:24; 12:15-21.) Como base para un autoexamen, considere lo que Jesús dijo en cierta ocasión, según se registra en Mateo 19:16-24, Marcos 10:17-30 y Lucas 18:18-30. De hecho, ¿por qué no pausa ahora y lee estos relatos?
6, 7. a) ¿Qué conversación tuvo Jesús con cierto joven? b) ¿Qué consejo dio Jesús después?
6 Un gobernante joven vino a Jesús y le preguntó: “¿Haciendo qué cosa heredaré la vida eterna?”. Jesús lo dirigió a la Ley, mostrándole así que Jehová no había dejado de indicar lo que se requería. El hombre le contestó que había guardado los mandamientos de Dios ‘desde su juventud’. Parecía como si él estuviera a punto de entrar por la puerta de la vida, pero él mismo percibía que todavía le faltaba algo. Tal vez haya pensado que el hacer algún acto bondadoso o heroico sería el paso final para entrar por la puerta que conduce a vida eterna. La respuesta de Jesús implicaba mucho más: “Vende todas las cosas que tienes y distribuye entre los pobres, y tendrás tesoro en los cielos; y ven, sé mi seguidor”. ¿Qué sucedió entonces? “Cuando oyó esto, él se contristó profundamente, porque era muy rico [o, tenía muchas posesiones materiales].” De modo que el hombre se fue. (Lucas 18:18, 21-23; Marcos 10:22.)
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La bendición de Jehová enriqueceLa Atalaya 1986 | 15 de junio
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8. a) ¿Cómo era aquel gobernante judío joven? b) ¿Qué falta tenía él, y por qué debería interesarnos esto?
8 Tal vez usted pueda comprender mejor la situación de aquel gobernante joven si piensa en un equivalente moderno: un joven cristiano de conducta limpia, con bastante conocimiento bíblico, buena moralidad y de familia acaudalada. Alguien pudiera envidiar a tal persona hoy día. Pero Jesús halló una falta grande en aquel joven judío: sus riquezas o bienes materiales eran demasiado importantes para él. Por eso, Jesús le aconsejó de la manera que lo hizo. Usted puede ver por qué este consejo bíblico aplica a todos nosotros, seamos ricos o pobres. El dinero y las posesiones materiales podrían llegar a ser demasiado importantes para cualquiera de nosotros, sea que ya las tengamos o que sencillamente anhelemos tenerlas.
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